40 Versículos de la Biblia sobre el aliento

Formó, pues, El SEÑOR Dios al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un alma viviente.

Por el soplo de Dios se da el hielo, y las anchas aguas son constreñidas.

Su aliento enciende los carbones, y de su boca sale llama.

que todo el tiempo que mi alma estuviere en mí, y hubiere hálito de Dios en mis narices,

En su mano está el alma de todo viviente, y el espíritu de toda carne humana.

El espíritu de Dios me hizo, y la inspiración del Omnipotente me dio vida.

El hombre es semejante a la vanidad; sus días son como la sombra que pasa.

Y después de tres días y medio, el Espíritu de vida, enviado de Dios entró en ellos, y se alzaron sobre sus pies, y vino gran temor sobre los que los vieron.

Y, he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.

y el polvo se torne a la tierra, como era antes , y el espíritu se vuelva a Dios que lo dio.

Con la palabra del SEÑOR fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos con el espíritu de su boca.

Saldrá su espíritu, se volverá en su tierra; en aquel día perecerán todos sus pensamientos.

Alabaré al SEÑOR en mi vida; diré salmos a mi Dios mientras viviere.

Acuérdate que mi vida es un viento, y que mis ojos no volverán para ver el bien.

Toda Escritura es inspirada divinamente y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,

Ciertamente espíritu hay en el hombre, e inspiración del Omnipotente los hace que entiendan.

Así dice el SEÑOR Dios, el Creador de los cielos, y el que los extiende; el que extiende la tierra y sus verduras; el que da resuello al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan:

Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.

Solamente de las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida;

Envías tu espíritu, se crean; y renuevas la faz de la tierra.

Si él pusiese sobre el hombre su corazón, y recogiese así su espíritu y su aliento,

ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da a todos vida, y respiración, y todas las cosas;

Y pondré nervios sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy el SEÑOR.

Candela del SEÑOR es el aliento del hombre que escudriña lo secreto del vientre.

¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi Señor hablar con este mi Señor? Porque en este instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.

Y vinieron a Noé al arca, de dos en dos, de toda carne, en que había espíritu de vida.

Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así dijo el Señor DIOS: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

Así dijo el Señor DIOS a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

Todo lo que respira alabe a JAH. Alelu-JAH.

y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el Espíritu de su boca, y con la claridad de su venida lo quitará:

Porque ha inclinado a mí su oído, le invocaré en todos mis días.

¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres suba arriba, y que el espíritu del animal descienda debajo de la tierra?

Y le fue dado que diese espíritu a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hable; y hará que los que no adoraren la imagen de la bestia sean muertos.

Perecen por el aliento de Dios, y por el espíritu de su furor son consumidos.

Mi aliento está corrompido, mis días son cortados, y me está aparejado el sepulcro.

¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí él está cubierto de oro y plata, y no hay dentro de él aliento.

Porque no contenderé para siempre, ni para siempre enojaré; porque el espíritu por mi vistió el cuerpo, y yo hice las almas.

Y Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes,

Yo dije: Subiré a la palma, asiré sus ramos. Y tus pechos serán ahora como racimos de vid, y el aliento de tu nariz como de manzanas;