9 Versículo de la Biblia sobre La cerámica
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Del norte desperté, y vino; del nacimiento del Sol llamó en mi nombre; y vino a príncipes como sobre lodo, y como pisa el barro el alfarero.
Y cuando David llegó a Mahanaim, Sobi hijo de Nahas de Rabá de los hijos de Amón, y Maquir hijo de Amiel de Lodebar, y Barzilai galaadita de Rogelim, trajeron a David y al pueblo que estaba con él, camas, tazas, vasijas de barro, trigo, cebada, harina, y trigo tostado, habas, lentejas, y garbanzos tostados, miel, manteca, ovejas, y quesos de vacas, para que comieran; porque dijeron entre si: Aquel pueblo está hambriento, y cansado, y tendrá sed en el desierto.
Los hijos de Sela, hijo de Judá: Er, padre de Leca, y Laada, padre de Maresa, y de la familia de la casa del oficio del lino en la casa de Asbea; y Joacim, y los varones de Cozeba, Joás, y Saraf, los cuales dominaron en Moab, y Jasubi-lehem, que son palabras antiguas. Estos fueron alfareros y se hallaban en medio de plantíos y cercados, los cuales moraron allá con el rey en su obra.
Vuestra subversión ciertamente será como el barro del alfarero. ¿La obra dirá de su hacedor: No me hizo? y ¿dirá el vaso de aquel que lo obró: No entendió?
¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡El tiesto, contra los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces? y tu obra: No tiene forma.
Ahora pues, SEÑOR, tú eres nuestro padre; nosotros lodo, y tú el que nos obraste, así que obra de tus manos somos todos nosotros.
La palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, diciendo: Levántate, y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él hacía obra sobre una rueda.Leer más.
Y el vaso que él hacía de barro se quebró en la mano del alfarero; y tornó y lo hizo otro vaso, según que al alfarero pareció mejor hacerlo. Entonces vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo: ¿Por ventura no podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh Casa de Israel, dice el SEÑOR? He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh Casa de Israel. En un instante hablaré contra gentiles y contra reinos, para arrancar, y disipar, y destruir. Pero si esos gentiles se convirtieren de su maldad, contra el cual mal yo hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles. Y en un instante hablaré de la gente y del Reino, para edificar y para plantar; pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.
Así dijo el SEÑOR: Ve, y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo alguno de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes;
Me dirás pues: ¿Por qué, pues, se enoja? porque ¿quién resistirá a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? O dirá el vaso de barro al que lo labró: ¿Por qué me has hecho tal? ¿O no tiene potestad el alfarero para hacer de la misma masa un vaso para honra, y otro para vergüenza?