Los hombres se pusieron a remar {con afán} para volver a tierra firme, pero no pudieron, porque el mar seguía embraveciéndose contra ellos.

Y al verlos remar fatigados, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia de la noche, fue* hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarles de largo.

Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, vieron* a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron.

`Y descenderán de sus naves todos los que empuñan el remo; los marineros {y} todos los pilotos del mar se quedarán en tierra;

`Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros; tus sabios, Tiro, estaban a bordo; eran tus pilotos.

`A muchas aguas te condujeron tus remeros; el viento solano te destrozó en el corazón de los mares.