21 Versículo de la Biblia sobre Herramientas afiladas
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Como el que fue con su prójimo al monte a cortar leña, y poniendo fuerza con su mano en el hacha para cortar algún leño, saltó el hierro del cabo, y encontró a su prójimo, y murió; aquél huirá a una de estas ciudades, y vivirá;
Cuando pusieres cerco a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás para emplearlos en el sitio porque el árbol del campo es la vida del hombre.
Y la costumbre de los sacerdotes con el pueblo era que, cuando alguno ofrecía sacrificio, mientras era cocida la carne, venía el criado del sacerdote trayendo en su mano un garfio de tres ganchos;
Así dice Jehová: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque trillaron a Galaad con trillos de hierro.
Entonces su amo lo traerá ante los jueces; y lo traerá a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lezna, y será su siervo para siempre.
entonces tomarás una lezna, y horadarás su oreja junto a la puerta, y será tu siervo para siempre: así también harás a tu criada.
Y Jael, esposa de Heber, tomó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, vino a él calladamente, y le metió la estaca por las sienes, y lo enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió.
Con su mano tomó la estaca, y con su diestra el mazo de trabajadores; y golpeó a Sísara, hirió su cabeza, horadó y atravesó sus sienes.
Después de éste fue Samgar hijo de Anat, el cual hirió seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también libró a Israel.
Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.
Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
Sacarás tú al leviatán con el anzuelo, o con la cuerda que le eches en su lengua?
¿Cortarás tú con cuchillo su piel, o con arpón de pescadores su cabeza?
Tus saetas agudas con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.
Sus saetas afiladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino.
Y otra vez os digo: Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Y miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda.
Y salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.
Y otro ángel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó con gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras.