60 Versículos de la Biblia sobre amar

Habiendo purificado vuestras almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro,

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.

Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección.

El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es caridad.

Todas vuestras cosas sean hechas con caridad.

En esto se mostró la caridad de Dios en nosotros, en que Dios envió su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué gracias tendréis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.

Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su alma por sus amigos.

Gracia sea con todos los que aman al Señor nuestro, Jesús, el Cristo en incorrupción. Amén.

Este es mi mandamiento: Que os ameis los unos a los otros, como yo os he amado.

Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad cubrirá multitud de pecados.

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo; si alguno ama al mundo, la caridad del Padre no está en él.

Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he alzado mi alma.

Mas ahora permanece la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres cosas; pero la mayor de ellas es la caridad.

Carísimos, amémonos unos a otros; porque la caridad es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo que es suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo.

El SEÑOR se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo : Con amor eterno te he amado; por tanto te soporté con misericordia.

Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

con toda humildad y mansedumbre, con tolerancia, soportando los unos a los otros en caridad;

Nosotros lo amamos a él, porque él primero nos amó.

La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sin razón, no se envanece;

Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; alegrémonos en amores.

Y nosotros hemos conocido y creído la caridad que Dios tiene en nosotros. Dios es caridad; y el que permanece en caridad, permanece en Dios, y Dios en él.

En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo; cualquiera que no hace justicia, y que no ama a su Hermano, no es de Dios.

amando la caridad de la hermandad los unos con los otros; previniéndoos con honra los unos a los otros;

Y nosotros tenemos este mandamiento de él: Que el que ama a Dios, ame también a su Hermano.

Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os calumnian y os persiguen;

Yo he conocido tus obras, y caridad, y servicio, y fe, y tu paciencia, y tus obras, las postreras que son muchas más que las primeras.

Mas la gracia del Señor nuestro fue más abundante con la fe y amor que es en Cristo Jesús.

Si me amáis, guardad mis mandamientos;

Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.

Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su Hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su Hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar a Dios que no ha visto?

De día mandará el SEÑOR su misericordia, y de noche su canción será conmigo, oración al Dios de mi vida.

En la caridad no hay temor; mas la perfecta caridad echa fuera el temor; porque el temor tiene pena; de donde el que teme, no está completo en caridad.

Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy.

Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.

Y esta es la caridad, que andemos según su mandamiento. Y el mandamiento es: Que andéis en él, como vosotros habéis oído desde el principio.

Y a vosotros multiplique el Señor, y haga abundar la caridad entre vosotros, y para con todos, como es también de nosotros para con vosotros;

Mejor es la reprensión manifiesta que el amor oculto.

El fin del mandamiento es la caridad nacida de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida;