30 Versículo de la Biblia sobre los querubines
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Y cada uno tenía cuatro rostros. El primer rostro era de querubín; el segundo rostro, de hombre; el tercer rostro, de león; el cuarto rostro, de águila.
Tú, querubín grande, cubierto, y yo te puse; en el santo monte de Dios estuviste; en medio de piedras de fuego anduviste.
Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines, junto a cada querubín una rueda; y el aspecto de las ruedas era como el de piedra de Tarsis.
Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una llama de cuchillo que andaba en derredor para guardar el camino del árbol de la vida.
Y cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento.
Y encima de él estaban serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
Y los querubines extenderán por encima las dos alas, cubriendo con sus alas la cubierta; sus caras la una enfrente de la otra, mirando a la cubierta las caras de los querubines.
Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla.
Y toda su carne, y sus costillas, y sus manos, y sus alas, y las ruedas, lleno estaba de ojos alrededor en sus cuatro ruedas.
Harás también dos querubines de oro, labrados a martillo los harás, en los dos cabos de la cubierta.
Y sobre ella los querubines de la gloria que cubrían el propiciatorio, cosas de las cuales no se puede ahora hablar en detalle.
Y se levantaron los querubines; éstos son los animales que vi en el río de Quebar.
Y apareció en los querubines la figura de una mano humana debajo de sus alas.
Y la gloria del SEÑOR se salió de sobre el umbral de la Casa, y paró sobre los querubines.
Harás, pues, un querubín al extremo de un lado, y un querubín al otro extremo del lado opuesto; harás los querubines en sus dos extremidades.
Porque los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca y sus varas por encima.
Y de allí me testificaré a ti, y hablaré contigo de sobre la cubierta, de entre los dos querubines que estarán sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandaré para los hijos de Israel.
Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, el SEÑOR de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
El largo de las alas de los querubines era de veinte codos; porque una ala era de cinco codos; la cual llegaba hasta la pared de la Casa; y la otra ala de cinco codos, la cual llegaba al ala del otro querubín.
Y habló al varón vestido de lienzos, y le dijo: Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, y llena tus manos de carbones encendidos de entre los querubines, y derrama sobre la ciudad. Y entró a vista mía.
Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las ruedas tampoco se volvían de junto a ellos.
Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos encima.
Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas la cubierta; y sus rostros el uno enfrente del otro, hacia la cubierta los rostros de los querubines.
Y la gloria del Dios de Israel se alzó de sobre el querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la Casa; y llamó al varón vestido de lienzos, que tenía a su cintura el tintero de escribano.
Y la gloria del SEÑOR se había levantado del querubín al umbral de la puerta; y la Casa fue llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del SEÑOR.
Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor; y de dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y que es, y que ha de venir.
Y harás también un velo de cárdeno, y púrpura, y carmesí, y de lino torcido; será hecho de primorosa labor, con querubines;
Al Vencedor: sobre Sosanim: testimonio de Asaf: Salmo. Oh Pastor de Israel, escucha; tú que pastoreas como a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece.
El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo Tú eres Dios sobre todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra.