53 Versículos de la Biblia sobre compartir

Y, del hacer bien y de la confraternidad no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.

compartiendo para las necesidades de los santos; siguiendo la hospitalidad.

Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes;

Y el que es enseñado en la palabra, comunique en todo lo bueno al que lo instruye.

Y vendían las posesiones, y las haciendas, y las repartían a todos, según la necesidad de cada uno.

y si comí mi bocado solo, y no comió de él el huérfano;

que por la experiencia de esta suministración glorifican a Dios por la obediencia de vuestro consentimiento en el Evangelio del Cristo, y en la bondad de la comunicación para con ellos y para con todos;

Tan amadores de vosotros, que quisiéramos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino aun nuestras propias almas; porque nos sois carísimos.

Y de la multitud de los que habían creído era un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes.

mas encomiéndales el bien hacer, el hacerse ricos en buenas obras, el dar con facilidad, el comunicar fácilmente;

dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los santos en luz;

por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria (de los hijos) de Dios.

No hablo de todos vosotros; yo sé los que he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.

La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la confraternidad de la sangre del Cristo? El pan que partimos, ¿no es la confraternidad del cuerpo del Cristo?

Porque si fuimos plantados juntamente en él a la semejanza de su muerte, también lo seremos a la de su resurrección;

que la comunicación de tu fe sea eficaz, para conocimiento de todo el bien que está en vosotros, por Cristo Jesús.

el cual era contado con nosotros, y tenía suerte o herencia en este ministerio.

cumplid mi gozo; que sintáis lo mismo, teniendo una misma caridad, unánimes, sintiendo una misma cosa.

Sean para ti solo, y no para los extraños contigo.

No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado, guarda, no abras tu boca.

Por tanto, si hay en vosotros alguna consolación en el Cristo; si algún refrigerio de caridad; si alguna comunión del Espíritu; si algunas entrañas y misericordias,

por vuestra comunión en el Evangelio, desde el primer día hasta ahora.

Y perseverando unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón,

Aun el varón de mi paz, en quien yo confiaba, el que comía mi pan, engrandeció contra mí el calcañar.

Porque juntos comunicábamos dulcemente los secretos, en la Casa de Dios andábamos en compañía.

rogándonos con muchas súplicas, que recibiéramos la gracia y la comunicación del ministerio que se hace para los santos.

Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones.

a lo cual os llamó por nuestro Evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesús el Cristo.

Porque es imposible que los que una vez recibieron la luz, y que gustaron aquel don celestial, y que fueron hechos partícipes del Espíritu Santo;

por conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte,

Y algunos, a la verdad, predican al Cristo por envidia y porfía; mas otros también por buena voluntad.

Porque un pan, significa que muchos somos un cuerpo; pues todos participamos de un pan.

Si estorbé el contento de los pobres, e hice desfallecer los ojos de la viuda;

Ahora pues, Padre, clarifícame tú cerca de ti mismo de aquella claridad que tuve cerca de ti antes que el mundo fuera.

Sin embargo, bien hicisteis que comunicasteis juntamente a mi tribulación.

como tenía una heredad, la vendió, y trajo el precio, y lo puso a los pies de los apóstoles.

Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio del Evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna Iglesia me comunicó en razón de dar y recibir, sino vosotros solos.

y partirás por mitad la presa entre los que pelearon, los que salieron a la guerra, y toda la congregación.

a los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio en los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

para ser juntamente consolado con vosotros por la común fe, vuestra y mía.

Yo soy el SEÑOR. Este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.

Y oyeron los vecinos y los parientes que Dios había hecho con ella grande misericordia, y se alegraron con ella.

Que ningún necesitado había entre ellos; porque todos los que poseían heredades o casas, vendiéndolas, traían el precio de lo vendido,

Mejor es estar en un rincón del terrado, que con la mujer rencillosa en casa espaciosa.

Porque les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles en los carnales.

Que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras; y no te escondas de tu hermano.

¿Y quién os escuchará en este caso? Porque igual parte ha de ser la de los que vienen a la batalla, y la de los que quedan con el bagaje; que partan juntamente.

Salgamos pues a él fuera del campamento, llevando su vituperio.