20 Versículo de la Biblia sobre Previsión
Versículos Más Relevantes
Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque el SEÑOR hará mañana entre vosotros maravillas.
Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano del SEÑOR vino sobre él; y dijo: Así dijo el SEÑOR: Haced en este valle muchas acequias. Porque el SEÑOR ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia, y este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias, y vuestros ganados.
Ahora ciñe como varón tus lomos; yo te preguntaré, y hazme saber tú.
Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro en el escondedero de tus alas.
La esperanza que se prolonga, es tormento del corazón; mas árbol de vida es el deseo cumplido.
Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis del SEÑOR, no ceséis,
Hijo de hombre, profetiza, y di: Así dijo el Señor DIOS: Aullad: ¡Ay del día! Porque cerca está el día, cerca está el día del Señor; día de nublado, tiempo de los gentiles será.
Tú, pues, conviértete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios espera siempre.
Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.
Yo empero al SEÑOR esperaré, esperaré al Dios de mi salud; el Dios mío me oirá.
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: Si esto parecerá dificultoso a los ojos del remanente de este pueblo en estos días, ¿también será dificultoso delante de mis ojos? Dice el SEÑOR de los ejércitos.
Y he aquí, había un hombre en Jerusalén, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo era sobre él. Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor. Y vino por el Espíritu al templo. Y cuando metieron al niño Jesús sus padres en el Templo, para hacer por él conforme a la costumbre de la ley.Leer más.
Entonces él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, y dijo: Ahora despides, Señor, a tu siervo, Conforme a tu palabra, en paz; porque han visto mis ojos tu Salud, la cual has aparejado en presencia de todos los pueblos; lumbre para ser revelada a los gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel.
Mas no ruego solamente por ellos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.
Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.
Porque en esperanza somos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, no lo espera.
antes, como está escrito: Lo que ojo no vio, ni oreja oyó, ni ha subido en corazón de hombre, es lo que Dios ha preparado para aquellos que le aman. Pero Dios nos lo reveló a nosotros por su Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Como Abraham creyó a Dios, y le fue atribuido a justicia. Así que conocéis que los que son por la fe, los tales son los hijos de Abraham. Y viendo antes la Escritura que Dios por la fe había de justificar a los gentiles, evangelizó antes a Abraham, diciendo : Que todos los gentiles de la tierra serán benditos en ti.Leer más.
Luego los de la fe son los benditos con el creyente Abraham.
En fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas; sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y abrazándolas; y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan su patria natural. Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tenían tiempo para volverse;Leer más.
mas empero deseaban la mejor, es a saber, la celestial, por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les había aparejado ciudad.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, (el cual da a todos abundantemente, y sin reproche) y le será dada. Pero pida en fe, no dudando nada; porque el que duda, es semejante a la onda del mar, que es movida del viento, y es echada de una parte a otra. Ciertamente no piense el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo, que según su grande misericordia nos ha engendrado de nuevo en esperanza viva, por la resurrección de Jesús, el Cristo, de los muertos: Para la herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, conservada en los cielos,