33 Versículos de la Biblia sobre Lástima

Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

Y Elí era muy viejo, y oía todo lo que sus hijos hacían a todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de la congregación.

La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.

Los sabios heredarán honra; mas los necios llevarán ignominia.

El que recoge en el estío es hombre entendido; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.

Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes es la sabiduría.

Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y camino en tu verdad.

Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado; mas yo, meditaré en tus mandamientos.

Jehová, levantada está tu mano, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.

He aquí que todos sus compañeros serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Que se reúnan todos ellos y se pongan de pie; se asombrarán, y serán avergonzados a una.

Confusos y avergonzados serán todos ellos; irán con afrenta todos los fabricadores de imágenes.

Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fortaleza; a Él vendrán, y todos los que contra Él se enardecen serán avergonzados.

¡Oh Jehová, esperanza de Israel! todos los que te dejan, serán avergonzados; y los que de mí se apartan, serán escritos en el polvo; porque dejaron el manantial de aguas vivas, a Jehová.

Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto.

Tú, hijo de hombre, muestra a la casa de Israel esta casa, y avergüéncense de sus pecados, y midan el diseño de ella.

La ató el viento en sus alas, y se avergonzarán de sus sacrificios.

Y aun será él llevado a Asiria como presente al rey Jareb: Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su propio consejo.

Y viendo Moisés que el pueblo estaba desnudo, porque Aarón lo había desnudado para vergüenza entre sus enemigos,

y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.

Los que te aborrecen, serán vestidos de vergüenza; y la habitación de los impíos perecerá.

Cada día mi vergüenza está delante de mí, y me cubre la confusión de mi rostro,

y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que nunca borrará el olvido.

Allí están los príncipes del norte, todos ellos, y todos los de Sidón, que con su terror descendieron con los muertos, avergonzados de su poderío, yacen también incircuncisos con los muertos a espada, y llevaron su confusión con los que descienden a la fosa.

Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

Su bebida se corrompió; fornicaron pertinazmente; sus príncipes amaron lo que avergüenza.

He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.

Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos.

Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio; delante de ti están todos mis enemigos.

Para vuestra vergüenza lo digo. ¿Será así, que no haya entre vosotros sabio, ni siquiera uno que pueda juzgar entre sus hermanos?

Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nosotros. Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; mas la tristeza del mundo produce muerte. Porque he aquí, esto mismo que os contristó según Dios; ¡cuánta solicitud ha obrado en vosotros, y qué defensa, y qué indignación, y qué temor, y qué gran deseo, y qué celo, y aun vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en este asunto.

Y si alguno no obedeciere a nuestra palabra por esta epístola, señalad al tal, y no os juntéis con él, para que se avergüence.

puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual, por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.