13 Versículos de la Biblia sobre Látigos
Versículos Más Relevantes
Y hecho un azote de cuerdas, los echó a todos del Templo, y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas;
Ahora pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os hirió con azotes, mas yo os heriré con escorpiones.
Sonido de látigo, y estruendo de movimiento de ruedas; y caballo atropellador, y carro saltador se oirá en ti ;
El látigo para el caballo, y el cabestro para el asno, y la vara para el cuerpo del loco.
Cuarenta veces lo hará herir, no más; no sea que, si lo hiriere con muchos azotes a más de éstos, se envilezca tu hermano delante de tus ojos.
Y Gedeón dijo: Pues cuando el SEÑOR hubiere entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna, yo trillaré vuestra carne con espinas y abrojos del desierto.
Instruye al niño en su carrera; aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.
Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser colgado en un madero.
Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese colgado de un madero.
Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a un tal hombre, porque no conviene que viva. Y dando ellos voces, y arrojando sus ropas y echando polvo al aire, Mandó el tribuno que le llevasen a la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él.Leer más.
Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un hombre romano sin ser condenado? Cuando el centurión oyó esto , fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es romano. Y viniendo el tribuno, le dijo: Dime, ¿eres tú Romano? Y él dijo: Sí. Y respondió el tribuno: Yo con grande suma alcancé esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento. Así que, luego se apartaron de él los que le habían de atormentar; y aun el tribuno también tuvo temor, entendido que era romano, por haberle atado.