17 Versículos de la Biblia sobre la permanencia temporal en el desierto

Y la halló el ángel del SEÑOR junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino del Sur.

Y todos los de la tierra lloraron en alta voz; y pasó todo el pueblo el arroyo de Cedrón; y después pasó el rey, y todo el pueblo pasó, al camino que va al desierto.

Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Baste ya, oh SEÑOR, quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres.

Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, sin hallar ciudad en dónde vivir.

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

por cuarenta días, y era tentado del diablo. Y no comió nada en aquellos días; los cuales pasados, después tuvo hambre.

Y luego el Espíritu Santo le impulsó al desierto.

Mas él salido, comenzó a publicarlo mucho, y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar manifiestamente en la ciudad, sino que estaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.

E idos ellos, comenzó Jesús a decir de Juan a la multitud: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña que es meneada del viento?

Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a hablar de Juan a la multitud: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña que es agitada por el viento?

Entonces sus discípulos le dicen: ¿Dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?

Así que, si os dijeren: He aquí en el desierto está, no salgáis; he aquí en las cámaras, no creáis.

Mas él se apartaba a los desiertos, y oraba.

Y el día había comenzado a declinar; y llegándose los doce, le dijeron: Despide a la multitud, para que yendo a las aldeas y heredades de alrededor, procedan a alojarse y hallen viandas; porque aquí estamos en lugar desierto.

De manera que Jesús ya no andaba manifiestamente entre los judíos; mas se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y se estaba allí con sus discípulos.

¿No eres tú aquel egipcio que levantaste una sedición antes de estos días, y sacaste al desierto cuatro mil hombres salteadores?

de los cuales el mundo no era digno; errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.