'Aquí' en la Biblia
- 1.Gé 1:29-Gé 38:21
- 2.Gé 38:22-Éx 34:10
- 3.Éx 34:11-Jueces 3:24
- 4.Jueces 3:25-1 Samuel 16:15
- 5.1 Samuel 16:18-2 Samuel 24:17
- 6.2 Samuel 24:22-2 Reyes 13:21
- 7.2 Reyes 15:11-Job 19:7
- 8.Job 21:16-Isaías 8:22
- 9.Isaías 10:25-Jeremías 4:16
- 10.Jeremías 4:23-Jeremías 44:2
- 11.Jeremías 44:11-Ezequiel 25:8
- 12.Ezequiel 25:9-Miqueas 1:3
- 13.Miqueas 2:3-Mateo 25:20
- 14.Mateo 25:22-Lucas 23:5
- 15.Lucas 23:14-Santiago 4:1
- 16.Santiago 5:4-Apocalipsis 22:12
He aquí que su bien no está en manos de ellos; el consejo de los impíos lejos esté de mí.
He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis.
He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré.
He aquí, como asnos monteses en el desierto, salen a su obra madrugando para robar; el desierto es su mantenimiento y de sus hijos.
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
He aquí, éstas son partes de sus caminos; ¡y cuán poco es lo que hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo entenderá?
He aquí que todos vosotros lo habéis visto, ¿por qué pues os desvanecéis con vanidad?
Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal el entendimiento.
¡quién me diera quien me oyere! He aquí mi señal es que el Omnipotente testificará por mí, aunque mi adversario me hubiera escrito los cargos.
¿que en lugar de trigo crezcan abrojos, y en lugar de cebada hierba maloliente! {Aquí} terminan las palabras de Job.
He aquí yo he esperado a vuestras palabras, he escuchado vuestros argumentos, entre tanto que buscábais palabras.
Y aun os he considerado, y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, y responda a sus razones.
He aquí, mi vientre es como vino sin respiradero, está a punto de reventar como odres nuevos.
He aquí yo abriré ahora mi boca, y mi lengua hablará en mi boca.
Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho: De lodo soy yo también formado.
He aquí que mi terror no te espantará, ni mi mano se agravará sobre ti.
He aquí que Dios buscó achaques contra mí, y me tiene por su enemigo;
He aquí en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre;
He aquí que Dios es grande, y no aborrece; fuerte es en virtud de corazón.
He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿qué enseñador semejante a él?
He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; ni se puede rastrear el número de sus años.
He aquí que sobre él extiende su luz, y cubrió las raíces del mar.
He aquí aún: no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego que pasa el viento y los limpia,
y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, y allí parará el orgullo de tus ondas.
¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y te dirán ellos: Henos aquí?
He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.
He aquí ahora behemot, al cual yo hice contigo; hierba come como buey.
He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su fortaleza en el ombligo de su vientre.
He aquí que él tomará el río sin inmutarse; y se confía que el Jordán pasará por su boca.
He aquí que tu esperanza acerca de él será burlada; porque aun a su sola vista se desmayarán.
Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
He aquí ha tenido parto de iniquidad; concibió de su propio trabajo, y dio a luz mentira.
Porque he aquí, los malos entesaron el arco, apercibieron sus saetas sobre la cuerda para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
He aquí, el ojo del SEÑOR sobre los que le temen, sobre los que esperan su misericordia;
Como por mi amigo, como por mi hermano, andaba de aquí para allá; como el que está de duelo por la madre, enlutado me encorvaba.
Vau Pues de aquí a poco no estará el malo; y contemplarás sobre su lugar, y no aparecerá.
Pero pasó, y he aquí no aparece; lo busqué, y no fue hallado.
He aquí como a palmos diste a mis días, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)
Aparta de mí tu mirada, para poder alegrarme, antes de que me vaya {de aquí}, y ya no exista.
Entonces dije: He aquí, vengo; en el envoltorio del libro está escrito de mí:
He anunciado justicia en grande congregación; he aquí, no detuve mis labios, SEÑOR, tú lo sabes.
Porque he aquí los reyes de la tierra fueron reunidos; pasaron todos.
He aquí, el dolor de mi iniquidad me ha hecho revolcar; mi madre me concibió para que el pecado fuera removido de mí.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo; y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
He aquí un varón que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas; se esforzó en su maldad.
He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es con los que sustentan mi alma.
Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí fuertes sin rebelión mía, y sin pecado mío, oh SEÑOR.
He aquí proferirán con su boca; espadas están en sus labios, porque dicen: ¿Quién oye?
Al que cabalga sobre los cielos de los cielos de antigüedad; he aquí dará su voz, poderosa voz.
Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Jessé.
Por eso su pueblo volverá aquí, y aguas de lleno le son exprimidas.
He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
Si dijera yo, hablaré como ellos; he aquí habría negado la generación de tus hijos:
Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; tú cortas a todo aquel que fornica de ti.
He aquí ha herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Aparejará carne a su pueblo?
Porque he aquí que braman tus enemigos; y tus aborrecedores han alzado cabeza.
Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; he aquí Filistea, y Tiro, con Etiopía; éste nació allá.
Porque he aquí tus enemigos, oh SEÑOR, porque he aquí tus enemigos perecerán; serán disipados todos los que obran maldad.
He aquí yo he codiciado tus mandamientos, vivifícame en tu justicia.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
He aquí como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; así nuestros ojos esperan al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
He aquí, heredad del SEÑOR son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
He aquí que así será bendito el varón que teme al SEÑOR.
He aquí, en Efrata oímos de ella; la hallamos en los campos del bosque.
Este será mi reposo para siempre; aquí habitaré, porque la he deseado.
Cántico de ascenso gradual.He aquí, bendecid al SEÑOR todos los siervos del SEÑOR, los que servís por la noche en la casa del SEÑOR.
Pues aun no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh SEÑOR, tú la supiste toda.
Si subiere á los cielos, allí estás tú: Y si en abismo hiciere mi estrado, he aquí allí tú estás.
Volveos a mi reprensión; he aquí yo os derramaré mi espíritu, y os haré saber mis palabras.
Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro con atavío de ramera, guardada de corazón,
El que sea simple que entre aquí. Al falto de entendimiento le dice:
El que sea simple, que entre aquí. Y al falto de entendimiento, le dice:
y he aquí que por toda ella habían ya crecido espinas, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida.
¿Hay algo de que se pueda decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.
Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
Hablé yo con mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.
Dije yo también en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
Al fin miré yo todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, y que no tienen consolador; y que la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.
He aquí pues el bien que yo he visto: Que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque ésta es su parte.
He aquí, esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas una por una para hallar la razón;
He aquí, solamente he hallado esto: que Dios hizo al hombre recto, mas ellos buscaron muchas perversiones.
He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía; he aquí que eres hermosa; tus ojos de paloma.
He aquí que tú eres hermoso, oh amado mío, y suave; nuestro lecho también florido.
¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados.
Mi amado es semejante al gamo, o al cabrito de los ciervos. Helo aquí, está tras nuestra pared, mirando \'
Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue;
He aquí es la litera de Salomón; sesenta fuertes la rodean, de los fuertes de Israel.
He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía, he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada de cabras, que se muestran desde el monte de Galaad.
Porque he aquí que el Señor DIOS de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y la sustentadora, todo sustento de pan y todo socorro de agua;
Ciertamente la viña del SEÑOR de los ejércitos es la casa de Israel, y todo hombre de Judá planta suya deleitosa. Esperaba juicio, y he aquí opresión; justicia, y he aquí clamor.
Y levantará bandera como ejemplo a los gentiles de lejos, y silbará al que está en el cabo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente.
Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación; y en sus cielos se oscurecerá la luz.
y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y quitará tu iniquidad, y tu pecado será limpiado.
Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Por tanto, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel.
he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de río, impetuosas y muchas, es a saber, al rey de Asiria con todo su poder: el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas;
He aquí, yo y los hijos que me dio el SEÑOR, somos por señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos, que mora en el Monte de Sion.
y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.
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- 11.Jeremías 44:11-Ezequiel 25:8
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- 13.Miqueas 2:3-Mateo 25:20
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- 16.Santiago 5:4-Apocalipsis 22:12
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