72 casos

'Daniel' en la Biblia

Estos fueron los hijos de David que le nacieron en Hebrón: el primogénito, Amnón, de Ahinoam jezreelita; el segundo, Daniel, de Abigail carmelita;

de los hijos de Finees, Gersón; de los hijos de Itamar, Daniel; de los hijos de David, Hatús;

Daniel, Ginetón, Baruc,

y {aunque} estos tres hombres, Noé, Daniel y Job, estuvieran en medio de ese país, ellos, por su justicia, {sólo} se salvarían a sí mismos --declara el Señor DIOS.

aunque Noé, Daniel y Job estuvieran en medio de él, vivo yo --declara el Señor DIOS--, que ni a {su} hijo ni a {su} hija podrían salvar; ellos, por su justicia, {sólo} se salvarían a sí mismos.

`He aquí, tú eres más sabio que Daniel; ningún secreto te es oculto.

Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá.

Y el jefe de los oficiales les puso {nuevos} nombres: a Daniel le puso Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.

Dios concedió a Daniel hallar favor y gracia ante el jefe de los oficiales,

y el jefe de los oficiales dijo a Daniel: Temo a mi señor el rey, porque él ha asignado vuestra comida y vuestra bebida; ¿por qué ha de ver vuestros rostros más macilentos que los de los {demás} jóvenes de vuestra edad? Así pondríais en peligro mi cabeza ante el rey.

Pero Daniel dijo al mayordomo a quien el jefe de los oficiales había nombrado sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías:

El rey habló con ellos, y de entre todos ellos no se halló ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; entraron, pues, al servicio del rey.

Daniel estuvo {allí} hasta el año primero del rey Ciro.

Y se publicó el decreto de que mataran a todos los sabios; buscaron también a Daniel y a sus amigos para matar{los.}

Entonces Daniel habló con discreción y sensatez a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia;

habló y dijo a Arioc, capitán del rey: ¿Por qué es {tan} riguroso el decreto del rey? Entonces Arioc informó a Daniel sobre el asunto.

Y Daniel fue a pedirle al rey que le diera tiempo para declarar la interpretación al rey.

Entonces Daniel fue a su casa e informó el asunto a sus amigos Ananías, Misael y Azarías,

para que pidieran misericordia del Dios del cielo acerca de este misterio, a fin de que no perecieran Daniel y sus amigos con el resto de los sabios de Babilonia.

Daniel habló, y dijo: Sea el nombre de Dios bendito por los siglos de los siglos, porque la sabiduría y el poder son de El.

Después fue Daniel adonde {estaba} Arioc, a quien el rey había designado para dar muerte a los sabios de Babilonia. Fue y le habló así: No des muerte a los sabios de Babilonia; llévame ante el rey, y declararé al rey la interpretación.

Entonces Arioc se apresuró a llevar a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado a un hombre entre los deportados de Judá que dará a conocer al rey la interpretación.

El rey respondió, y dijo a Daniel, a quien llamaban Beltsasar: ¿Eres tú capaz de darme a conocer el sueño que he visto y su interpretación?

Respondió Daniel ante el rey, y dijo: En cuanto al misterio que el rey quiere saber, no {hay} sabios, encantadores, magos {ni} adivinos que puedan declarar{lo} al rey.

Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, se postró ante Daniel, y ordenó que le ofrecieran presentes e incienso.

El rey habló a Daniel, y dijo: En verdad que vuestro Dios es Dios de dioses, Señor de reyes y revelador de misterios, ya que tú has podido revelar este misterio.

Entonces el rey engrandeció a Daniel y le dio muchos y espléndidos regalos, y le hizo gobernador sobre toda la provincia de Babilonia y jefe supremo sobre todos los sabios de Babilonia.

Por solicitud de Daniel, el rey puso sobre la administración de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y a Abed-nego, mientras que Daniel {quedó} en la corte del rey.

Pero al fin vino ante mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, en quien está el espíritu de los dioses santos, y yo le conté el sueño, {diciendo:}

Entonces Daniel, a quien llamaban Beltsasar, se quedó atónito por un momento, y le turbaron sus pensamientos. El rey habló, y dijo: ``Beltsasar, no dejes que el sueño ni su interpretación te turben." Beltsasar respondió, y dijo: ``Señor mío; sea el sueño para los que te odian, y su interpretación para tus adversarios.

debido a que se halló un espíritu extraordinario, conocimiento e inteligencia, interpretación de sueños, explicación de enigmas y solución de problemas difíciles en este {hombre,} Daniel, a quien el rey llamaba Beltsasar. Llámese, pues ahora, a Daniel, y él declarará la interpretación.

Entonces Daniel fue traído ante el rey. El rey habló y dijo a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los deportados de Judá, que el rey mi padre trajo de Judá?

Entonces Daniel respondió, y dijo delante del rey: Sean para ti tus regalos y da tus recompensas a otro. Yo leeré, sin embargo, la inscripción al rey y le daré a conocer {su} interpretación.

Entonces Belsasar ordenó que vistieran a Daniel de púrpura y {le pusieran} un collar de oro al cuello, y que proclamaran acerca de él, que él tenía {ahora} autoridad como tercero en el reino.

y sobre ellos, tres funcionarios (uno de los cuales era Daniel) a quienes estos sátrapas rindieran cuenta, para que el rey no fuera perjudicado.

Pero este mismo Daniel sobresalía entre los funcionarios y sátrapas porque había en él un espíritu extraordinario, de modo que el rey pensó ponerlo sobre todo el reino.

Entonces los funcionarios y sátrapas buscaron un motivo para acusar a Daniel con respecto a los asuntos del reino; pero no pudieron encontrar ningún motivo de acusación ni {evidencia alguna de} corrupción, por cuanto él era fiel, y ninguna negligencia ni corrupción {podía} hallarse en él.

Entonces estos hombres dijeron: No encontraremos ningún motivo de acusación contra este Daniel a menos que encontremos {algo} contra él en relación con la ley de su Dios.

Entonces estos hombres, de común acuerdo, fueron y encontraron a Daniel orando y suplicando delante de su Dios;

Entonces ellos respondieron y dijeron al rey: Daniel, que es uno de los deportados de Judá, no te hace caso, oh rey, ni del mandato que firmaste, sino que tres veces al día hace su oración.

Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho y se propuso librar a Daniel; y hasta la puesta del sol estuvo buscando la manera de librarlo.

El rey entonces dio órdenes que trajeran a Daniel y lo echaran en el foso de los leones. El rey habló a Daniel y {le} dijo: Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, El te librará.

Trajeron una piedra y la pusieron sobre la boca del foso; el rey la selló con su anillo y con los anillos de sus nobles, para que nada pudiera cambiarse de lo ordenado en cuanto a Daniel.

Y acercándose al foso, gritó a Daniel con voz angustiada. El rey habló a Daniel y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, tu Dios, a quien sirves con perseverancia, ¿te ha podido librar de los leones?

Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre.

El rey entonces se alegró mucho y mandó sacar a Daniel del foso. Cuando Daniel fue sacado del foso, no se encontró en él lesión alguna, porque había confiado en su Dios.

El rey dio órdenes que trajeran a aquellos hombres que habían acusado falsamente a Daniel, y que los echaran, a ellos, a sus hijos y a sus mujeres en el foso de los leones. No habían llegado aún al fondo del foso, cuando ya los leones se habían apoderado de ellos y triturado todos sus huesos.

De parte mía se proclama un decreto de que en todo el dominio de mi reino {todos} teman y tiemblen delante del Dios de Daniel, porque El es el Dios viviente que permanece para siempre, y su reino no será destruido y su dominio {durará} para siempre.

Y este mismo Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el Persa.

En el año primero del rey Belsasar de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones en su mente, {estando} en su cama. Entonces escribió el sueño {y} relató el resumen de él.

Habló Daniel, y dijo: Miraba yo en mi visión nocturna, y he aquí, los cuatro vientos del cielo agitaban el gran mar;

A mí, Daniel, se me angustió por dentro el espíritu, y las visiones de mi mente seguían turbándome.

Hasta aquí la revelación. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron en gran manera y mi rostro palideció, pero guardé el asunto en mi corazón.

En el año tercero del reinado del rey Belsasar, se me apareció a mí, Daniel, una visión, después de aquella que se me había aparecido anteriormente.

Y sucedió que después que yo, Daniel, había visto la visión, y trataba de comprenderla, he aquí, {vi} de pie, ante mí, uno con apariencia de hombre.

Yo, Daniel, me sentí agotado y enfermo algunos días. Después me levanté y atendí los asuntos del rey; pero yo estaba espantado a causa de la visión, y no había nadie que {la} interpretara.

en el año primero de su reinado, yo, Daniel, pude entender en los libros el número de los años en que, por palabra del SEÑOR que fue {revelada} al profeta Jeremías, debían cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años.

{Me} instruyó, habló conmigo y dijo: Daniel, he salido ahora para darte sabiduría {y} entendimiento.

En el año tercero de Ciro, rey de Persia, un mensaje fue revelado a Daniel, a quien llamaban Beltsasar. El mensaje era verdadero y {acerca} de un gran conflicto; él comprendió el mensaje y tuvo entendimiento de la visión.

En aquellos días, yo, Daniel, había estado en duelo durante tres semanas completas.

Y sólo yo, Daniel, vi la visión; los hombres que estaban conmigo no vieron la visión, pero un gran terror cayó sobre ellos y huyeron a esconderse.

Y me dijo: Daniel, hombre muy estimado, entiende las palabras que te voy a decir y ponte en pie, porque ahora he sido enviado a ti. Cuando él me dijo estas palabras, me puse en pie temblando.

Entonces yo, Daniel, miré, y he aquí otros dos estaban de pie, uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río.

Y él respondió: Anda, Daniel, porque {estas} palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.

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