'Cómo' en la Biblia
Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo; y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará.
No así los malos, sino como el tamo que arrebata el viento.
Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.
Porque tú, oh SEÑOR, bendecirás al justo; lo cercarás de benevolencia como con un escudo.
no sea que arrebaten mi alma, como león que despedaza, sin que haya quien libre.
Acecha de encubierto, como el león desde su cama; acecha para arrebatar al pobre; arrebata al pobre trayéndolo en su red.
Al Vencedor: Salmo de David. En el SEÑOR he confiado. ¿Cómo decís a mi alma: Escapa al monte cual ave?
Las palabras del SEÑOR son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, colada siete veces.
Ciertamente conocieron ésto todos los que obran iniquidad, que devoran a mi pueblo como si pan comiesen; al SEÑOR no invocaron.
Guárdame como lo negro de la niña del ojo, escóndeme con la sombra de tus alas.
Quien pone mis pies como pies de ciervas, y me hizo estar sobre mis alturas.
Y los molí como polvo delante del viento; los esparcí como lodo de las calles.
Y él, como un novio que sale de su tálamo; se alegra, como un gigante, para correr el camino.
Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira; el SEÑOR los deshará en su furor, y fuego los consumirá.
Abrieron sobre mí su boca, como león rampante y rugiente.
Heme escurrido como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, desliéndose en medio de mis entrañas.
Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.
Y los hizo saltar como becerros; al Líbano y al Sirión como hijos de unicornios.
He sido olvidado del todo como un muerto; he venido a ser como un vaso perdido.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento; con cabestro y con freno su boca ha de ser sujetada, porque si no, no lleguen a ti.
El junta como en un montón las aguas del mar; el pone por tesoros los abismos.
Sea tu misericordia, oh SEÑOR, sobre nosotros, como te hemos esperado.
Sean como el tamo delante del viento; y el ángel del SEÑOR los acose.
Todos mis huesos dirán: SEÑOR, ¿quién como tú, que libras al pobre del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?
Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
Tu justicia como los montes de Dios, tus juicios abismo grande: Oh SEÑOR, al hombre y al animal conservas.
Porque como hierba serán presto cortados, y decaerán como verdor de renuevo.
Y exhibirá tu justicia como la luz, y tu rectitud como el mediodía.
Caf Porque los impíos perecerán, y los enemigos del SEÑOR como los más gordos de los carneros serán consumidos; se disiparán como humo.
Resh Yo vi al impío robusto, y reverdeciendo como un laurel verde.
Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; como carga pesada se han agravado sobre mí.
Mas yo, como si fuera sordo no oía; y estaba como un mudo, que no abre su boca.
Fui pues como un hombre que no oye, y que en su boca no tiene reprensiones.
He aquí como a palmos diste a mis días, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)
Con castigos sobre el pecado corriges al hombre, y haces consumirse como de polilla su grandeza; ciertamente vanidad es todo hombre. (Selah.)
Oye mi oración, oh SEÑOR, y escucha mi clamor; no calles ante mis lágrimas; porque peregrino soy contigo, y advenedizo, como todos mis padres.
Al Vencedor: Masquil a los hijos de Coré. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Es como muerte en mis huesos, cuando mis enemigos me afrentan, diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
Nos pusiste como a ovejas para comida, y nos esparciste entre los gentiles.
Antes por tu causa nos matan cada día; somos tenidos como ovejas para el degolladero.
Les tomó allí temblor; dolor, como a mujer que da a luz.
Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; la afirmará Dios para siempre. (Selah.)
Así los hijos de los hombres como los hijos de los varones; el rico y el pobre juntamente.
Como ovejas son puestos en la sepultura; la muerte los pastorea; y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; y se consumirá su bien parecer en la sepultura de su morada.
Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas por eso que de cierto sería yo como tú; yo te argüiré, y las pondré delante de tus ojos.
Agravios maquina tu lengua; como navaja amolada hace engaño.
Mas yo estoy como oliva verde en la Casa de Dios; confié en la misericordia de Dios perpetua y eternalmente.
¿No tienen conocimiento todos esos que obran iniquidad, que comen a mi pueblo como si comiesen pan? A Dios no invocan.
Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo , y descansaría.
Veneno tienen semejante al veneno de la serpiente; son como áspid sordo que cierra su oído;
Córranse como aguas que se van de suyo; armen sus saetas como si fuesen cortadas.
Pasen de este mundo como el caracol que se deslíe; como el abortivo de mujer, no vean el sol.
Se volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad.
Vuelvan pues a la tarde, y ladren como perros, y rodeen la ciudad.
¿Hasta cuándo maquinaréis contra un varón? ¿Mataréis todos vosotros como pared desplomada, como cerca derribada?
Como de sebo y de grosura será saciada mi alma; y con labios de alegría te alabará mi boca,
que amolaron su lengua como cuchillo, y armaron por su saeta palabra amarga,
Porque tú nos probaste, oh Dios; nos afinaste como se afina la plata.
Como es lanzado el humo, los lanzarás; como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.
Aunque seáis echados entre las ollas, seréis como las alas de la paloma cubierta de plata, y sus plumas con amarillez de oro.
Cuando esparcía el Omnipotente los reyes que estuvieron en ella, se emblanqueció ésta como la nieve en Salmón.
Los carros de Dios son dos millares de miles de ángeles, el Señor entre ellos, como en Sinaí, así en el santuario.
Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso; porque has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú?
Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; como el rocío que destila sobre la tierra.
Será echado un puño de grano en tierra, en las cumbres de los montes; su fruto hará estruendo como el Líbano, y desde la ciudad verdecerán como la hierba de la tierra.
No pasan trabajos como otros seres humanos; ni son azotados con los hombres.
Y dirán: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en lo más alto?
Si dijera yo, hablaré como ellos; he aquí habría negado la generación de tus hijos:
¡Cómo han sido asolados! ¡Cuán en un punto! Se acabaron, fenecieron con turbaciones.
Como sueño del que despierta, así , Señor, cuando despertares, menospreciarás sus apariencias.
Mas yo era ignorante, y no entendía; era como una bestia acerca de ti.
Nombrado era, como si lo llevara al cielo, el que metía las hachas en el monte de la madera espesa para el edificio del santuario .
Levántate, oh Dios, aboga tu causa; acuérdate de cómo el loco te injuria cada día.
Oh Dios, en santidad es tu camino: ¿Qué Dios grande como el Dios nuestro ?
Condujiste a tu pueblo como ovejas, por mano de Moisés y de Aarón.
Y no ser como sus padres, generación contumaz y rebelde; generación que no compuso su corazón, ni su espíritu fue fiel con Dios.
Rompió el mar, y los hizo pasar; e hizo estar las aguas como en un montón.
y sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas como ríos.
e hizo llover sobre ellos carne como polvo, y aves de alas como arena del mar.
Hizo salir a su pueblo como ovejas, y los llevó por el desierto, como un rebaño.
sino que se volvieron, y se rebelaron como sus padres; se volvieron como arco engañoso.
Entonces despertó el Señor a la manera del que ha dormido, como un valiente que grita a causa del vino:
Y edificó su santuario a manera de eminencia, como la tierra que cimentó para siempre.
Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusalén; y no hubo quién los enterrase.
¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Has de estar airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?
Al Vencedor: sobre Sosanim: testimonio de Asaf: Salmo. Oh Pastor de Israel, escucha; tú que pastoreas como a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece.
Los montes fueron cubiertos de su sombra; y sus ramas como cedros de Dios.
Pero como hombres moriréis. Y caeréis como cualquiera de los tiranos.
Hazles como a Madián; Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;
Pon a ellos y a sus capitanes como a Oreb y como a Zeeb; como a Zeba y como a Zalmuna, a todos sus príncipes;
Dios mío, ponlos como a torbellino; como a hojarascas delante del viento.
Como fuego que quema el monte, como llama que abrasa las breñas.
Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni hay otro que haga tus obras.
Soy contado con los que descienden al hoyo, soy como hombre sin fuerza;
librado entre los muertos. Como los muertos que duermen en el sepulcro, que no te acuerdas más de ellos, y que son cortados de tu mano.
Me han rodeado como aguas de continuo; me han cercado a una.
Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? FUERTE-JAH, Rodeado de tu verdad.
Tú quebrantaste a Egipto como a un muerto; con el brazo de tu fortaleza esparciste a tus enemigos.
Y pondré su simiente para siempre, y su trono como los días de los cielos.