4 Versículo de la Biblia sobre David, la muerte de
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Y David durmió con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David. Los días que reinó David sobre Israel fueron cuarenta años; siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén. Y se sentó Salomón en el trono de David su padre, y fue su reino firme en gran manera.
Así reinó David hijo de Isaí sobre todo Israel. Y el tiempo que reinó sobre Israel fue cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres reinó en Jerusalén. Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas, y de gloria. Y reinó en su lugar Salomón su hijo.
Éstas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, dijo aquel varón que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce salmista de Israel, dice: El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha sido en mi lengua. El Dios de Israel ha dicho, me habló la Roca de Israel: El que gobierna a los hombres será justo, gobernando en el temor de Dios.Leer más.
Y será como la luz de la mañana cuando sale el sol, la mañana sin nubes; como el resplandor tras la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra. Aunque mi casa no es así para con Dios; sin embargo Él ha hecho conmigo un pacto eterno, ordenado en todas las cosas y seguro; pues ésta es toda mi salvación y todo mi deseo, aunque todavía no lo haga Él florecer. Pero los hijos de Belial serán todos ellos arrancados como espinos, los cuales nadie toma con la mano; sino que el que quiere tocarlos, se arma de hierro y de asta de lanza, y son del todo quemados en su lugar.
Y cuando llegaron los días en que David había de morir, mandó a Salomón su hijo, diciendo: Yo sigo el camino de toda la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda las ordenanzas de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que seas prosperado en todo lo que hicieres, y en todo lo que emprendieres;Leer más.
para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren su camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón, y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón sobre el trono de Israel. Y ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner, y a Amasa hijo de Jeter, los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo la sangre de guerra en su talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies. Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás que sus canas desciendan en paz a la sepultura. Mas a los hijos de Barzilai galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron así a mí, cuando yo iba huyendo de Absalón tu hermano. También tienes contigo a Simeí hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová, diciendo: Yo no te mataré a espada. Pero ahora no lo absolverás; porque hombre sabio eres, y sabes lo que has de hacer con él; y harás descender sus canas con sangre a la sepultura.