29 Versículo de la Biblia sobre Haciendo votos
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Cuando a Dios hicieres promesa, no tardes en pagarla; porque no se agrada de los locos. Paga lo que prometieres. Mejor es que no prometas, que no que prometas y no pagues. No sueltes tu boca para hacer pecar a tu carne; ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se aíre a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?Leer más.
Porque los sueños abundan, y las vanidades y las palabras son muchas; mas tú teme a Dios. Si violencias de pobres, y extorsión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de esta licencia; porque alto está mirando sobre alto, y uno más alto está sobre ellos.
Cuando alguno hiciere voto al SEÑOR, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no contaminará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.
De ti será mi alabanza en la grande congregación; mis votos pagaré delante de los que le temen.
Así cantaré tu Nombre para siempre, pagando mis votos cada día.
Ahora pagaré mis votos al SEÑOR delante de todo su pueblo.
Ahora pagaré mis votos al SEÑOR delante de todo su pueblo;
Guardarás lo que tus labios pronunciaren; y harás, como prometiste al SEÑOR tu Dios, lo que de tu voluntad hablaste por tu boca.
Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No te perjurarás; mas pagarás al Señor tus juramentos.
Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus promesas al Altísimo.
Prometed, y pagad al SEÑOR vuestro Dios todos los que estáis alrededor de él; traed presentes al que merece temor.
He aquí sobre los montes están ya los pies del que trae buenas nuevas, del que pregona la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos: porque nunca más pasará por ti el impío; él fue talado del todo.
Mejor es que no prometas, que no que prometas y no pagues.
Cuando prometieres voto al SEÑOR tu Dios, no tardarás en pagarlo; porque ciertamente lo demandará el SEÑOR tu Dios de ti, y habría en ti pecado.
Cuando a Dios hicieres promesa, no tardes en pagarla; porque no se agrada de los locos. Paga lo que prometieres.
Y el SEÑOR será conocido de Egipto, y los de Egipto conocerán al SEÑOR en aquel día; y harán sacrificio, y oblación; y harán votos al SEÑOR, y los cumplirán.
Al Vencedor: Salmo de David, Canción. En ti reposa la alabanza, oh Dios, en Sión; y a ti se pagará el voto.
Mas yo alabándote con voz de confesión te sacrificaré; Pagaré lo que prometí. Al SEÑOR sea el salvamento.
Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: El hombre, o la mujer, cuando se apartare haciendo voto de Nazareo (apartado ), para dedicarse al SEÑOR, se abstendrá de vino y de sidra; vinagre de vino, ni vinagre de sidra no beberá, ni beberá algún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas.Leer más.
Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de vid de vino, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá. Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza, hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento al SEÑOR, santo será; dejará crecer las guedejas del cabello de su cabeza. Todo el tiempo que se apartare al SEÑOR, no entrará a persona muerta. Por su padre, ni por su madre, por su hermano, ni por su hermana, no se contaminará con ellos cuando murieren; porque consagración de su Dios tiene sobre su cabeza. Todo el tiempo de su nazareato, será santo al SEÑOR. Y si alguno muriere muy de repente junto a él, contaminará la cabeza de su nazareato; por tanto el día de su purificación raerá su cabeza; al séptimo día la raerá. Y el día octavo traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo del testimonio; y el sacerdote hará el uno en expiación, y el otro en holocausto; y lo expiará de lo que pecó sobre el muerto, y santificará su cabeza en aquel día. Y consagrará al SEÑOR los días de su nazareato, y traerá un cordero de un año en expiación por la culpa; y los días primeros serán anulados, por cuanto fue contaminado su nazareato. Esta es, pues, la ley del Nazareo; el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato: Vendrá a la puerta del tabernáculo del testimonio; y ofrecerá su ofrenda al SEÑOR, un cordero de un año sin tacha en holocausto, y una cordera de un año sin tacha en expiación, y un carnero sin tacha en sacrificio de paz; además un canastillo de panes cenceños, tortas de flor de harina amasadas con aceite, y hojaldres cenceñas untadas con aceite, y su presente, y sus libaciones. Y el sacerdote lo ofrecerá delante del SEÑOR, y hará su expiación y su holocausto; y ofrecerá el carnero en sacrificio de paz al SEÑOR, con el canastillo de los panes cenceños; ofrecerá asimismo el sacerdote su presente, y sus libaciones. Entonces el Nazareo raerá a la puerta del tabernáculo del testimonio la cabeza de su nazareato, y tomará los cabellos de la cabeza de su nazareato, y los pondrá sobre el fuego que está debajo del sacrificio de la paz. Después tomará el sacerdote la espaldilla cocida del carnero, y una torta sin levadura del canastillo, y una hojaldre sin levadura, y las pondrá sobre las manos del Nazareo, después que fuere raído su nazareato; y el sacerdote mecerá aquello, ofrenda mecida delante del SEÑOR; lo cual será cosa santa del sacerdote, a más del pecho mecido y de la espaldilla de la apartada; y después beberá vino el Nazareo. Esta es la ley del Nazareo que hiciere voto de su ofrenda al SEÑOR por su nazareato, a más de lo que sus recursos le permitieren; según el voto que hiciere, así hará, conforme a la ley de su nazareato.
Lazo es al hombre el devorar lo santo, y andar pesquisando después de los votos.
Mas la mujer, cuando hiciere voto al SEÑOR, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su juventud; si su padre oyere su promesa, y la obligación con que ligó su alma, y su padre callare a ello, todas las promesas de ella serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, será firme. Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus ataduras, con que ella hubiere ligado su alma, no serán firmes; y el SEÑOR la perdonará, por cuanto su padre la vedó.Leer más.
Pero si fuere casada, e hiciere votos, o pronunciare de sus labios cosa con que obligue su alma; si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la atadura con que ligó su alma, será firme. Mas si cuando su marido lo oyó, la vedó, entonces el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y el SEÑOR la perdonará. Pero todo voto de viuda, o repudiada, con que ligare su alma, será firme. Mas si lo hubiere hecho en casa de su marido, y hubiere ligado su alma con obligación de juramento, si su marido oyó, y calló a ello, y no le vedó; entonces todos sus votos serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, será firme. Mas si su marido los anuló el día que los oyó; todo lo que salió de sus labios en cuanto a sus votos, y en cuanto a la obligación de su alma, será nulo; su marido los anuló, y el SEÑOR la perdonará. Todo voto, o todo juramento de obligación a abstinencia, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará. Pero si su marido callare a ello de día en día, entonces confirmó todos sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella; las confirmó por cuanto calló a ello el día que lo oyó. Mas si los anulare después de haberlos oído, entonces él llevará el pecado de ella. Estas son las ordenanzas que el SEÑOR mandó a Moisés entre el varón y su mujer, entre el padre y su hija, durante su juventud en casa de su padre.
Pero vosotros decís: Cualquiera que dijere al padre o a la madre: Es ya ofrenda mía a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,
Y vosotros decís: Basta si dijere un hombre al padre o a la madre: Todo Corbán (quiere decir, don mío a Dios) todo aquello con que pudiera valerte;
Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles: Cualquier varón de la Casa de Israel, o de los extranjeros en Israel, que ofreciere su ofrenda por todos sus votos, y por todas sus ofrendas voluntarias, que ofrecieren al SEÑOR en holocausto; de vuestra voluntad ofreceréis macho sin defecto de entre las vacas, de entre los corderos, o de entre las cabras.
Buey o carnero que tenga de más o de menos, podrás ofrecer por ofrenda voluntaria; mas por voto no será acepto.
Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica corrompido al SEÑOR; porque yo soy Gran Rey, dice el SEÑOR de los ejércitos, y mi Nombre es formidable entre los gentiles.
Mas si el sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, el día que ofreciere su sacrificio será comido; y lo que de él quedare, se comerá al día siguiente;
Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando alguno hiciere especial voto al SEÑOR, según la estimación de las personas que se hayan de redimir , así será tu estimación: En cuanto al macho de veinte años hasta sesenta, tu estimación será cincuenta siclos de plata, según el siclo del santuario. Y si fuere hembra, la estimación será treinta siclos.Leer más.
Y si fuere de cinco años hasta veinte, tu estimación será respecto al macho veinte siclos, y a la hembra diez siclos. Y si fuere de un mes hasta cinco años, tu estimación será en orden al macho, cinco siclos de plata; y por la hembra será tu estimación tres siclos de plata. Mas si fuere de sesenta años arriba, por el macho tu estimación será quince siclos, y por la hembra diez siclos. Pero si fuere más pobre que tu estimación, entonces comparecerá ante el sacerdote, y el sacerdote le apreciará; conforme a la facultad del votante le apreciará el sacerdote. Y si fuere animal de que se ofrece ofrenda al SEÑOR, todo lo que se diere de él al SEÑOR será santo. No será mudado ni trocado, bueno por malo, ni malo por bueno; y si se permutare un animal por otro, él y el dado por él en cambio serán del santuario. Y si fuere algún animal inmundo, de que no se ofrece ofrenda al SEÑOR, entonces el animal será puesto delante del sacerdote, y el sacerdote lo apreciará, sea bueno o sea malo; conforme a la estimación del sacerdote, así será. Y si lo hubieren de redimir, añadirán su quinto sobre tu estimación. Y cuando alguno santificare su casa en santificación al SEÑOR, la apreciará el sacerdote, sea buena o sea mala; según la apreciare el sacerdote, así quedará. Mas si el santificante redimiere su casa, añadirá a tu estimación el quinto del dinero sobre ella, y será suya. Y si alguno santificare de la tierra de su posesión al SEÑOR, tu estimación será conforme a su sembradura; un homer de sembradura de cebada se apreciará en cincuenta siclos de plata. Y si santificare su tierra desde el año del jubileo, conforme a tu estimación quedará. Mas si después del jubileo santificare su tierra, entonces el sacerdote hará la cuenta del dinero conforme a los años que quedaren hasta el año del jubileo, y se rebajará de tu estimación. Y si el que santificó la tierra quisiere redimirla, añadirá a tu estimación el quinto del dinero de ella, y se le quedará para él. Mas si él no redimiere la tierra, y la tierra se vendiere a otro, no la redimirá más; sino que cuando saliere en el jubileo, la tierra será santa al SEÑOR, como tierra de anatema; la posesión de ella será del sacerdote. Y si santificare alguno al SEÑOR la tierra que él compró, que no era de la tierra de su herencia, entonces el sacerdote calculará con él la suma de tu estimación hasta el año del jubileo, y aquel día dará tu señalado precio, cosa consagrada al SEÑOR. En el año del jubileo, volverá la tierra a aquel de quien él la compró, cuya era la herencia de la tierra. Y todo lo que apreciares será conforme al siclo del santuario; el siclo tiene veinte óbolos. Pero el primogénito de los animales, que por la primogenitura es del SEÑOR, nadie lo santificará; sea buey u oveja, del SEÑOR es. Mas si fuere de los animales inmundos, lo redimirán conforme a tu estimación, y añadirán sobre ella su quinto; y si no lo redimieren, se venderá conforme a tu estimación. Pero ningún anatema, que alguno santificare al SEÑOR de todo lo que tuviere, de hombres y animales, y de las tierras de su posesión, no se venderá, ni se redimirá. Todo anatema será cosa santísima al SEÑOR. Cualquier anatema de hombres que se consagrare no será redimido; indefectiblemente morirá. Y todos los diezmos de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, del SEÑOR son; es santidad al SEÑOR. Y si alguno quisiere redimir algo de sus diezmos, añadirá su quinto a ello. Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será santidad al SEÑOR. No mirará si es bueno o malo, ni lo trocará; y si lo trocare, ello y su trueque serán santificación; no se redimirá.