2162 casos

'Ellos' en la Biblia

Ellos a su vez {lo} dieron a los carpinteros y a los constructores para comprar piedra de cantería y maderas para trabazones, y hacer vigas para los edificios que los reyes de Judá habían dejado que se arruinaran.

Y los hombres hicieron el trabajo fielmente con {estos} capataces sobre ellos para dirigir{los:} Jahat y Abdías, levitas de los hijos de Merari, y Zacarías y Mesulam, de los hijos de Coat, y de los levitas, todos los que eran hábiles con instrumentos musicales.

Y mientras ellos sacaban el dinero que habían traído a la casa del SEÑOR, el sacerdote Hilcías encontró el libro de la ley del SEÑOR {dado} por Moisés.

así dice el SEÑOR: `He aquí, voy a traer mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, {es decir,} todas las maldiciones escritas en el libro que ellos han leído en presencia del rey de Judá.

Y {los levitas} mataron {los animales de} la Pascua, y mientras los sacerdotes rociaban la sangre {recibida} de la mano de ellos, los levitas {los} desollaban.

También los cantores, los hijos de Asaf, {estaban} en sus puestos conforme a lo ordenado por David, Asaf, Hemán, y Jedutún, vidente del rey; y los porteros en cada puerta no tenían que apartarse de su servicio, porque sus hermanos los levitas preparaban para ellos.

Entonces El hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, y no tuvo compasión del joven ni de la virgen, del viejo ni del débil; a todos ellos {los} entregó en su mano.

Y todos los que {habitaban} alrededor de ellos les ayudaron con objetos de plata, con oro, con bienes, con ganado y con objetos preciosos, además de todo lo que fue dado como ofrenda voluntaria.

y tomaron a sueldo contra ellos consejeros para frustrar sus propósitos, todos los días de Ciro, rey de Persia, hasta el reinado de Darío, rey de Persia.

Ahora sepa el rey, que si esa ciudad es reedificada y las murallas terminadas, ellos no pagarán tributo, ni impuesto, ni peaje, lo cual perjudicará los ingresos de los reyes.

Cuando los profetas Hageo y Zacarías, hijo de Iddo, profetizaron a los judíos que {estaban} en Judá y en Jerusalén, en el nombre del Dios de Israel que {estaba} sobre ellos,

Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, se levantaron entonces y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén; y los profetas de Dios estaban con ellos apoyándolos.

En aquel tiempo Tatnai, gobernador de {la provincia} al otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros vinieron a ellos y les hablaron así: ¿Quién os dio orden de reedificar este templo y de terminar este edificio?

Ya que los sacerdotes y los levitas se habían purificado juntamente, todos ellos estaban purificados, entonces mataron {al cordero} de la Pascua para todos los desterrados, tanto para sus hermanos los sacerdotes como para sí mismos.

Comieron {la Pascua} los hijos de Israel que habían vuelto del destierro y todos aquellos que se habían apartado de la impureza de las naciones de la tierra para {unirse} a ellos, para buscar al SEÑOR, Dios de Israel.

Y con gozo celebraron por siete días la fiesta de los panes sin levadura, porque el SEÑOR los había llenado de regocijo, y había vuelto hacia ellos el corazón del rey de Asiria para animarlos en la obra de la casa de Dios, el Dios de Israel.

de los hijos de Adonicam, los postreros, cuyos nombres son estos: Elifelet, Jeiel y Semaías, y con ellos sesenta varones;

y de los hijos de Bigvai, Utai y Zabud, y con ellos setenta varones.

y los envié a Iddo, jefe en la localidad de Casifia; puse en boca de ellos las palabras que debían decir a Iddo {y} a sus hermanos, los sirvientes del templo en la localidad de Casifia, para que nos trajeran ministros para la casa de nuestro Dios.

y de los sirvientes del templo, a quienes David y los príncipes habían puesto para el servicio de los levitas, doscientos veinte sirvientes del templo, todos ellos designados por sus nombres.

Entonces aparté a doce de los sacerdotes principales, a Serebías, a Hasabías, y con ellos diez de sus hermanos;

Y al cuarto día la plata y el oro y los utensilios fueron pesados en la casa de nuestro Dios {y entregados} en mano de Meremot, hijo del sacerdote Urías, y con él {estaba} Eleazar, hijo de Finees; y con ellos {estaban} los levitas Jozabad, hijo de Jesúa, y Noadías, hijo de Binúi.

sino que han tomado mujeres de entre las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo se ha mezclado con los pueblos de las tierras; es más, la mano de los príncipes y de los gobernantes ha sido la primera en {cometer} esta infidelidad.

Esdras se levantó e hizo jurar a los principales sacerdotes, a los levitas y a todo Israel que harían conforme a esta propuesta; y ellos juraron.

Pero los desterrados sí lo hicieron. Y el sacerdote Esdras designó a hombres jefes de {casas} paternas por cada una de sus casas paternas, todos ellos por nombre. Y se reunieron el primer día del décimo mes para investigar el asunto.

(Ellos juraron despedir a sus mujeres, y siendo culpables, {ofrecieron} un carnero del rebaño por su delito.)

Todos éstos se habían casado con mujeres extranjeras, y algunos de ellos {tenían} mujeres que {les} habían dado a luz hijos.

Y junto a ellos hizo reparaciones Meremot, hijo de Urías, hijo de Cos. A su lado hizo reparaciones Mesulam, hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel; y junto a éste hizo reparaciones Sadoc, hijo de Baana.

Junto a ellos Melatías gabaonita y Jadón meronotita, hombres de Gabaón y de Mizpa, hicieron también reparaciones para la sede oficial del gobernador {de la provincia} más allá del río.

A su lado hizo reparaciones Uziel, hijo de Harhaía, de los orfebres; y junto a él hizo reparaciones Hananías, uno de los perfumistas; ellos restauraron a Jerusalén hasta la muralla Ancha.

Y junto a ellos hizo reparaciones Refaías, hijo de Hur, oficial de la mitad del distrito de Jerusalén.

Tras ellos Benjamín y Hasub hicieron reparaciones frente a su casa. Después de ellos Azarías, hijo de Maasías, hijo de Ananías, hizo reparaciones junto a su casa.

Después de ellos los tecoítas repararon otra sección frente a la gran torre sobresaliente y hasta el muro de Ofel.

Después de ellos Sadoc, hijo de Imer, hizo reparaciones frente a su casa. Y tras él hizo reparaciones Semaías, hijo de Secanías, portero de la puerta Oriental.

Después de él Hananías, hijo de Selemías, y Hanún, sexto hijo de Salaf, repararon otra sección. Tras ellos Mesulam, hijo de Berequías, hizo reparaciones frente a su vivienda.

Y todos ellos conspiraron juntos para venir a luchar contra Jerusalén y causar disturbio en ella.

Y nuestros enemigos decían: No sabrán ni verán hasta que entremos en medio de ellos y los matemos y hagamos cesar la obra.

Y sucedió que cuando los judíos que habitaban cerca de ellos vinieron y nos dijeron diez veces: Subirán contra nosotros de todo lugar adonde os volváis,

Se rebeló mi corazón dentro de mí, y contendí con los nobles y con los oficiales y les dije: Estáis cobrando usura cada uno a su hermano. Y congregué contra ellos una gran asamblea.

Os ruego que hoy mismo les devolváis sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas; también la centésima {parte} del dinero y del grano, del mosto y del aceite que estáis exigiendo de ellos.

Entonces ellos dijeron: {Lo} devolveremos y no les exigiremos nada; haremos tal como has dicho. Y llamé a los sacerdotes y les hice jurar que harían conforme a esta promesa.

Pero los gobernadores anteriores que me precedieron gravaban al pueblo y tomaban de ellos cuarenta siclos de plata además del pan y del vino; también sus sirvientes oprimían al pueblo. Pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.

Sanbalat y Gesem me enviaron {un mensaje,} diciendo: Ven, reunámonos en Quefirim en el llano de Ono. Pero ellos tramaban hacerme daño.

Le pagaron por esta razón, para que yo me atemorizara y obrara de esa manera y pecara, y ellos tuvieran un mal informe {de mí} y pudieran reprocharme.

También en aquellos días iban muchas cartas de los nobles de Judá a Tobías, y de Tobías venían {cartas} a ellos.

Y ellos proclamaron y circularon pregón en todas sus ciudades y en Jerusalén, diciendo: Salid al monte y traed ramas de olivo, ramas de olivo silvestre, ramas de mirto, ramas de palmera y ramas de {otros} árboles frondosos, para hacer tabernáculos, como está escrito.

Toda la asamblea de los que habían regresado de la cautividad hicieron tabernáculos y habitaron en ellos. Los hijos de Israel ciertamente no habían hecho de esta manera desde los días de Josué, hijo de Nun, hasta aquel día. Y hubo gran regocijo.

Entonces hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra; pues supiste que ellos los trataban con soberbia, y te hiciste un nombre como el de hoy.

Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio del mar sobre tierra firme; y echaste en los abismos a sus perseguidores, como a una piedra en aguas turbulentas.

Luego bajaste sobre el monte Sinaí, y desde el cielo hablaste con ellos; les diste ordenanzas justas y leyes verdaderas, estatutos y mandamientos buenos.

Rehusaron escuchar, y no se acordaron de las maravillas que hiciste entre ellos; endurecieron su cerviz y eligieron un jefe para volver a su esclavitud en Egipto. Pero tú eres un Dios de perdón, clemente y compasivo, lento para la ira y abundante en misericordia, y no los abandonaste.

Por cuarenta años proveíste para ellos en el desierto {y} nada les faltó, sus vestidos no se gastaron ni se hincharon sus pies.

Y entraron los hijos y poseyeron la tierra. Y tú sometiste delante de ellos a los habitantes de la tierra, a los cananeos, y los entregaste en su mano, con sus reyes y los pueblos de la tierra, para hacer con ellos como quisieran.

Los amonestaste para que volvieran a tu ley, pero ellos obraron con soberbia y no escucharon tus mandamientos, sino que pecaron contra tus ordenanzas, las cuales si el hombre las cumple, por ellas vivirá. Y dieron la espalda en rebeldía, endurecieron su cerviz y no escucharon.

Pero ellos en su propio reino, con los muchos bienes que tú les diste, con la espaciosa y rica tierra que pusiste delante de ellos, no te sirvieron ni se convirtieron de sus malas obras.

En cuanto a los pueblos de la tierra que traigan mercancías o cualquier {clase de} grano para vender en el día de reposo, no compraremos de ellos en día de reposo ni en día santo; y renunciaremos a {las cosechas} del año séptimo y a la exigencia de toda deuda.

porque {había} un mandato del rey acerca de ellos y un reglamento fijo para los cantores de cada día.

Zanoa, Adulam y sus aldeas, Laquis y sus campos, Azeca y sus ciudades. Y ellos acamparon desde Beerseba hasta el valle de Hinom.

También Bacbuquías y Uni, sus hermanos, {estaban} frente a ellos en {sus} ministerios {respectivos}.

Y los principales de los levitas {eran} Hasabías, Serebías y Jesúa, hijo de Cadmiel, con sus hermanos frente a ellos, para alabar {y} dar gracias, según lo prescrito por David, hombre de Dios, sección frente a sección.

Y tras ellos iban Osaías y la mitad de los jefes de Judá,

y sus parientes, Semaías, Azareel, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá {y} Hananí, con los instrumentos musicales de David, hombre de Dios. Y el escriba Esdras {iba} delante de ellos.

El segundo coro marchaba hacia la izquierda, y yo {iba} tras ellos con la mitad del pueblo por encima de la muralla, pasando por la torre de los Hornos, hasta la muralla Ancha,

Ellos ministraban en la adoración de su Dios y en el ministerio de la purificación, junto con los cantores y los porteros, conforme al mandato de David {y} de su hijo Salomón.

porque no recibieron a los hijos de Israel con pan y agua, sino que contrataron contra ellos a Balaam para maldecirlos; pero nuestro Dios convirtió la maldición en bendición.

De sus hijos, la mitad hablaban la lengua de Asdod, y ninguno de ellos podía hablar la lengua de Judá, sino la lengua de su propio pueblo.

Y contendí con ellos y los maldije, herí a algunos de ellos y les arranqué el cabello, y les hice jurar por Dios, {diciendo:} No daréis vuestras hijas a sus hijos; tampoco tomaréis de sus hijas para vuestros hijos ni para vosotros mismos.

Acuérdate de ellos, Dios mío, porque han profanado el sacerdocio y el pacto del sacerdocio y de los levitas.

Y sucedió que después que ellos le habían hablado día tras día y él se había negado a escucharlos, se {lo} informaron a Amán para ver si la palabra de Mardoqueo era firme; porque él les había declarado que era judío.

Y fue hallado escrito lo que Mardoqueo había informado acerca de Bigtán y Teres, dos de los eunucos del rey, guardianes del umbral, de que ellos habían procurado echar mano al rey Asuero.

En cada provincia, en cada ciudad y en todo lugar adonde llegaba el mandato del rey y su decreto había alegría y gozo para los judíos, banquete y día festivo. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hicieron judíos, porque había caído sobre ellos el temor de los judíos.

En el mes doce (es decir, el mes de Adar), el día trece cuando estaban para ejecutarse el mandato y edicto del rey, el {mismo} día que los enemigos de los judíos esperaban obtener dominio sobre ellos, sucedió lo contrario, porque fueron los judíos los que obtuvieron dominio sobre los que los odiaban.

Se reunieron los judíos en sus ciudades por todas las provincias del rey Asuero para echar mano a los que buscaban su daño; y nadie podía oponérseles, porque el temor a ellos había caído sobre todos los pueblos.

Y todos los príncipes de las provincias, los sátrapas, los gobernadores y los que manejaban los negocios del rey ayudaron a los judíos, porque el temor a Mardoqueo había caído sobre ellos,

porque en esos días los judíos se libraron de sus enemigos, y fue para ellos un mes que se convirtió de tristeza en alegría y de duelo en día festivo. Los harían días de banquete y de regocijo, para que se enviaran porciones {de comida} unos a otros e hicieran donativos a los pobres.

los judíos establecieron e hicieron una costumbre para ellos, para sus descendientes y para todos los que se aliaban con ellos, de que no dejarían de celebrar estos dos días conforme a su ordenanza y conforme a su tiempo señalado cada año.

para establecer estos días de Purim en sus tiempos señalados, tal como habían establecido para ellos el judío Mardoqueo y la reina Ester, según habían fijado para ellos y sus descendientes, con instrucciones para sus tiempos de ayuno y de lamentaciones.

Sus hijos solían ir y hacer un banquete en la casa de cada uno por turno, e invitaban a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos.

Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba {a buscarlos} y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos {conforme} al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre.

Hubo un día cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del SEÑOR, y Satanás vino también entre ellos.

vino un mensajero a Job y dijo: Los bueyes estaban arando y las asnas paciendo junto a ellos,

Y sucedió que un día cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del SEÑOR, vino también Satanás entre ellos para presentarse delante del SEÑOR.

Y cuando alzaron los ojos desde lejos y no lo reconocieron, levantaron sus voces y lloraron. Cada uno de ellos rasgó su manto y esparcieron polvo hacia el cielo sobre sus cabezas.

Las caravanas de Temán {los} buscaron, los viajeros de Sabá contaban con ellos.

¿No te instruirán ellos {y} te hablarán, y de sus corazones sacarán palabras?

¿Quién entre todos ellos no sabe que la mano del SEÑOR ha hecho esto,

a ellos solos se les dio la tierra, y ningún extranjero pasó entre ellos.

En su presencia se afirman con ellos sus descendientes, y sus vástagos delante de sus ojos;

sus casas están libres de temor, y no está la vara de Dios sobre ellos.

He aquí, no está en mano de ellos su prosperidad; el consejo de los impíos lejos está de mí.

¿Cuántas veces es apagada la lámpara de los impíos, o cae sobre ellos su calamidad? ¿Reparte Dios dolores en su ira?

Porque el impío es preservado para el día de la destrucción; ellos serán conducidos en el día de la ira.

Ellos dijeron a Dios: ``Apártate de nosotros" y: `` ¿Qué puede hacernos el Todopoderoso?"

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