Y su señor le respondió: No iremos a ninguna ciudad de extranjeros, que no sea de los hijos de Israel; antes pasaremos hasta Gabaa. Y dijo a su criado:

Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños;

Redímeme, y sálvame de mano de los hijos extraños, cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira.

Y ya se había apartado la simiente de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.

que no entrareis a estos gentiles que han quedado con vosotros; no hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los honréis, ni os inclinéis a ellos;

Sean para ti solo, y no para los extraños contigo.

Los limpié, pues, de todo extranjero, y puse las ordenanzas a los sacerdotes y levitas, a cada uno en su obra;

A estos doce envió Jesús, a los cuales dio mandamiento, diciendo: Por el camino de los gentiles no iréis, y en ciudad de samaritanos no entréis;

a los cuales fue dada la tierra a ellos sólos, y no pasó extraño por medio de ellos.

Mas al extraño no seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.

Y si no le oyere a ellos, dilo a la Iglesia; y si no oyere a la Iglesia, tenle por mundano y publicano.

Y les dijo: Vosotros sabéis que es abominable a un varón judío juntarse o llegarse a extranjero; mas me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo;

¿Por qué voy a juzgar los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?