13 Versículos de la Biblia sobre Traducciones
Versículos Más Relevantes
Por lo cual, os decimos esto por palabra del Señor; que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí, apareció un carro de fuego con caballos de fuego que apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.
Y vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.
Por fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que a Dios se acerca, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Y aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal. Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Betel. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues, a Betel. Y saliendo a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Betel, le dijeron: ¿Sabes que Jehová quitará hoy a tu señor de sobre tu cabeza? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad.Leer más.
Y Elías le volvió a decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron, pues, a Jericó. Y los hijos de los profetas que estaban en Jericó vinieron a Eliseo, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová quitará hoy a tu señor de sobre tu cabeza? Y él respondió: Sí, yo lo sé; callad. Y Elías le dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Fueron, pues, los dos. Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y se pararon enfrente a lo lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán. Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos en seco. Y sucedió que cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieres que haga por ti, antes que sea quitado de tu lado. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Y él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será así hecho; mas si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí, apareció un carro de fuego con caballos de fuego que apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.
No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, he aquí, os lo he dicho.
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y una nube lo recibió, y lo encubrió de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que Él se iba, he aquí dos varones en vestiduras blancas se pusieron junto a ellos; los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados. En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.Leer más.
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de ser después de éstas. Y al instante estaba yo en el Espíritu; y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y uno sentado sobre el trono. Y el que estaba sentado, era al parecer semejante al jaspe y a la piedra de sardonia; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.Leer más.
Y alrededor del trono había veinticuatro sillas; y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.
Después de estas cosas miré, y he aquí una gran multitud, la cual ninguno podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos; y aclamaban en alta voz, diciendo: Salvación a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,Leer más.
diciendo: Amén: La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por siempre jamás. Amén. Y respondió uno de los ancianos, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Éstos son los que han salido de gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. No tendrán más hambre, ni sed; y el sol no caerá más sobre ellos, ni ningún calor; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
Y miré, y he aquí un Cordero estaba en pie sobre el monte de Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes. Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas. Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron redimidos de entre los de la tierra.Leer más.
Éstos son los que no fueron contaminados con mujeres; porque son vírgenes. Éstos son los que siguen al Cordero por dondequiera que Él va. Éstos fueron redimidos de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero. Y en sus bocas no fue hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.
Y me fue dada una caña semejante a una vara, y el ángel se puso en pie diciendo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo, déjalo aparte, y no lo midas, porque es dado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. Y daré potestad a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.Leer más.
Éstos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. Y si alguno quisiere dañarles, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quisiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. Éstos tienen potestad de cerrar el cielo, para que no llueva en los días de su profecía, y tienen potestad sobre las aguas para tornarlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren. Y cuando ellos hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará. Y sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran ciudad, que espiritualmente es llamada Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas, y naciones verán los cadáveres de ellos por tres días y medio, y no permitirán que sus cadáveres sean puestos en sepulcros. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos, y se alegrarán, y se enviarán dones unos a otros; porque estos dos profetas han atormentado a los que moran sobre la tierra. Y después de tres días y medio el Espíritu de vida enviado de Dios, entró en ellos, y se alzaron sobre sus pies, y vino gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos los vieron.