21453 casos

'De' en la Biblia

Y aconteció, que estando ellas espantadas de esto, he aquí se pararon junto á ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;

No está aquí, mas ha resucitado: acordaos de lo que os habló, cuando aun estaba en Galilea,

Diciendo: Es menester que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.

Entonces ellas se acordaron de sus palabras,

Y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas á los once, y á todos los demás.

Y eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, las que dijeron estas cosas á los apóstoles.

Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro: y como miró dentro, vió solos los lienzos echados; y se fué maravillándose de lo que había sucedido.

Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día á una aldea que estaba de Jerusalem sesenta estadios, llamada Emmaús.

E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acaecido.

Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, el cual fué varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

Mas nosotros esperábamos que él era el que había de redimir á Israel: y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer día que esto ha acontecido.

Aunque también unas mujeres de los nuestros nos han espantado, las cuales antes del día fueron al sepulcro:

Y no hallando su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, los cuales dijeron que él vive.

Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho; más á él no le vieron.

Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo había sido conocido de ellos al partir el pan.

Y entre tanto que ellos hablaban estas cosas, él se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz á vosotros.

Y él les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos.

Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

Y ellos, después de haberle adorado, se volvieron á Jerusalem con gran gozo;

Fué un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.

Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, para que todos creyesen por él.

Dijéronle: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta á los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?

Y Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros ha estado á quien vosotros no conocéis.

Este es el que ha de venir tras mí, el cual es antes de mí: del cual yo no soy digno de desatar la correa del zapato.

Estas cosas acontecieron en Betábara, de la otra parte del Jordán, donde Juan bautizaba.

Este es del que dije: Tras mí viene un varón, el cual es antes de mí: porque era primero que yo.

Y mirando á Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.

Díceles: Venid y ved. Vinieron, y vieron donde moraba, y quedáronse con él aquel día: porque era como la hora de las diez.

Era Andrés, hermano de Simón Pedro, uno de los dos que habían oído de Juan, y le habían seguido.

Y le trajo á Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás: tú serás llamado Cephas (que quiere decir, Piedra).

Y era Felipe de Bethsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.

Felipe halló á Natanael, y dícele: Hemos hallado á aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: á Jesús, el hijo de José, de Nazaret.

Jesús vió venir á sí á Natanael, y dijo de él: He aquí un verdadero Israelita, en el cual no hay engaño.

Dícele Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús, y díjole: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera te vi.

Respondió Jesús y díjole: ¿Porque te dije, te vi debajo de la higuera, crees? cosas mayores que éstas verás.

Y AL tercer día hiciéronse unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.

Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: Vino no tienen.

Y estaban allí seis tinajuelas de piedra para agua, conforme á la purificación de los Judíos, que cabían en cada una dos ó tres cántaros.

Díceles Jesús: Henchid estas tinajuelas de agua. E hinchiéronlas hasta arriba.

Y como el maestresala gustó el agua hecha vino, que no sabía de dónde era (mas lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), el maestresala llama al esposo,

Después de esto descendió á Capernaun, él, y su madre, y hermanos, y discípulos; y estuvieron allí no muchos días.

Y estaba cerca la Pascua de los Judíos; y subió Jesús á Jerusalem.

Y hecho un azote de cuerdas, echólos á todos del templo, y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas;

Y á los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto, y no hagáis la casa de mi Padre casa de mercado.

Por tanto, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron á la Escritura, y á la palabra que Jesús había dicho.

Y estando en Jerusalem en la Pascua, en el día de la fiesta, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.

Mas el mismo Jesús no se confiaba á sí mismo de ellos, porque él conocía á todos,

Y HABIA un hombre de los Fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los Judíos.

No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Pasado esto, vino Jesús con sus discípulos á la tierra de Judea; y estaba allí con ellos, y bautizaba.

Y vinieron á Juan, y dijéronle: Rabbí, el que estaba contigo de la otra parte del Jordán, del cual tú diste testimonio, he aquí bautiza, y todos vienen á él.

Vosotros mismos me sois testigos que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.

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