9 Versículos de la Biblia sobre La autoridad de Cristo sobre la muerte.

Versículos Más Relevantes

Mateo 9:18-25

Hablando él estas cosas a ellos, he aquí vino un principal, y le adoró, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos. Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre hacía doce años, llegándose por detrás, tocó la franja de su vestido,Leer más.
porque decía entre sí: Si tocare solamente su vestido, seré libre. Mas Jesús volviéndose, y mirándola, dijo: Confía, hija, tu fe te ha librado. Y la mujer fue libre desde aquella hora. Y llegado Jesús a casa del principal, viendo los tañedores de flautas, y la multitud que hacía bullicio, les dijo: Apartaos, que la muchacha no está muerta, mas duerme. Y se burlaban de él. Pero cuando la multitud fue echada fuera, entró, y la tomó de su mano, y se levantó la muchacha.

Marcos 5:22-42

Y vino uno de los príncipes de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está a la muerte; ven y pondrás las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Y fue con él, y le seguía gran multitud, y le apretaban.Leer más.
Y una mujer que estaba con flujo de sangre doce años hacía, y había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su vestido. Porque decía: Si tocare tan solamente su vestido, seré salva. Luego la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que era sana de aquel azote. Y luego Jesús, conociendo en sí mismo la virtud que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? Le dijeron sus discípulos: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? Y él miraba alrededor para ver a la que había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en sí había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. El le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote. Hablando aún él, vinieron de casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija es muerta; ¿para qué fatigas más al Maestro? Mas luego Jesús, oyendo esta razón que se decía, dijo al príncipe de la sinagoga: No temas, cree solamente. Y no permitió que alguno viniese tras él sino Pedro, y Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. Y llegaron a la casa del príncipe de la sinagoga, y vio el alboroto, los que lloraban y gemían mucho. Y entrando, les dice: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La muchacha no está muerta, sino duerme. Y hacían burla de él; mas él, echados fuera todos, toma al padre y a la madre de la muchacha, y a los que estaban con él, y entra donde la muchacha estaba. Y tomando la mano de la muchacha, le dice: Talita cumi; que es, si lo interpretares: Muchacha, a ti digo, levántate. Y luego la muchacha se levantó, y andaba; porque era de doce años. Y se espantaron de grande espanto.

Lucas 8:40-55

Y aconteció que volviendo Jesús, le recibió la multitud; porque todos le esperaban. Y he aquí un varón, llamado Jairo, y que era príncipe de la sinagoga, vino, y cayendo a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; porque tenía una hija única, como de doce años, y ella se estaba muriendo. Y yendo, le apretaba la multitud.Leer más.
Y una mujer, que tenía flujo de sangre hacía ya doce años, la cual había gastado en médicos toda su hacienda, y por ninguno había podido ser curada, llegándose por las espaldas, tocó el borde de su vestido; y luego se estancó el flujo de su sangre. Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? Y Jesús dijo: Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mí. Entonces, cuando la mujer vio que no se podía esconder, vino temblando, y postrándose delante de él le declaró delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana. Y él dijo: Confía hija, tu fe te ha salvado; ve en paz. Estando aún él hablando, vino uno del príncipe de la sinagoga a decirle: Tu hija está muerta, no des trabajo al Maestro. Y oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva. Y entrado en casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, y a Jacobo, y a Juan, y al padre y a la madre de la niña. Y lloraban todos, y la plañían. Y él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme. Y hacían burla de él, sabiendo que estaba muerta. Y él, echados todos fuera, tomándola de la mano, clamó, diciendo: Muchacha, levántate. Entonces su espíritu volvió, y se levantó luego; y él mandó que le diesen de comer.

Mateo 28:1-7

Y advancado el sábado, amaneciendo para el primero de los sábados, vino María Magdalena, y la otra María, a ver el sepulcro. Y he aquí, fue hecho un gran terremoto; porque el ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, había revuelto la piedra del sepulcro , y estaba sentado sobre ella. Y su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.Leer más.
Y de miedo de él los guardas se asombraron, y fueron vueltos como muertos. Y respondiendo el ángel, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue colgado en un madero. No está aquí; porque ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id presto, decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos; y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis; he aquí, os lo he dicho.

Marcos 16:1-6

Cuando pasó el sábado de la gran fiesta de la Pascua , María Magdalena, y María madre de Jacobo, y Salomé, habían comprado drogas aromáticas, para venir a ungirle. Y muy de mañana, el primero de los sábados, vienen al sepulcro, ya salido el sol. Y decían entre sí: ¿Quién nos revolverá la piedra de la puerta del sepulcro?Leer más.
Cuando miraron, ven la piedra revuelta; que era muy grande. Y entradas en el sepulcro, vieron un joven sentado a la mano derecha, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Más él les dijo: No os asustéis: buscáis a Jesús Nazareno a quien colgaron del madero; resucitado es, no está aquí; he aquí el lugar donde le pusieron.

Lucas 24:1-8

Y el primero de los sábados, muy de mañana, vinieron al monumento, trayendo las drogas aromáticas que habían aparejado, y algunas otras mujeres con ellas. Y hallaron la piedra revuelta de la puerta del sepulcro. Y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.Leer más.
Y aconteció, que estando ellas espantadas de esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; y como tuviesen ellas temor, y bajasen el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, mas ha resucitado; acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea colgado en un madero, y resucite al tercer día. Entonces ellas se acordaron de sus palabras,

Juan 20:1-17

Y el primero de los sábados, María Magdalena vino de mañana, siendo aún tinieblas, al sepulcro; y vio la piedra quitada del sepulcro. Entonces corrió, y vino a Simón Pedro, y al otro discípulo, al cual amaba Jesús, y les dice: Han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto. Y salió Pedro, y el otro discípulo, y vinieron al sepulcro.Leer más.
Y corrían los dos juntos; mas el otro discípulo corrió más presto que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Y bajándose a mirar , vio los lienzos puestos; mas no entró. Llegó luego Simón Pedro siguiéndole, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos, y el sudario, que había sido puesto sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino envuelto en un lugar aparte. Y entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al monumento, y vio, y creyó. Porque aún no sabían la Escritura: Que era necesario que él resucitase de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos. Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y estando llorando, se bajó y miró al sepulcro; y vio dos ángeles en ropas blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dice: Han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. Cuando había dicho esto, volvió atrás, y vio a Jesús que estaba allí ; pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dice: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. Le dice Jesús: ¡María! Volviéndose ella, le dice: ¡Raboni! Que quiere decir, Maestro. Le dice Jesús: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

Lucas 7:11-16

Y aconteció el día después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban fuera a un difunto, unigénito de su madre, la cual también era viuda; y había con ella grande compañía de la ciudad. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.Leer más.
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban, pararon. Y dice: Joven, a ti digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Que un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y que Dios ha visitado a su pueblo.

Juan 11:38-44

Y Jesús, por eso, embraveciéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro donde había una cueva, la cual tenía una piedra encima. Dice Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que se había muerto, le dice: Señor, hiede ya, que es de cuatro días. Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios?Leer más.
Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído. Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho estas cosas, clamó a gran voz: Lázaro, ven fuera. Entonces el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Les dice Jesús: Desatadle, y dejadle ir.

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