9 Versículo de la Biblia sobre Sordera natural
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``No maldecirás al sordo, ni pondrás tropiezo delante del ciego, sino que tendrás temor de tu Dios; yo soy el SEÑOR.
Tengo ahora ochenta años. ¿Puedo distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Puede tu siervo saborear lo que come o bebe? ¿Puede oír aún la voz de los cantores o de las cantoras? ¿Por qué, pues, ha de ser tu siervo otra carga más para mi señor el rey?
cuando se cierren las puertas de la calle por ser bajo el sonido del molino, y se levante uno al canto del ave, y todas las hijas del canto sean abatidas;
los CIEGOS RECIBEN LA VISTA y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los POBRES SE LES ANUNCIA EL EVANGELIO.
Y le trajeron* a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron* que pusiera la mano sobre él.
Y respondiendo El, les dijo: Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los CIEGOS RECIBEN LA VISTA, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son resucitados {y a} los POBRES SE LES ANUNCIA EL EVANGELIO.
Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él.
Y le trajeron* a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron* que pusiera la mano sobre él. Entonces {Jesús,} tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua {con la saliva;} y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo*: ¿Effatá!, esto es: ¿Abrete!Leer más.
Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con claridad. Y {Jesús} les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban. Y se asombraron en gran manera, diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar.
Y cuando los que rodeaban a Jesús vieron lo que iba a suceder, dijeron: Señor, ¿heriremos a espada? Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Respondiendo Jesús, dijo: ¿Deteneos! Basta de esto. Y tocando la oreja {al siervo,} lo sanó.