19 Versículos de la Biblia sobre el paso del tiempo

El hombre es semejante a un soplo; Sus días son como una sombra que pasa.

Porque nosotros somos de ayer y nada sabemos, Pues nuestros días sobre la tierra son como una sombra.

Como una flor brota y se marchita, Y como una sombra huye y no permanece.

Con castigos reprendes al hombre por {su} iniquidad; Como la polilla, consumes lo que es más precioso para él. Ciertamente, todo hombre es sólo un soplo. (Selah)

Mis días son como sombra que se alarga; Y yo me seco como la hierba.

Voy pasando como sombra que se alarga; Soy sacudido como la langosta.

Recuerda cuán breve es mi vida; ¡Con qué propósito vano has creado a todos los hijos de los hombres!

Tú has hecho mis días muy breves, Y mi existencia es como nada delante de Ti; Ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. (Selah) Sí, como una sombra anda el hombre; Ciertamente en vano se afana; Acumula {riquezas,} y no sabe quién las recogerá.

``Vanidad de vanidades," dice el Predicador, ``todo es vanidad."

Pero no le irá bien al impío, ni alargará sus días como una sombra, porque no teme ante la presencia de Dios.

He visto todas las obras que se han hecho bajo el sol, y he observado que todo es vanidad y correr tras el viento.

``Vanidad de vanidades," dice el Predicador, ``Vanidad de vanidades, todo es vanidad."

El hombre, como la hierba son sus días; Como la flor del campo, así florece; Cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser, Y su lugar ya no la reconoce.

Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo:

Pasado el mediodía, se pusieron a gritar frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio {de la tarde}; pero no hubo voz, ni nadie respondió ni nadie hizo caso.

Hizo pasar por fuego a su hijo, practicó la hechicería, usó la adivinación y trató con adivinos y espiritistas. Hizo mucho mal ante los ojos del SEÑOR, provocándo{lo a ira}.

Y si invocan como Padre a Aquél que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, condúzcanse con temor (reverencia) durante el tiempo de su peregrinación.

Cuando ya había pasado mucho tiempo y la navegación se había vuelto peligrosa, pues hasta el Ayuno (el Día de Expiación) había pasado ya, Pablo los amonestaba,

"El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán.