'De' en la Biblia
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- 4.Salmos 36:1-Salmos 45:5
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- 6.Salmos 55:23-Salmos 68:24
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- 14.Salmos 140:4-Salmos 150:5
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni se sentó en silla de burladores;
antes en la ley del SEÑOR es su voluntad, y en su ley pensará de día y de noche.
Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo; y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará.
Por tanto no se levantarán los malos en el juicio; ni los pecadores en la congregación de los justos.
Porque el SEÑOR conoce el camino de los justos; y el camino de los malos se perderá.
Estarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra el SEÑOR, y contra su ungido, diciendo :
Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
Y yo envestí mi rey sobre Sion, el monte de mi santidad.
Pídeme, y te daré por heredad los gentiles, y por posesión tuya los términos de la tierra.
Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.
Y ahora, reyes, entended; admitid castigo, jueces de la tierra.
Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
Salmo de David, cuando huía de delante de Absalón su hijo. ¡Oh SEÑOR, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.
Muchos dicen de mi alma: No hay para él salud en Dios. (Selah.)
Con mi voz clamé al SEÑOR, y él me respondió desde el monte de su santidad. (Selah.)
No temeré de diez millares de gente, que pusieren cerco contra mí.
Levántate, SEÑOR; sálvame, Dios mío; porque tú heriste a todos mis enemigos en la quijada; los dientes de los malos quebraste.
Al Vencedor, en Neginot: Salmo de David. Respóndeme cuando llamo, oh Dios de mi justicia. Estando en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración.
Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah.)
Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en el SEÑOR.
Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh SEÑOR, la luz de tu rostro.
Tú diste alegría en mi corazón, al tiempo que el grano y el mosto de ellos se multiplicó.
Al Vencedor: sobre Nehilot: Salmo de David. Escucha, oh SEÑOR, mis palabras. Considera la meditación mía.
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.
Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré a ti, y esperaré.
No estarán los locos que se gobiernan por afecto o consejo de la carne delante de tus ojos; aborreces a todos los que obran iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira. Al varón de sangre y de engaño abominará el SEÑOR.
Y yo en la multitud de tu misericordia entraré en tu Casa; adoraré hacía el santo Templo tuyo con tu temor.
Guíame, SEÑOR, en tu justicia a causa de mis enemigos; endereza delante de mí tu camino.
Desbaratados, oh Dios; caigan por sus propios consejos; por la multitud de sus rebeliones échalos, porque se rebelaron contra ti.
Porque tú, oh SEÑOR, bendecirás al justo; lo cercarás de benevolencia como con un escudo.
Al Vencedor: en Neginot sobre Seminit: Salmo de David. SEÑOR, no me reprendas con tu furor, ni me castigues con tu ira.
Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, porque yo estoy debilitado; sáname, oh SEÑOR, porque mis huesos están conturbados.
Porque en la muerte no hay memoria de ti, ¿quién te loará en el sepulcro?
Heme consumido a fuerza de gemir; todas las noches inundo mi lecho, riego mi estrado con mis lágrimas.
Mis ojos están carcomidos de descontento; se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
Apartaos de mí, todos los obradores de iniquidad; porque el SEÑOR ha oído la voz de mi lloro.
Se avergonzarán, y se turbarán mucho todos mis enemigos; se volverán y serán avergonzados de repente.
Sigaión de David, que cantó al SEÑOR sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín. SEÑOR Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
Levántate, oh SEÑOR, con tu furor; álzate a causa de las iras de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
Y te rodeará ayuntamiento de pueblos; por causa pues de él vuélvete en alto.
Mi escudo es en Dios, el que salva a los rectos de corazón.
Asimismo ha aparejado para él armas de muerte; ha labrado sus saetas para los que persiguen.
He aquí ha tenido parto de iniquidad; concibió de su propio trabajo, y dio a luz mentira.
Al Vencedor: sobre Gitit: Salmo de David. Oh DIOS, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu alabanza sobre los cielos!
De la boca de los chiquitos y de los que maman, fundaste la fortaleza a causa de tus enemigos, para hacer cesar al enemigo, y al que se venga.
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú compusiste:
¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?
Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de hermosura.
Le hiciste señorear de las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies:
las aves de los cielos, y los peces del mar; lo que pasa por los caminos del mar.
Al Vencedor: sobre Mut-labén: Salmo de David. Te alabaré, oh SEÑOR, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas.
por haber sido mis enemigos vueltos atrás; caerán y perecerán delante de ti.
Reprendiste los gentiles, destruiste al malo, raíste el nombre de ellos para siempre y eternalmente.
Y será el SEÑOR refugio al humilde, refugio para el tiempo de angustia.
Porque demandando la sangre se acordó de ellos; no se olvidó del clamor de los humildes.
Ten misericordia de mí, SEÑOR. Mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;
para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sion, y me goce en tu salud.
El SEÑOR fue conocido en el juicio que hizo; en la obra de sus manos fue enlazado el malo. (Meditación para siempre. Selah.)
Los malos volverán al sepulcro; todos los gentiles que se olvidan de Dios.
Porque no para siempre será olvidado el humilde; ni la esperanza de los pobres perecerá para siempre.
Levántate, oh SEÑOR; no se fortalezca el hombre; sean juzgadas los gentiles delante de ti.
¿Por qué estás lejos, oh SEÑOR, y te escondes en los tiempos de la angustia?
Por cuanto se alabó el malo del deseo de su alma, y diciendo bien al robador, blasfema del SEÑOR.
El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios . No está Dios en todos sus pensamientos.
Sus caminos atormentan en todo tiempo; tus juicios son altura delante de él; echa bocanadas en orden a todos sus enemigos.
Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; debajo de su lengua, molestia y maldad.
Está en las guaridas de las aldeas; en los escondrijos mata al inocente; sus ojos están acechando al pobre.
Acecha de encubierto, como el león desde su cama; acecha para arrebatar al pobre; arrebata al pobre trayéndolo en su red.
Levántate, oh SEÑOR Dios, alza tu mano, no te olvides de los humildes.
El SEÑOR, Rey eterno y perpetuo; de su tierra fueron destruidos los gentiles.
El deseo de los humildes oíste, oh SEÑOR; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído;
para juzgar al huérfano y al pobre; no volverá más a hacer violencia el hombre de la tierra.
Al Vencedor: Salmo de David. En el SEÑOR he confiado. ¿Cómo decís a mi alma: Escapa al monte cual ave?
Porque he aquí, los malos entesaron el arco, apercibieron sus saetas sobre la cuerda para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
El SEÑOR está en el templo de su santidad; la silla del SEÑOR está en el cielo; sus ojos ven, sus párpados prueban a los hijos de los hombres.
Sobre los malos lloverá lazos; fuego y azufre, con vientos de torbellinos, será la porción del cáliz de ellos.
Al Vencedor: sobre Seminit: Salmo de David. Salva, oh SEÑOR, porque se acabaron los misericordiosos; porque se han acabado los fieles de entre los hijos de los hombres.
Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice el SEÑOR: Yo pondré en salvo al que el impío enlaza.
Las palabras del SEÑOR son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, colada siete veces.
Tú, SEÑOR, los guardarás; guárdalos para siempre de esta generación.
Cercando andan los malos, entre tanto los más viles de los hijos de los hombres son exaltados.
Al Vencedor: Salmo de David. ¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
Al Vencedor: Salmo de David. Dijo el loco en su corazón: No hay Dios. Se corrompieron, hicieron obras abominables; no hay quien haga bien.
El SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, por ver si había algún entendido, que buscara a Dios.
Allí temblaron de espanto; porque Dios está con la nación de los justos.
¡Quién diese de Sion la salud de Israel tornando el SEÑOR la cautividad de su pueblo! Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
Salmo de David. El SEÑOR, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en el monte de tu santidad?
Mictam de David. Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
Di al SEÑOR: Señor tú eres mi bien; no tengo otro bien fuera de ti.
Multiplicarán sus dolores los que se apresuraren tras otro dios ; no ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres.
El SEÑOR es la porción de mi parte y de mi copa; tú sustentarás mi suerte.
Al SEÑOR he puesto siempre delante de mí; porque estando El a mi diestra, no seré conmovido.
Me harás saber la senda de la vida; plenitud de alegrías hay con tu rostro; deleites en tu diestra para siempre.
Oración de David. Oye, oh SEÑOR, justicia; está atento a mi clamor; escucha mi oración hecha sin labios de engaño.
De delante de tu rostro salga mi juicio; vean tus ojos la rectitud.
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has refinado, y nada inicuo hallaste; lo que pensé, no pasó mi boca.
Para las obras humanas, por la palabra de tus labios yo observé los caminos del violento.
Haz maravillosas tus misericordias, salvador de los que en ti confían, de los que se levantan contra tu diestra.
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