35 Versículos de la Biblia sobre Escribas
Versículos Más Relevantes
Joab, hijo de Sarvia, {era} jefe del ejército, y Josafat, hijo de Ahilud, {era} cronista;
Joab, hijo de Sarvia, {era} comandante del ejército; y Josafat, hijo de Ahilud, {era} cronista;
Elihoref y Ahías, hijos de Sisa, {eran} secretarios; Josafat, hijo de Ahilud, {era} el cronista;
Cuando veían que había mucho dinero en el cofre, el escriba del rey y el sumo sacerdote subían y {lo} ponían en sacos, y contaban el dinero que se encontraba en la casa del SEÑOR.
Y sucedía que siempre que el cofre era traído al oficial del rey por los Levitas, y cuando veían que había mucho dinero, entonces el escriba del rey y el oficial del sumo sacerdote venían, vaciaban el cofre, lo tomaban y lo volvían a su lugar. Así hacían diariamente y recogían mucho dinero.
y entregué la escritura de compra a Baruc, hijo de Nerías, hijo de Maasías, en presencia de Hanamel, hijo de mi tío, en presencia de los testigos que firmaron la escritura de compra {y} en presencia de todos los Judíos que se encontraban en el patio de la guardia.
Luego el rey ordenó a Jerameel, hijo del rey, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, que prendieran al escriba Baruc y al profeta Jeremías, pero el SEÑOR los escondió.
Llamaron al rey, y salió a ellos Eliaquim, hijo de Hilcías, que era mayordomo, con el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf.
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, salieron a recibirlo.
Envió entonces a Eliaquim, mayordomo de la casa {real,} con el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, {para hablar} con el profeta Isaías, hijo de Amoz.
También Jonatán, hombre de entendimiento, tío de David, {era} consejero y escriba; y Jehiel, hijo de Hacmoni, instruía a los hijos del rey.
Y de la ciudad prendió a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, y a cinco hombres de los consejeros del rey que se hallaban en la ciudad, y al escriba del capitán del ejército, que alistaba a la gente del país, y a sesenta hombres del pueblo de la tierra que se hallaban en la ciudad.
También tomó de la ciudad a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, a siete de los consejeros del rey que se hallaban en la ciudad, al escriba del comandante del ejército que reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo que se hallaban dentro de la ciudad.
Entonces el sumo sacerdote Hilcías dijo al escriba Safán: ``He hallado el Libro de la Ley en la casa del SEÑOR." E Hilcías dio el libro a Safán, y {éste} lo leyó.
El escriba Safán informó también al rey: ``El sacerdote Hilcías me ha dado un libro." Y Safán leyó de él en la presencia del rey.
Llamó, pues, Jeremías a Baruc, hijo de Nerías, y Baruc escribió al dictado de Jeremías, en un rollo, todas las palabras que el SEÑOR le había hablado. Entonces Jeremías dio órdenes a Baruc: ``Estoy detenido; no puedo entrar en la casa del SEÑOR. "Ve, pues, y lee en el rollo que has escrito al dictado mío, las palabras del SEÑOR a oídos del pueblo, en la casa del SEÑOR un día de ayuno. También las leerás a oídos de todos {los de} Judá que vienen de sus ciudades.Leer más.
"Tal vez su súplica llegue delante del SEÑOR, y todos se vuelvan de su mal camino, porque grande es la ira y el furor que el SEÑOR ha pronunciado contra este pueblo." Baruc, hijo de Nerías, hizo conforme a todo lo que el profeta Jeremías le había mandado, y leyó en el libro las palabras del SEÑOR, en la casa del SEÑOR. Y en el año quinto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, en el mes noveno, todo el pueblo en Jerusalén y todo el pueblo que vino de las ciudades de Judá a Jerusalén proclamaron ayuno delante del SEÑOR. Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías a oídos de todo el pueblo en la casa del SEÑOR, en la cámara de Gemarías, hijo del escriba Safán, en el atrio superior, a la entrada de la Puerta Nueva de la casa del SEÑOR. Al oír Micaías, hijo de Gemarías, hijo de Safán, todas las palabras del SEÑOR {que estaban} en el libro, descendió a la casa del rey, a la cámara del escriba. Y estaban sentados allí todos los oficiales: el escriba Elisama, Delaía, hijo de Semaías, Elnatán, hijo de Acbor, Gemarías, hijo de Safán, Sedequías, hijo de Ananías, y todos los {demás} oficiales. Micaías les declaró todas las palabras que había oído cuando Baruc leyó en el libro a oídos del pueblo. Entonces todos los oficiales enviaron a Jehudí, hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, a decir a Baruc: ``Toma en tu mano el rollo en el que has leído a oídos del pueblo y ven." Y Baruc, hijo de Nerías, tomó el rollo en su mano y fue a ellos. Y le dijeron: ``Siéntate ahora, y léenoslo." Y Baruc se lo leyó. Cuando oyeron todas las palabras, se miraron unos a otros atemorizados, y dijeron a Baruc: ``Ciertamente haremos saber al rey todas estas palabras." Y le preguntaron a Baruc: ``Cuéntanos ahora cómo escribiste todas estas palabras. ¿Fue al dictado suyo?" Baruc les respondió: ``El me dictó todas estas palabras, y yo las escribí con tinta en el libro." Entonces los oficiales dijeron a Baruc: ``Ve, escóndete, tú y Jeremías, y que nadie sepa donde están." Después de haber depositado el rollo en la cámara del escriba Elisama, los oficiales entraron al atrio donde estaba el rey, y contaron a oídos del rey todas las palabras. Entonces el rey envió a Jehudí a buscar el rollo, y éste lo tomó de la cámara del escriba Elisama, y Jehudí lo leyó al rey y a todos los oficiales que estaban junto al rey. El rey estaba sentado en la casa de invierno (en el mes noveno), y había un brasero encendido delante de él. Y sucedía que después que Jehudí había leído tres o cuatro columnas, {el rey} lo cortaba con el cuchillo del escriba y {lo} echaba al fuego que {estaba} en el brasero, hasta consumir todo el rollo en el fuego que {estaba} en el brasero. Ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras tuvieron temor ni rasgaron sus vestiduras. Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemara el rollo, él no les hizo caso. Luego el rey ordenó a Jerameel, hijo del rey, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, que prendieran al escriba Baruc y al profeta Jeremías, pero el SEÑOR los escondió. Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, después que el rey había quemado el rollo y las palabras que Baruc había escrito al dictado de Jeremías: ``Vuelve a tomar otro rollo y escribe en él todas las palabras que antes había en el primer rollo que quemó Joacim, rey de Judá. "Y a Joacim, rey de Judá, le dirás: `Así dice el SEÑOR: ``Tú has quemado este rollo, diciendo: ` ¿Por qué has escrito en él que ciertamente vendrá el rey de Babilonia y destruirá esta tierra, y hará desaparecer de ella a hombres y animales?'" `Por tanto, así dice el SEÑOR acerca de Joacim, rey de Judá: ``No tendrá quien se siente sobre el trono de David, y su cadáver quedará tirado al calor del día y a la escarcha de la noche. ``Lo castigaré, a él, a su descendencia y a sus siervos por su iniquidad, y traeré sobre ellos, sobre los habitantes de Jerusalén y sobre los hombres de Judá toda la calamidad que les he anunciado, sin que ellos escucharan."'" Entonces Jeremías tomó otro rollo y se lo dio al escriba Baruc, hijo de Nerías, y éste escribió en él al dictado de Jeremías todas las palabras del libro que Joacim, rey de Judá, había quemado en el fuego, y aun se le añadieron muchas palabras semejantes.
Este Esdras subió de Babilonia, y {era} escriba experto en la ley de Moisés, que el SEÑOR, Dios de Israel, había dado. El rey le concedió todo lo que pedía porque la mano del SEÑOR su Dios {estaba} sobre él.
Todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que {estaba} delante de la Puerta de las Aguas, y pidieron al escriba Esdras que trajera el Libro de la Ley de Moisés que el SEÑOR había dado a Israel. Entonces el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que {podían} entender lo que oían. Era el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro frente a la plaza que {estaba} delante de la Puerta de las Aguas, desde el amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al Libro de la Ley.Leer más.
El escriba Esdras estaba sobre un estrado de madera que habían hecho para {esta} ocasión. Junto a él, a su derecha, estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías; y a su izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías {y} Mesulam.
Y las familias de los escribas que habitaron en Jabes {fueron} los Tirateos, los Simeateos {y} los Sucateos. Esos son los Quenitas que vinieron de Hamat, padre de la casa de Recab.
Entonces Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, el sacerdote {y} escriba, y los Levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: ``Este día es santo para el SEÑOR su Dios; no se entristezcan, ni lloren." Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley.
Estos {sirvieron} en los días de Joiacim, hijo de Jesúa, hijo de Josadac, y en los días de Nehemías, el gobernador, y de Esdras, el sacerdote {y} escriba.
Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a Sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía padecer muchas cosas, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y después de tres días resucitar.
y les dijo: ``El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día."
Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás,
Faltaban dos días para la Pascua y para {la Fiesta} de los Panes sin Levadura; y con engaño, los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo prender y matar a Jesús;
Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo dar muerte a Jesús, pero temían al pueblo.
Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y decían: `` ¡Hosanna al Hijo de David!" se indignaron.
Jesús enseñaba diariamente en el templo. Pero los principales sacerdotes, los escribas y los más prominentes del pueblo procuraban matar a Jesús;
Los principales sacerdotes y los escribas oyeron {esto} y buscaban cómo destruir a Jesús, pero Le tenían miedo, pues toda la multitud estaba admirada de Su enseñanza.
`` ¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que son semejantes a sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. "Así también ustedes, por fuera parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a Sus discípulos: ``Los escribas y los Fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. "De modo que hagan y observen todo lo que les digan; pero no hagan conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen.Leer más.
"Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. "Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues agrandan sus distintivos religiosos (filacterias) y alargan los adornos (flecos) {de sus mantos}. "Aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, y los saludos respetuosos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabí (Maestro).
Y en Su enseñanza les decía: ``Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y {aman} los saludos respetuosos en las plazas, los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes;
Mientras todo el pueblo escuchaba, dijo a Sus discípulos: ``Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y son amantes de los saludos respetuosos en las plazas, y de {ocupar} los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes;
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la oposición de los escribas a Cristo
Mateo 9:3Y algunos de los escribas decían para sí: ``Este blasfema."