8168 casos en 6 traducciones

'Del' en la Biblia

Y tocando Pedro a la puerta del patio, salió una muchacha, para escuchar, llamada Rode,

Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y los de Sidón; pero ellos vinieron concordes a él, y sobornado Blasto, que era el camarero del rey, pedían paz; porque las tierras de ellos eran abastecidas por las del rey.

dijo: Oh, lleno de todo engaño y de todo libertinaje, hijo del diablo, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?

Ahora pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y quedarás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. Y luego cayeron en él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quién le diera la mano.

El Dios del pueblo de Israel escogió á nuestros padres, y ensalzó al pueblo, siendo ellos extranjeros en la tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella.

Y quitado aquel, les levantó por rey a David, del que dio también testimonio, diciendo: He hallado a David, hijo de Jessé, varón conforme a mi corazón, el cual hará todo lo que yo quiero.

Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen a Dios, a vosotros es enviada esta Palabra de salud.

Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro.

Y después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos por todas las ciudades en las cuales hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están.

del cual hablaban elogiosamente los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.

y Jasón los ha recibido, y todos ellos actúan contra los decretos del César, diciendo que hay otro rey, Jesús.

Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo os veo como más superticiosos;

Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales también fue Dionisio el del Areópago, y una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.

Y hallando a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, que hacía poco que había venido de Italia, y a Priscila su mujer, (porque Claudio había mandado que todos los judíos salieran de Roma) se vino a ellos;

Y saliendo de allí, entró en casa de uno llamado Tito el Justo, temeroso de Dios, la casa del cual estaba junto a la sinagoga.

Entonces todos los griegos tomando a Sóstenes, principal de la sinagoga, le herían delante del tribunal; y a Galión nada se le daba de ello.

Este era instruido en el camino del Señor; y ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente las cosas que son del Señor Jesús, enseñado solamente en el bautismo de Juan.

Pero cuando algunos se endurecieron y se volvieron desobedientes hablando mal del Camino ante la multitud, {Pablo} se apartó de ellos llevándose a los discípulos, y discutía diariamente en la escuela de Tirano.

Y esto fue por espacio de dos años; de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la Palabra del Señor Jesús.

Y algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos, tentaron a invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuramos por Jesús, el que Pablo predica.

Y esto fue notorio a todos, así judíos como griegos, los que habitaban en Efeso; y cayó temor sobre todos ellos, y era ensalzado el Nombre del Señor Jesús.

Asimismo muchos de los que habían practicado vanas artes, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos; y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser cincuenta mil denarios.

a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza;

Entonces el secretario, después de calmar a la multitud, dijo*: Ciudadanos de Efeso, ¿hay acaso algún hombre que no sepa que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran Diana y de la {imagen} que descendió del cielo?

Y un joven llamado Eutico que estaba sentado en una ventana, tomado de un sueño profundo, como Pablo predicaba largamente, postrado del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue alzado muerto.

Y ahora, he aquí, que yo atado del Espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer;

Así que, toda la ciudad se alborotó, y se agolpó el pueblo; y tomando a Pablo, le arrastraron fuera del Templo; y luego las puertas fueron cerradas.

Y unos daban voces de una manera, y otros de otra manera en la multitud; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, mandó llevarle a la fortaleza.

Al llegar a las gradas, aconteció que fue llevado a cuestas de los soldados a causa de la violencia del pueblo;

Mas aconteció que yendo yo, y llegando cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo;

Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo.

Pero como yo no veía por causa del resplandor de aquella luz, los que estaban conmigo me llevaron de la mano y entré a Damasco.

Se produjo entonces un gran alboroto; y levantándose algunos de los escribas del grupo de los fariseos, discutían acaloradamente, diciendo: No encontramos nada malo en este hombre; pero ¿y si un espíritu o un ángel le ha hablado?

Cuando se me informó de que había una conjura en contra del hombre, te lo envié enseguida, instruyendo también a sus acusadores que presenten los cargos contra él delante de ti.

dijo: ``Te oiré cuando estén presentes también tus acusadores." Y mandó que lo guardaran en el Pretorio (la residencia oficial del gobernador) de Herodes (Agripa I).

Y cinco días después descendió el príncipe de los sacerdotes, Ananías, con algunos de los ancianos, y un cierto Tértulo, orador; y comparecieron delante del gobernador contra Pablo.

mandando a sus acusadores que vinieran a ti; del cual tú mismo juzgando, podrás entender todas estas cosas de que le acusamos.

Entonces Félix, conociendo con mayor exactitud acerca del Camino, pospuso {el fallo,} diciendo: Cuando venga el comandante Lisias decidiré vuestro caso.

Entonces Pablo respondió: Ante el tribunal del César estoy, que es donde debo ser juzgado. Ningún agravio he hecho a {los} judíos, como también tú muy bien sabes.

acerca del cual, estando yo en Jerusalén, los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos presentaron acusaciones contra él, pidiendo sentencia condenatoria contra él.

Y Festo dijo: ``Rey Agripa y todos los demás aquí presentes con nosotros; éste es el {hombre} acerca del cual los Judíos, tanto en Jerusalén como aquí, me hicieron una petición declarando a gritos que no debe vivir más.

del cual no tengo cosa cierta que escribir al señor; por lo que le he sacado a vosotros, y mayormente a ti, oh rey Agripa, para que hecha información, tenga yo qué escribir.

Yo ciertamente había creído que debía hacer muchos males en contra del nombre de Jesús de Nazaret.

en mitad del día, oh rey, vi en el camino una luz del cielo, que sobrepujaba al resplandor del sol, la cual me rodeó y a los que iban conmigo.

Pues el rey sabe estas cosas, delante del cual también hablo confiadamente. Pues no pienso que ignora nada de esto; pues no ha sido esto hecho en algún rincón.

Y costeándola difícilmente, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.

diciéndoles: Amigos, veo que de seguro este viaje va a ser con perjuicio y graves pérdidas, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras vidas.

Pero el centurión se persuadió más {por lo dicho} por el piloto y el capitán del barco, que por lo que Pablo decía.

Cuando comenzó a soplar un moderado viento del sur, creyendo que habían logrado su propósito, levaron anclas y navegaban costeando a Creta.

Pero no mucho después, desde tierra comenzó a soplar un viento huracanado que se llama Euroclidón (viento del nordeste),

Alzando las anclas, se dejaron al mar, largando también las ataduras de los gobernalles; y alzada la vela mayor al soplo del aire, íbanse a la orilla.

Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, estaba sin moverse, y la popa se abría con la fuerza del mar.

Entonces Pablo habiendo recogido algunos sarmientos, y puéstolos en el fuego, una víbora, huyendo del calor, le acometió a la mano.

Y cuando los bárbaros vieron la bestia venenosa colgando de su mano, decían los unos a los otros: Ciertamente este hombre es homicida, que escapado del mar, el castigo no lo deja vivir.

En aquellos lugares había heredades del principal de la isla, llamado Publio, el cual nos recibió y hospedó tres días humanamente.

Y zarpando de allí, seguimos {la costa} hasta llegar a Regio. Y al día siguiente se levantó un viento del sur, y en dos días llegamos a Puteoli.

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