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'Dos' en la Biblia

Los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, y los hijos de Necoda, seiscientos cuarenta y dos.

Toda la congregación unida como un varón era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,

Y de los príncipes de las familias dieron para el tesoro de la obra, veinte mil dracmas de oro, y dos mil doscientas libras de plata.

Y lo que dio el resto del pueblo fue veinte mil dracmas de oro, y dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.

y sus hermanos, príncipes de familias, doscientos cuarenta y dos; y Amasai hijo de Azareel, hijo de Azai, hijo de Mesilemot, hijo de Imer,

Y los porteros, Acub, Talmón, y sus hermanos, guardas en las puertas, ciento setenta y dos.

Hice luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión; el uno a la mano derecha sobre el muro hacia la puerta del Muladar.

Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalén; porque el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia, vine al rey; y al cabo de días fui enviado del rey.

Y se quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes, y los que vendían toda cosa.

En aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey, se enojaron Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, y procuraban poner mano en el rey Asuero.

Y cuando fue investigado el asunto y hallado {cierto,} los dos eunucos fueron colgados en una horca; y {esto} fue escrito en el libro de las Crónicas en presencia del rey.

Y se halló escrito que Mardoqueo había denunciado de Bigtán y de Teres, dos eunucos del rey, de la guarda de la puerta, que habían procurado meter mano en el rey Asuero.

establecieron y tomaron los judíos sobre sí, y sobre su simiente, y sobre todos los allegados a ellos, y no será traspasado, el celebrar estos dos días según está escrito en orden a ellos, y conforme a su tiempo cada año;

y que estos dos días serían en memoria, y celebrados en todas las generaciones, familias, provincias, y ciudades. Estos días de Purim no pasarán de entre los judíos, y la memoria de ellos no cesará de su simiente.

y que te declarara los secretos de la sabiduría! Porque mereces dos tantos según lo establecido; y sabe que Dios te ha olvidado por tu iniquidad.

Concédame por lo menos éstas dos cosas; y entonces no me esconderé de tu rostro:

He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre;

Una vez hablé, y no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar.

Y aconteció que después que habló el SEÑOR estas palabras a Job, el SEÑOR dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job.

Los carros de Dios son dos millares de miles de ángeles, el Señor entre ellos, como en Sinaí, así en el santuario.

Ensalzamientos de Dios modularán en sus gargantas; y espadas de dos filos habrá en sus manos;

mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos.

La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, dame, dame. Tres cosas hay que nunca se sacian; aun la cuarta nunca dice, basta:

Y si alguno prevaleciere contra uno, dos estarán contra él; y cordón de tres dobleces no presto se rompe.

Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, que son apacentados entre los lirios.

Tórnate, tórnate, oh Sulamita; Tórnate, tórnate, y te miraremos. ¿Qué veréis en la Sulamita? Como la reunión de dos campamentos.

Y encima de él estaban serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.

y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se enternezca tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el furor de la ira de Rezín y del sirio, y del hijo de Remalías.

Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra que tú aborreces será dejada de sus dos reyes.

Y acontecerá en aquel tiempo, que críe un hombre una vaca y dos ovejas;

Entonces él será por santuario; y a las dos casas de Israel por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer; por lazo, y por red al morador de Jerusalén.

Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el aceituno, que quedan ahí dos o tres granos en la punta de la rama, cuatro o cinco frutos en sus ramas, dice el SEÑOR Dios de Israel.

Cuando vea hombres montados, jinetes de dos en dos, filas de asnos, filas de camellos, que preste mucha atención, muchísima atención.

He aquí, vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Y {uno} respondió, y dijo: Cayó, cayó Babilonia, y todas las imágenes de sus dioses están destrozadas sobre la tierra.

E hicisteis foso entre los dos muros con las aguas de la pesquera vieja; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis desde la antigüedad al que lo labró.

Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor; y yo te daré dos mil caballos, si pudieres tú dar caballeros que cabalguen sobre ellos.

Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez. En toda su perfección vendrán sobre ti, por la multitud de tus adivinanzas, y por la copia de tus muchos agüeros.

Estas dos cosas te han acaecido, ¿quién se dolerá de ti? Asolamiento, y quebrantamiento: hambre y espada. ¿Quién te consolará?

Me mostró el SEÑOR, y he aquí dos cestas de higos puestas delante del Templo del SEÑOR, después de haber transportado Nabucodonosor rey de Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a los príncipes de Judá, y a los artífices y a los ingenieros de Jerusalén, y haberlos llevado a Babilonia.

Dentro de dos años de días tornaré a este lugar todos los vasos de la Casa del SEÑOR, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llevó de este lugar para meterlos en Babilonia;

Y habló Hananías en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así dijo el SEÑOR: De esta manera quebraré el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, del cuello de todos los gentiles dentro de dos años de días. Y siguió Jeremías su camino.

¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos familias que el SEÑOR escogiera ha desechado? Y han tenido en poco mi pueblo, hasta no tenerlos más por nación.

Y entregaré a los hombres que traspasaron mi Pacto, que no hicieron firmes las palabras del Pacto que celebraron en mi presencia, dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas;

Y fue que viéndolos Sedequías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron, y salieron de noche de la ciudad por el camino de la huerta del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del desierto.

Y fue entrada la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y se salieron de la ciudad de noche por el camino del postigo que está entre los dos muros, que estaban cerca del jardín del rey, y se fueron por el camino del desierto, estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.

Dos columnas, un mar, y doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que hizo el rey Salomón en la Casa del SEÑOR; no se podía pesar el bronce de todos estos vasos.

En el año dieciocho hizo Nabucodonosor, transportar de Jerusalén ochocientas treinta y dos personas.

Tales eran sus rostros; y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos.

Y debajo del cielo estaban las alas de ellos derechas la una a la otra; a cada uno dos, y otras dos con que se cubrían sus cuerpos.

He aquí, que es puesto en el fuego para ser consumido; sus dos extremos consumió el fuego, y la parte del medio se quemó; ¿aprovechará para obra alguna?

Y tú, hijo de hombre, señálate dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos: y pinta un ejército; en el principio del camino de la ciudad lo harás.

Porque el rey de Babilonia se paró en una encrucijada, al principio de dos caminos, para tomar adivinación; acicaló saetas, consultó en ídolos, miró el hígado.

Por cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y las poseeremos, estando allí el SEÑOR;

y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel; y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos;

Midió luego la entrada del portal, de ocho codos, y sus postes de dos codos; y la entrada del portal por dentro.

Y en la entrada de la puerta había dos mesas de una parte, y otras dos de la otra, para degollar sobre ellas el holocausto, y el pecado, y la culpa.

Y al lado por fuera de las gradas, a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado que estaba a la entrada de la puerta, otras dos mesas.

Fuera de la puerta interior, en el atrio interior, {había} dos cámaras, {una de} las cuales {estaba} al lado de la puerta del norte con su fachada hacia el sur, {y} la otra al lado de la puerta del sur con {su} fachada hacia el norte.

Y pasó al interior, y midió cada poste de la puerta de dos codos; y la puerta de seis codos; y la anchura de la entrada de siete codos.

Y la pared estaba labrada con querubines y palmas; entre querubín y querubín una palma; y cada querubín tenía dos rostros:

La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos codos; y sus esquinas, y su superficie, y sus paredes, eran de madera. Y me dijo: Esta es la mesa que está delante del SEÑOR.

Y en cada portada había dos hojas, dos hojas que se volvían; dos hojas en una portada, y otras dos en la otra.

Y {había} ventanas con celosías y palmeras a uno y otro lado, a los dos lados del vestíbulo; así {eran} las cámaras laterales del templo y los umbrales.

Y desde el aro del medio de la tierra hasta el lugar de abajo, dos codos, y la anchura de un codo; y desde el lugar menor hasta el lugar mayor, cuatro codos, y la anchura de un codo.

Y será que toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchos peces en gran manera por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este arroyo.

Así dijo el Señor DIOS: Este es el término en que partiréis la tierra en heredad entre las doce tribus de Israel: José dos partes.

Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años.

La primera {era} como un león y tenía alas de águila. Mientras yo miraba, sus alas le fueron arrancadas, fue levantada del suelo y puesta sobre dos pies, como un hombre, y le fue dado corazón de hombre.

y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos: y aunque eran altos, el uno era más alto que el otro; y el más alto subía a la postre.

Y vino hasta el carnero que tenía los dos cuernos, al cual había yo visto que estaba delante del río, y corrió contra él con la ira de su fortaleza.

Y lo vi que llegaba junto al carnero, y se levantó contra él, y lo hirió, y quebró sus dos cuernos, porque en el carnero no había fuerzas para parar delante de él; lo derribó por tanto en tierra, y lo holló; ni hubo quien librara al carnero de su mano.

Y él me dijo: Hasta dos mil trescientos días de tarde y mañana; y el santuario será justificado.

El carnero que viste, con los dos cuernos, {representa} a los reyes de Media y de Persia.

Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar á Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; tornaráse á edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

Y el corazón de estos dos reyes será para hacerse mal, y en una misma mesa tratarán mentira; mas no servirá de nada, porque el plazo aún no es llegado.

Y yo, Daniel, miré, y he aquí otros dos que estaban, el uno a este lado a la orilla del río, y el otro al otro lado a la orilla del río.

Y los castigaré como deseo; y pueblos se juntarán sobre ellos cuando sean atados en sus dos surcos.

Las palabras de Amós, que estuvo entre los pastores de Tecoa, las cuales vio sobre Israel en días de Uzías rey de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.

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