15 Versículos de la Biblia sobre Los Capitanes

Versículos Más Relevantes

Génesis 37:36

Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial del Faraón, capitán de los de la guardia.

Génesis 39:1

Y descendido José a Egipto, lo compró Potifar, oficial del Faraón, capitán de los de la guardia, varón egipcio, de mano de los ismaelitas que lo habían llevado allá.

Génesis 40:3-4

y los puso en la cárcel de la casa del capitán de los de la guardia, en la casa de la cárcel donde José estaba preso. Y el capitán de los de la guardia dio cargo de ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la cárcel.

Génesis 41:10

El Faraón se enojó contra sus siervos, y a mí me echó en la cárcel de la casa del capitán de los de la guardia, a mí y al príncipe de los panaderos.

1 Samuel 22:14

Entonces Ahimelec respondió al rey, y dijo: ¿Y quién hay fiel entre todos sus siervos como lo es David, yerno del rey, y que va por tu mandado, y es ilustre en tu casa?

Jeremías 37:13

Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías, hijo de Selemías hijo de Hananías, el cual prendió a Jeremías profeta, diciendo: Tú te retiras a los caldeos.

Hechos 4:1

Y hablando ellos al pueblo, sobrevinieron los sacerdotes, y el magistrado del Templo, y los saduceos,

Hechos 5:24

Y cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el capitán del Templo y los príncipes de los sacerdotes, dudaban en qué vendría a parar aquello.

2 Reyes 1:9-14

Y envió luego a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual subió a él; y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y él le dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas. Y Elías respondió, y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta. Volvió el rey a enviar a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta; y le habló, y dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho así: Desciende pronto.Leer más.
Y les respondió Elías, y dijo: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió el fuego de Dios del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta. Y volvió a enviar el tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta; y subiendo aquel tercer capitán de cincuenta, se arrodilló delante de Elías, y le rogó, diciendo: Varón de Dios, te ruego que sea de valor delante de tus ojos mi vida y la vida de estos tus cincuenta siervos. He aquí ha descendido fuego del cielo, y ha consumido los dos primeros capitanes de cincuenta, con sus cincuenta; sea ahora mi alma de valor delante de tus ojos.

Jueces 5:14

De Efraín salió su raíz contra Amalec, tras ti vino Benjamín contra tus pueblos; de Maquir descendieron príncipes, y de Zabulón los que solían manejar punzón de escribiente.

1 Reyes 9:22

Mas a ninguno de los hijos de Israel impuso Salomón servicio, sino que eran hombres de guerra, o sus criados, o sus príncipes, o sus capitanes, o príncipes de sus carros, o su gente de a caballo.

2 Crónicas 8:9

Y de los hijos de Israel no puso Salomón siervos en su obra; porque eran hombres de guerra, y sus príncipes y sus capitanes, y príncipes de sus carros, y su gente de a caballo.

Isaías 3:1-3

Porque he aquí que el Señor DIOS de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y la sustentadora, todo sustento de pan y todo socorro de agua; el valiente, y el hombre de guerra, el juez, y el profeta, el adivino, y el anciano; el capitán de cincuenta, y el hombre de respeto, y el consejero, y el artífice excelente, y el sabio de elocuencia.

Jonás 1:6

Y el maestre de la nave se llegó a él, y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; por ventura él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.

Apocalipsis 18:17-19

Porque, ¡en una hora han sido desoladas tantas riquezas! Y todo patrón, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se estuvieron lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Cuál era semejante a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas; y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad, en la cual todos los que tenían navíos en el mar se habían enriquecido de sus riquezas: que en una hora ha sido desolada!

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