26 Versículo de la Biblia sobre Deberes de los enemigos
Versículos Más Relevantes
Así que si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, y si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo.
Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, y me regocijé cuando le halló el mal
Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes; y cuando tropezare, no se alegre tu corazón;
Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; y si tuviere sed, dale de beber agua:
Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, y Jehová te lo pagará.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás entonces desamparado? Sin falta le ayudarás a levantarlo.
Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia.
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
Y trabajamos obrando con nuestras manos; siendo maldecidos, bendecimos; siendo perseguidos, lo sufrimos;
no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que heredaseis bendición.
Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; y si tuviere sed, dale de beber agua: Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, y Jehová te lo pagará.
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Y al que te hiriere en una mejilla, dale también la otra; y al que te quitare la capa, no le impidas llevar aun la túnica.Leer más.
Y a cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. Y como queréis que os hagan los hombres, así también hacedles vosotros:
siendo difamados, rogamos; hemos venido a ser como la escoria del mundo, el desecho de todos hasta ahora.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Entonces Pedro viniendo a Él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que pecare contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.Leer más.
Y comenzando a hacer cuentas, le fue traído uno que le debía diez mil talentos. Mas a éste, no teniendo con qué pagar, su señor mandó venderle, y a su esposa e hijos, con todo lo que tenía, y que se le pagase. Entonces aquel siervo, postrado le rogaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Entonces el señor de aquel siervo, fue movido a misericordia, y le soltó y le perdonó la deuda. Mas saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios, y sujetándolo del cuello, le dijo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Pero él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Y cuando sus consiervos vieron lo que pasaba, se entristecieron mucho, y viniendo, dijeron a su señor todo lo que había pasado. Entonces llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, así como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor se enojó, y le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de vuestro corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano peca contra ti, repréndele; y si se arrepiente, perdónale. Y si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el cielo; porque Él hace que su sol salga sobre malos y buenos; y envía lluvia sobre justos e injustos.Leer más.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también así los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los publicanos? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en el cielo es perfecto.
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, y me regocijé cuando le halló el mal (Ni aun permití que mi lengua pecase, pidiendo maldición para su alma);
Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes; y cuando tropezare, no se alegre tu corazón; no sea que Jehová lo mire, y le desagrade, y aparte de sobre él su enojo.
Amados, no os venguéis vosotros mismos, antes, dad lugar a la ira; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Artículos Relacionados
- Deberes a los vecinos
- El sufrimiento de los Santos
- Enemigos, de creyentes
- Enemigos, la respuesta cristiana a
- La Misericordia, Derechos
- La crueldad
- La gracia, en las relaciones humanas
- La misericordia de Dios, la respuesta a
- La persecución, la respuesta cristiana
- La persecución, las actitudes a