47 Versículo de la Biblia sobre La gloria de Dios Revelado
Versículos Más Relevantes
el cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas,
Y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, que en ti me gloriaré.
Y aquella Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros; (y vimos su gloria,) gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Entonces cuando él salió, dijo Jesús: Ahora es clarificado el Hijo del hombre, y Dios es clarificado en él. Si Dios es clarificado en él, Dios también le clarificará en sí mismo, y luego le clarificará.
Ahora pues, Padre, clarifícame tú cerca de ti mismo de aquella claridad que tuve cerca de ti antes que el mundo fuese.
Porque el Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la claridad de Dios en la faz del Cristo Jesús.
Porque él había recibido de Dios el Padre honra y gloria, cuando una tal voz fue a él enviada de la magnífica gloria: Este es el amado Hijo mío, en el cual yo me he agradado.
a los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio en los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; mas te será el SEÑOR por luz perpetua, y por tu gloria el Dios tuyo. No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque te será el SEÑOR por perpetua luz, y los días de tu luto serán acabados. Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; serán renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.
Y serás corona de gloria en la mano del SEÑOR; y diadema real en la mano del Dios tuyo.
Por tanto nosotros todos, puestos los ojos como en un espejo en la gloria del Señor con cara descubierta, somos transformados de gloria en gloria en la misma semejanza, como por el Espíritu del Señor.
a él sea gloria en la Iglesia por el Cristo Jesús, por todas las generaciones de los siglos de los siglos. Amén.
Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, el SEÑOR de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
Mas, tan ciertamente como vivo yo, la gloria del SEÑOR llenará toda la tierra.
Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra se ensalze tu gloria. Red han armado a mis pasos; mi alma se ha abatido; hoyo han cavado delante de mí; cayeron en medio de él. (Selah.) Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y diré salmos.Leer más.
Despierta, oh gloria mía; despierta, salterio y arpa; me levantaré de mañana. Te alabaré en los pueblos, oh Señor; cantaré de ti en las naciones. Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu verdad.
Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea ensalzada tu gloria.
Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria del SEÑOR, como las aguas cubren el mar.
Dios vendrá de Temán, y el Santo desde el monte de Parán, (Selah.) Su gloria cubrió los cielos, y la tierra se llenó de su alabanza.
Y la Ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en ella; porque la claridad de Dios la ha alumbrado, y el Cordero es su lámpara.
Y si hijos, también herederos; ciertamente de Dios, y coherederos con el Cristo; si empero padecemos juntamente con él , para que juntamente con él seamos glorificados.
Pero vemos a aquel Jesús coronado de gloria y de honra, quien fue hecho un poco menor que los ángeles por pasión de muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
Mas el Dios de toda gracia, que nos ha llamado a su gloria eterna por Jesús, el Cristo, después que hubiereis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, confirme, corrobore y establezca.
Y dijeron los levitas, Jesúa y Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid al SEÑOR vuestro Dios eternalmente; y bendiga el nombre de tu gloria; alto sobre toda bendición y alabanza.
si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este Nombre glorioso y terrible, El SEÑOR tu Dios.
Ahora pues, Dios nuestro, nosotros te confesamos, y loamos el Nombre de tu grandeza.
Al Vencedor: sobre Gitit: Salmo de David. Oh DIOS, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu alabanza sobre los cielos!
Ayúdanos, oh Dios, salud nuestra, por la honra de tu Nombre; y líbranos, y purga nuestros pecados por causa de tu Nombre.
He Honra y hermosura es su obra; Vau y su justicia permanece para siempre.
Al Vencedor: Salmo de David. Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el extendimiento denuncia la obra de sus manos.
Cantad salmos al SEÑOR, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra.
Florecerá profusamente, y también alabará y cantará con júbilo; la honra del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la hermosura del Dios nuestro.
Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído. Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado.Leer más.
Y habiendo dicho estas cosas, clamó a gran voz: Lázaro, ven fuera. Entonces el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Les dice Jesús: Desatadle, y dejadle ir.
Yo te he clarificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
Caf La gloria de tu reino digan, y hablen de tu fortaleza; Lámed para notificar a los hijos de Adán sus valentías, y la gloria de la magnificencia de su reino.
Tuya es, oh SEÑOR, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas . Tuyo, oh SEÑOR, es el reino, y la altura sobre todos los que están por cabeza.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el Reino, y la potencia, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su Reino y gloria.
al cual a su tiempo mostrará el Bienaventurado y solo Poderoso, Rey de reyes, y Señor de señores; el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver; al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y el respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de YO SOY delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi faz; porque no me verá hombre, y vivirá.
Y viendo Gedeón que era el ángel del SEÑOR, dijo: Ay, Señor DIOS, que he visto al ángel del SEÑOR cara a cara. Y el SEÑOR le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás.
Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del SEÑOR subió en la llama del altar a vista de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra sobre sus rostros. Y el ángel del SEÑOR no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel del SEÑOR. Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto.
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los ejércitos.
A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito hijo, que está en el seno del Padre, él nos lo declaró.
Más él, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesus que estaba a la diestra de Dios,
Y se le apareció el Angel del SEÑOR en una llama de fuego en medio de un zarzal; y él miró, y vio que el zarzal ardía en fuego, y el zarzal no se consumía.
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Y encima de él estaban serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, el SEÑOR de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.Leer más.
Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba; y la Casa se llenó de humo.
Y he aquí el ángel del Señor vino sobre ellos, y la claridad de Dios los cercó de resplandor; y tuvieron gran temor.