Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era deseable a los ojos, y árbol de codicia para entender; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, y comió con ella.

Y el hombre respondió: La mujer que me diste, ella me dio del árbol, y comí.

A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y a tu marido será tu deseo, y él se enseñoreará de ti.

y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; aquella simiente te herirá la cabeza, y tú le herirás el calcañar.

Y del Dios de sus padres no se cuidará, ni del amor de las mujeres; ni se cuidará de dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá.

Mujeres reposadas, levantaos; oíd mi voz; mujeres confiadas, escuchad mi razón.

Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres, que quebrantáis a los menesterosos, que decís a sus señores: Traed, y beberemos.

Y me llevó a la entrada de la puerta de la Casa del SEÑOR, que está al aquilón; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz.

Entonces los escribas y los fariseos le traen una mujer tomada en adulterio; y poniéndola en medio,

Por lo cual Dios los entregó a afectos vergonzosos; pues aun sus mujeres mudaron el natural uso en el uso que es contra naturaleza;

y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es redes y lazos; y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará preso en ella.