14 Versículo de la Biblia sobre Tirar piedras
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Y como perseveraban preguntándole, se enderezó, y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
tiempo de esparcir las piedras, y tiempo de juntar las piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de alejarse de abrazar;
De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran cerrados de la mano derecha (zurdos), todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello sin errar. \'
Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos en tirar piedras con honda, y saetas con arco, de los hermanos de Saúl de Benjamín.
No le tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando hubiere sonado largamente el jubileo, subirán al monte.
tomó su cayado en su mano, y tomó cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y con su honda en su mano se fue hacia el filisteo.
Y metiendo David su mano en el saco, tomó de allí una piedra, y se la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó hincada en su frente, y cayó en tierra sobre su rostro.
y echando piedras contra David, y contra todos los siervos del rey David; y todo el pueblo, y todos los hombres valientes estaban a su diestra y a su siniestra.
Y como David y los suyos iban por el camino, Simei iba por el lado del monte delante de él, andando y maldiciendo, y arrojando piedras delante de él, y esparciendo polvo.
Y asolaron las ciudades, y en todas las heredades fértiles echó cada uno su piedra, y las llenaron; taparon también todas las fuentes de las aguas, y derribaron todos los buenos árboles; hasta que en Kir-hareset solamente dejaron sus piedras; porque los honderos la cercaron, y la hirieron.
Bien que alguien se haya levantado a perseguirte y a buscar tu alma, con todo, el alma de mi señor será ligada en el haz de los que viven con el SEÑOR Dios tuyo, y él arrojará el alma de tus enemigos como de en medio de la palma de una honda.
Como quien liga la piedra en la honda, así es el que da honra al loco.
Saeta no le hace huir; las piedras de honda se le tornan aristas.
Y él se apartó de ellos como a un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,