45 Versículo de la Biblia sobre la ansiedad y el estrés
Versículos Más Relevantes
Mas ¿quién de vosotros podrá, acongojándose, añadir a su estatura un codo?
¿Y quién de vosotros podrá con su afán añadir a su estatura un codo?
El cuidado congojoso en el corazón del hombre, lo abate; mas la buena palabra lo alegra.
En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma.
Esto también sepas, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos:
No os acongojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos?
Quita pues la tristeza de tu corazón, y aparta el mal de tu carne; porque la niñez y la juventud son vanidad.
Así que, no os acongojéis por lo de mañana; que el mañana traerá su congoja: basta al día su aflicción.
y además de otras cosas, mi combate de cada día es la solicitud de todas las Iglesias.
Y por el vestido ¿por qué os acongojáis? Aprended de los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;
Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del loco.
Beban, y se olviden de su necesidad, y de su miseria no se acuerden más.
Pero respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, cuidadosa estás, y con las muchas cosas estás turbada;
desfalleciendo los hombres a causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán a la redondez de la tierra; porque las virtudes de los cielos serán conmovidas.
Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
Entonces habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y en la tierra apretura de las naciones por la confusión del sonido del mar y de las ondas;
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
Pues si no podéis aun lo que es menos, ¿para qué estaréis afanosos de lo demás?
pero los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias que hay en las otras cosas, entrando, ahogan la Palabra, y es hecha sin fruto.
Si fueres flojo en el día de tribulación, tu fuerza será reducida.
No trabajes por ser rico; desiste de tu propia sabiduría.
La bendición del SEÑOR es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.
mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fue vestido así como uno de ellos.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Hijo de hombre, come tu pan con temblor, y bebe tu agua con estremecimiento y con angustia;
Y aun a príncipes y a reyes seréis llevados por causa de mí, por testimonio a ellos y a los gentiles.
Aflicción y angustia me hallaron; mas tus mandamientos fueron mis deleites.
El corazón alegre hará bien como una medicina; mas el espíritu triste seca los huesos.
El corazón apacible es vida a la carne; mas la envidia, pudrimiento de huesos.
Y con esta confianza quise primero venir a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia;
Mas el que obra verdad, viene a la luz, para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios.
No hables a oídos del loco; porque menospreciará la prudencia de tus razones.
Porque en la mucha sabiduría hay mucha tristeza; y quien añade ciencia, añade dolor.
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Porque, hermanos, no queremos que ignoréis nuestra tribulación que nos fue hecha en Asia; que (sobremanera) fuimos cargados más allá de nuestras fuerzas, de tal manera que estuviésemos en duda de la vida.
La palabra es fiel, y esto quiero que afirmes que los que creen a Dios procuren conducirse en buenas obras. Esto es lo bueno y útil a los hombres.
(del cual es nombrada toda la familia en los cielos y en la tierra),
Jesús le dice: YO SOY el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
Lo que os digo en tinieblas, decidlo en luz; y lo que oís al oído, predicadlo desde los terrados.
El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.
Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo soy como vosotros; ningún agravio me habéis hecho.
Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en el madero del Señor nuestro Jesús, el Cristo, por quien el mundo me es muerto a mí, y yo al mundo.
sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder a cada uno que os demande razón de la esperanza que está en vosotros; y esto con mansedumbre y reverencia,
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