12 Versículos de la Biblia sobre Los demonios perjudicando a los individuos
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Siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con las piedras.
Y he aquí una mujer cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está enferma, poseida del demonio.
Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando en ellos, y enseñoreándose de ellos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
Y el Espíritu del SEÑOR se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte del SEÑOR. Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, que un espíritu malo de parte de Dios te atormenta. Diga, pues, nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen alguno que sepa tocar el arpa; para que cuando fuere sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él taña con su mano, y tengas alivio.
el cual, dondequiera que le toma, le despedaza; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que le echaran fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, le dijo: ¡Oh generación infiel! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tengo de sufrir? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando le vio, luego el espíritu le desgarraba; y cayendo en tierra, se revolcaba, echando espumarajos.
y he aquí un espíritu le toma, y de repente da voces; y le despedaza y hace echar espuma, y apenas se aparta de él quebrantándole. Y rogué a tus discípulos que le echaran fuera, y no pudieron. Y respondiendo Jesús, dice: ¡Oh generación infiel y perversa! ¿Hasta cuándo tengo que estar con vosotros, y os sufriré? Trae tu hijo acá.Leer más.
Y mientras se acercaba, el demonio le derribó y despedazó; pero Jesús increpó al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo volvió a su padre.
Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad hacía dieciocho años, y andaba agobiada, que en ninguna manera se podía enderezar.
Y aun de las ciudades vecinas concurría multitud a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; los cuales todos eran curados.
Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le despedaza; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que le echaran fuera, y no pudieron.
Y saliendo ellos, he aquí, le trajeron un hombre mudo, endemoniado. Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la multitud se maravilló, diciendo: Nunca ha sido vista cosa semejante en Israel.
Y estaba él lanzando un demonio, el cual era mudo; y aconteció que salido fuera el demonio, el mudo habló y la multitud se maravilló.