28 Versículo de la Biblia sobre las órdenes de los hombres
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Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la ley de tu madre:
Porque el mandamiento es antorcha, y la enseñanza es luz; y camino de vida las reprensiones de la instrucción;
Porque yo lo conozco, sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.
Y mandó también al segundo, y al tercero, y a todos los que iban tras aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto hablaréis a Esaú, cuando le hallareis.
Entonces Isaac llamó a Jacob, y le bendijo, y le mandó diciendo: No tomes esposa de las hijas de Canaán.
Les mandó luego, y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo: sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo;
Mira bien el campo que ellas siegan, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te toquen. Y si tuvieres sed, ve a los vasos, y bebe del agua que sacan los criados.
Esther no declaró cuál era su pueblo ni su parentela; porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase.
Y Esther, según le tenía mandado Mardoqueo, aún no había declarado su nación ni su pueblo; porque Esther hacía lo que decía Mardoqueo, como cuando con él se educaba.
Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo soldados bajo mi cargo; y digo a éste: Ve, y va; y a otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
Éste fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que el cuerpo le fuese entregado.
Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mi cargo; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.
Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, os han inquietado con palabras, turbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, a los cuales no dimos tal mandato,
No hablo como quien manda, sino por causa de la diligencia de otros, y para probar la sinceridad de vuestro amor.
Ahora os mandamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que anduviere desordenadamente, y no conforme a la doctrina que recibió de nosotros:
Porque aun cuando estábamos con vosotros, os mandábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
Y a los tales requerimos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando calladamente, coman su propio pan.
Te exhorto delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, a que guardes estas cosas sin prejuicios, que nada hagas con parcialidad.
no atendiendo a fábulas judaicas, y a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
Por lo cual, aunque tengo mucha resolución en Cristo para mandarte lo que conviene,