33 Versículo de la Biblia sobre Novedad
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Y todos se maravillaron, de tal manera que inquirían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta, que con potestad aun a los espíritus inmundos manda, y le obedecen?
Y les decía también una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo; pues si lo hace, rompe el nuevo, y el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo.
Y nadie echa remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque el tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.
Nadie echa remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera el mismo remiendo nuevo tira del viejo, y la rotura se hace peor.
Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera el vino nuevo romperá los odres, y el vino se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conserva.
Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y se pierden los odres; mas echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conserva juntamente.
Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera el vino nuevo rompe los odres, y se derrama el vino, y los odres se pierden; mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.
He aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, en los cuales haré nuevo pacto con la Casa de Jacob y con la Casa de Judá:
Así que, por eso es Mediador del Nuevo Testamento, para que interviniendo muerte para la remisión de las rebeliones que había debajo del primer Testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el Nuevo testamento en mi sangre; haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí.
el cual aun nos hizo que fuésemos ministros suficientes del Nuevo Testamento, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, mas el Espíritu vivifica.
Así que, la suma acerca de lo dicho es : Que tenemos tal Sumo Sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos; ministro del Santuario, y de aquel verdadero Tabernáculo que el Señor asentó, y no al hombre. Porque todo sumo sacerdote es puesto para ofrecer presentes y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tuviese algo que ofrecer.Leer más.
Así que si estuviese sobre la tierra, ni aun sería sacerdote, estando aún los otros sacerdotes que ofrecen los presentes según la Ley. (Los cuales sirven de ejemplo y sombra de las cosas celestiales, como fue respondido a Moisés cuando había de hacer el Tabernáculo: Mira, dice: haz todas las cosas conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte). Mas ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto de un mejor testamento es Mediador, el cual es hecho de mejores promesas. Porque si aquel primero fuera sin falta, ciertamente no se hubiera procurado lugar del segundo. Porque reprendiéndolos dice: He aquí, vienen días, dice el Señor, y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo testamento; no como el testamento que hice a vuestros padres el día que los tomé por la mano que los sacaría de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mi testamento, y yo los menosprecié a ellos, dice el Señor; por lo cual este es el testamento que ordenaré a la Casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en el alma de ellos, y sobre el corazón de ellos las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo. Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, desde el menor de ellos hasta el mayor. Porque seré propicio a sus iniquidades, y a sus pecados; y de sus iniquidades no me acordaré más. Diciéndolo nuevo, dio por viejo al primero; y lo que decae y se envejece, cerca está de desvanecerse.
por el camino que él nos consagró nuevo, y vivo, por el velo, es a saber, por su carne,
y a Jesús el Mediador del Nuevo Testamento; y a la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel.
Y verán los gentiles tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca del SEÑOR nombrará.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al que venciere, daré a comer del Maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un Nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo, que según su grande misericordia nos ha engendrado de nuevo en esperanza viva, por la resurrección de Jesús, el Cristo, de los muertos:
Y había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no estuviere Dios con él. Respondió Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el Reino de Dios.Leer más.
Le dice Nicodemo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez. El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde vaya; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo, y le dijo: ¿Cómo puede esto hacerse? Respondió Jesús, y le dijo: ¿Tú eres el maestro de Israel, y no sabes esto? De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado; para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Id, y estando en el Templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida.
Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como el Cristo resucitó de los muertos a gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
y revestíos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme a la imagen del que lo creó;
De manera que si alguno es en Cristo, son nueva creación; las cosas viejas pasaron; he aquí todo es hecho nuevo.
Porque en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.
y a renovaros en el espíritu de vuestro entendimiento, y vestir el nuevo hombre que es creado conforme a Dios en justicia y en santidad de la verdad.
Un mandamiento nuevo os doy: Que os ameis unos a otros; como os he amado, que también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la Palabra que habéis oído desde el principio. Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es la verdad en él y en vosotros; porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya alumbra.
Y vi un cielo nuevo, y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es. Y yo Juan vi la santa Ciudad, Jerusalén la nueva, que descendía del cielo, aderezada de Dios, como la esposa ataviada para su marido.
He aquí que yo hago cosa nueva; presto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez pondré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
Porque he aquí, que yo creo nuevos cielos y nueva tierra. De lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.
Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago, permanecen delante de mí, dice el SEÑOR, así permanecerá vuestra simiente y vuestro nombre.
Pero esperamos cielos nuevos y tierra nueva, según sus Promesas, en los cuales mora la justicia.
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios, que es la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi Nombre nuevo.
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.