54 Versículos de la Biblia sobre el abuso

y los que disfrutan de este mundo, como no abusando de ello; porque la apariencia de este mundo se pasa.

Salgamos, pues, a Él, fuera del campamento, llevando su vituperio.

Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.

Mas ahora dejad también vosotros todas estas cosas; ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras sucias de vuestra boca.

¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡En ninguna manera!

Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros en Egipto; porque tenía puesta su mirada en el galardón.

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

Porque la tierra está llena de adúlteros; porque a causa del juramento la tierra está de luto; los pastizales del desierto se secaron; la carrera de ellos es mala, y su fortaleza no es recta.

A ninguna viuda ni huérfano afligiréis.

Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se extendía como un laurel verde;

Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo, y muriere bajo de su mano, será castigado:

Porque toleráis si alguno os pone en servidumbre, si alguno os devora, si alguno toma de vosotros, si alguno se ensalza, si alguno os hiere en la cara.

Y trabajamos obrando con nuestras manos; siendo maldecidos, bendecimos; siendo perseguidos, lo sufrimos;

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

Porque vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino por amor servíos los unos a los otros.

Maridos, amad a vuestras esposas, y no seáis amargos para con ellas.

El fruto de tu tierra y todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y sólo serás oprimido y quebrantado todos los días.

Dicen: ¿Por qué ayunamos, y tú no lo ves? ¿Por qué humillamos nuestras almas, y tú no te das por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno halláis placer, y oprimís a todos vuestros obreros.

Entonces fueron crucificados con Él, dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta: El que reprende al impío, se atrae mancha.

Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey, ni en los secretos de tu cámara digas mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.

Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces Saúl tomó la espada, y se echó sobre ella.

Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles a los pastores: Así dice Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar los rebaños?

Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se dicen, no sea que oigas a tu siervo que habla mal de ti:

Y al extranjero no engañarás, ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.

No robes al pobre, porque es pobre, ni oprimas en la puerta al afligido;

Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda, y cesará el pleito y la afrenta.

y principalmente a aquellos que siguen la carne en la concupiscencia de inmundicia, y menosprecian todo gobierno. Atrevidos, contumaces, que no temen decir mal de las potestades superiores.

Y los que pasaban le injuriaban, meneando sus cabezas y diciendo: ¡Ah! Tú que derribas el templo de Dios y en tres días lo reedificas,

He aquí mi hija virgen, y la concubina de él; yo os las sacaré ahora; humilladlas, y haced con ellas como os pareciere, y no hagáis a este hombre cosa tan infame.

Mas mirad que esta vuestra libertad de ninguna manera venga a ser tropezadero a los que son débiles.

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Y a cualquiera que dijere palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero a cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este mundo, ni en el venidero.

Y cuando estaban gozosos, he aquí, que los hombres de aquella ciudad, hombres hijos de Belial, rodearon la casa, golpeando las puertas, y diciendo al hombre viejo dueño de la casa: Saca fuera el hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos.

No intentes mal contra tu prójimo, estando él confiado de ti.

El que oprime al pobre para acrecentar su riqueza, y que da al rico, ciertamente vendrá a pobreza.

Y el que hiriere a su padre o a su madre, morirá.

¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi potestad en el evangelio.

De manera que cualquiera que comiere este pan, o bebiere la copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

En lo cual les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;

Quien cuando le maldecían no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquél que juzga justamente:

no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que heredaseis bendición.

Y los que pasaban le injuriaban, meneando sus cabezas,

Como libres, mas no usando la libertad para cobertura de malicia, sino como siervos de Dios.

por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra parte fuisteis hechos compañeros de los que han estado en igual situación.

Día y noche la rodean sobre sus muros; e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.

Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.