69 Versículos de la Biblia sobre la ley

De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, y justo, y bueno.

¿Luego lo que es bueno, a mí me es hecho muerte? No; sino el pecado, que para mostrarse pecado por lo bueno, me obró la muerte, haciéndose pecado sobremanera pecaminoso por el mandamiento.

Sabemos que la ley es buena, si se usa de ella legítimamente;

mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Porque todos los que sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y todos los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados;

De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

¿Dónde pues está la jactancia? Es echada fuera. ¿Por cuál ley? ¿De las obras? No; sino por la ley de la fe.

Porque la ley del Espíritu de vida en el Ungido, Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

queriendo ser maestros de la ley, sin entender ni lo que hablan, ni de donde lo afirman.

Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay rebelión.

Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal me es propio.

a los que son sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley de Dios, sino en la ley de Cristo,) por ganar a los que estaban sin ley.

Para que el pecado no se enseñoree de vosotros; porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

Porque el fin de la ley es el Cristo, para dar justicia a todo aquel que cree.

porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado.

Porque la ley teniendo una sombra de los bienes venideros, no la representación misma de las cosas, nunca puede hacer perfectos a los que se allegan por los mismos sacrificios que ofrecen continuamente cada año.

La ley del SEÑOR es perfecta, que convierte el alma; el testimonio del SEÑOR es fiel, que hace sabio al pequeño.

Decidme, los que queréis estar bajo la ley, ¿no habéis oído la ley?

¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque (tampoco) conocería la concupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás.

Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley.

No penséis que he venido para desatar la ley o los profetas; no he venido para desatarla, sino para cumplirla.

Vacíos sois del Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

Hijo mío, no te olvides de mi ley; y tu corazón guarde mis mandamientos;

sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesús, el Cristo, nosotros también hemos creído en Jesús, el Cristo, para que fuésemos justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley; por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada.

Así también vosotros, hermanos míos, sois muertos a la ley en el cuerpo del Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, para que fructifiquemos a Dios.

y por ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;

Porque este mandamiento que yo te mando hoy, no te es encubierto, ni está lejos.

¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley.

Porque si aquel primero fuera sin falta, ciertamente no se hubiera procurado lugar del segundo.

porque nada perfeccionó la ley, sino la introducción de una mejor esperanza (por la cual nos acercamos a Dios.)

La caridad no hace mal al prójimo; así que la caridad es el cumplimento de la ley.

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en un madero),

Porque los gentiles que no tienen la ley, haciendo naturalmente lo que es de la ley, los tales, aunque no tengan la ley, ellos mismos se son ley,

Así hablad, y así obrad, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad.

Y tendremos justicia cuando guardemos haciendo todos estos mandamientos delante del SEÑOR nuestro Dios, como él nos ha mandado.

De manera que la ley fue ayo nuestro para llevarnos a Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.

Y será, que cuando se asentare sobre el trono de su reino, se hará escribir copia de esta segunda ley en un libro en presencia de los sacerdotes levitas;

Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oído obediente de la fe?

Dame entendimiento, y guardaré tu ley; y la cumpliré de todo corazón.

Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y derechos justos, como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?