32 Versículos de la Biblia sobre Hacer las obras de Dios

Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que en él se ocupen.

Y al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?

Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas.

Y he aquí, vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?

Y saliendo Él para continuar su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de Él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

Y he aquí un doctor de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

Y le preguntó un príncipe, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

Cualquiera, pues, que oye estas mis palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras, y las hace, os enseñaré a quién es semejante:

Y cuando te hubieren sobrevenido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios es contigo.

Y Natán dijo al rey: Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque Jehová es contigo.

Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote; y esforzaos, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.

Éstas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad con verdad y juicio de paz en vuestras puertas.

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

Y todo el que oye estas mis palabras y no las hace, será comparado al hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

Así que, todas las cosas que queráis que los hombres os hagan, así también haced vosotros a ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Y como queréis que os hagan los hombres, así también hacedles vosotros:

Respondió Jesús y les dijo: Ésta es la obra de Dios, que creáis en el que Él ha enviado.

Entonces Él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.

Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.

Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede obrar.

Les respondió Jesús: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre, ¿por cuál de esas obras me apedreáis?

Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.

Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora también ellos las han visto, y nos han aborrecido a mí y a mi Padre.

Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.

Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús Nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros con milagros y prodigios, y señales que Dios hizo en medio de vosotros por medio de Él, como también vosotros sabéis.

Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros sin temor; porque como yo, también él hace la obra del Señor.

Y al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las naciones;