25 Versículo de la Biblia sobre la revelación a través de los profetas
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Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
porque la profecía no vino en tiempo pasado por la voluntad del hombre; sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo guiados por el Espíritu Santo.
Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, ve, que yo seré con tu boca, y te enseñaré lo que has de decir.
Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a Él oiréis: Conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.Leer más.
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y Él les hablará todo lo que yo le mande. Y sucederá que a cualquiera que no escuche mis palabras que Él ha de hablar en mi nombre, yo lo llamaré a cuentas. Pero el profeta que tenga la presunción de hablar una palabra en mi nombre que yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dices en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado? Cuando un profeta hable en el nombre de Jehová, y no acontece tal cosa, ni se cumple, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él.
Y Samuel creció, y Jehová fue con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. Y conoció todo Israel desde Dan hasta Beerseba, que Samuel era fiel profeta de Jehová. Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel en Silo por palabra de Jehová.
Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió, ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.
El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha sido en mi lengua.
Y aconteció que, estando ellos a la mesa, vino palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver. Y clamó al varón de Dios que había venido de Judá, diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde al dicho de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios te había prescrito, sino que volviste, y comiste del pan y bebiste del agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres.
El que muriere de los de Jeroboam en la ciudad, le comerán los perros; y el que muriere en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque Jehová lo ha dicho. Y tú levántate, y vete a tu casa; y al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño.
Y habló Jehová por medio de sus siervos los profetas, diciendo:
Y se levantaron muy de mañana y salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.
E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová. También se rebeló contra Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón, para no volverse a Jehová el Dios de Israel. Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual Él había santificado en Jerusalén.Leer más.
Y Jehová el Dios de sus padres envió a ellos por medio de sus mensajeros, levantándose de mañana y enviando; porque Él tenía misericordia de su pueblo, y de su habitación. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió el furor de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y el borde de su vestidura llenaba el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.Leer más.
Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas: Y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Yo no envié aquellos profetas, pero ellos corrieron; yo no les hablé, mas ellos profetizaron. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo; y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.
vino la palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río de Quebar; y la mano de Jehová fue allí sobre él.
Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gente rebelde que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así dice Jehová el Señor. Y ya sea que ellos escuchen; o dejen de escuchar (porque son una casa rebelde), siempre sabrán que hubo profeta entre ellos.
Y me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, haz a tu vientre que coma, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.Leer más.
Me dijo luego: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras. Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel. No a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran. Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quieren oír a mí; porque toda la casa de Israel son duros de frente, y de corazón empedernido. He aquí, yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes. Como diamante, más fuerte que el pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde. Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos.
Por esta causa corté con los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale.
Y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Rugiendo el león, ¿quién no temerá? Hablando Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?
¿No oiréis las palabras que proclamó Jehová por medio de los primeros profetas, cuando Jerusalén estaba habitada y quieta, y sus ciudades en sus alrededores, y el Neguev y la llanura estaban habitados?
Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que Cristo había de padecer.
Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que Él había prometido antes por sus profetas en las Santas Escrituras,
Acerca de esta salvación inquirieron y diligentemente indagaron los profetas que profetizaron de la gracia que había de venir a vosotros, escudriñando cuándo o en qué punto de tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, cuando prenunciaba los sufrimientos de Cristo, y las glorias después de ellos. A los cuales fue revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales desean mirar los ángeles.
Pero en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios será consumado, como Él lo anunció a sus siervos los profetas.