'Ellos' en la Biblia
- 1.Gé 2:1-Gé 49:17
- 2.Éx 1:7-Levítico 16:22
- 3.Levítico 17:5-Números 14:33
- 4.Números 15:12-Deuteronomio 7:18
- 5.Deuteronomio 7:20-Josué 11:20
- 6.Josué 11:21-1 Samuel 8:16
- 7.1 Samuel 8:22-1 Reyes 14:27
- 8.1 Reyes 16:13-1 Crónicas 7:28
- 9.1 Crónicas 7:32-2 Crónicas 28:23
- 10.2 Crónicas 29:23-Ester 9:2
- 11.Ester 9:3-Salmos 78:31
- 12.Salmos 78:45-Isaías 14:1
- 13.Isaías 14:10-Jeremías 11:14
- 14.Jeremías 11:20-Jeremías 49:20
- 15.Jeremías 49:21-Ezequiel 20:21
- 16.Ezequiel 20:49-Ezequiel 46:16
- 17.Ezequiel 46:23-Zacarías 7:14
- 18.Zacarías 8:8-Mateo 22:16
- 19.Mateo 22:18-Lucas 2:7
- 20.Lucas 2:9-Lucas 24:15
- 21.Lucas 24:16-Hechos 11:20
- 22.Hechos 11:21-Romanos 16:15
- 23.Romanos 16:17-Apocalipsis 9:11
- 24.Apocalipsis 9:16-Apocalipsis 21:14
Y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios en verdad y en justicia.
Y yo acamparé junto a mi casa a causa del ejército, a causa del que va y del que viene; y no pasará más sobre ellos el opresor; porque ahora he visto con mis ojos.
Y Jehová será visto sobre ellos, y su saeta saldrá como un relámpago; y Jehová el Señor tocará la trompeta, e irá con torbellinos del sur.
Jehová de los ejércitos los defenderá, y ellos devorarán y subyugarán con piedras de la honda, y beberán y harán estrépito como embriagados de vino; y se llenarán como tazones, y como las esquinas del altar.
Y los salvará en aquel día Jehová su Dios como rebaño de su pueblo; porque ellos serán como piedras de corona, enaltecidos como una insignia en su tierra.
Porque las imágenes han hablado vanidad, y los adivinos han visto mentira, y han hablado sueños vanos, en vano consuelan; por eso ellos vagan como ovejas, fueron afligidos porque no tenían pastor.
Y serán como valientes, que en la batalla pisotean al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová será con ellos; y los que cabalgan en caballos serán avergonzados.
Porque yo fortaleceré la casa de Judá, y guardaré la casa de José; y los volveré a traer porque tendré misericordia de ellos; y serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré.
Y destruí a tres pastores en un mes, y mi alma los detestó; y también el alma de ellos me aborreció a mí.
En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; y el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David será como Dios, como el Ángel de Jehová delante de ellos.
Y meteré en el fuego la tercera parte, y los refinaré como se refina la plata, y los probaré como se prueba el oro. Invocarán mi nombre, y yo les oiré, y diré: Pueblo mío; y ellos dirán: Jehová es mi Dios.
Y ésta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se disolverá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán sus ojos en sus cuencas, y su lengua se les deshará en su boca.
Y acontecerá en aquel día que habrá en ellos gran quebrantamiento de Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y su mano se levantará contra la mano de su compañero.
Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén a adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia.
Y si la familia de Egipto no subiere, y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá a las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos.
Aunque Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos y edificaremos lo arruinado; así dice Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, pero yo destruiré; y les llamarán provincia de Impiedad, y pueblo contra quien Jehová se indignó para siempre.
Y ellos serán míos, dice Jehová de los ejércitos, en el día que yo prepare mi especial tesoro; y los perdonaré como un hombre perdona a su hijo que le sirve.
y ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
Entonces Herodes, llamando en secreto a los sabios, inquirió de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Y habiendo ellos partido, he aquí el ángel del Señor apareció en un sueño a José, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te diga; porque Herodes buscará al niño para matarlo.
Otra vez el diablo lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo, y la gloria de ellos,
Ellos entonces, dejando luego las redes, le siguieron.
Y ellos, dejando luego la barca y a su padre, le siguieron.
Y recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Bienaventurados los pobres en espíritu; porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran; porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los mansos; porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón; porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores; porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia; porque de ellos es el reino de los cielos.
Mirad que no hagáis vuestras limosnas delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tenéis recompensa de vuestro Padre que está en el cielo.
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os digo: Ya tienen su recompensa.
No seáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Y cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.
pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres os hagan, así también haced vosotros a ellos; porque esto es la ley y los profetas.
Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece el presente que mandó Moisés, para testimonio a ellos.
Y lejos de ellos, estaba paciendo un hato de muchos puercos.
Y Él les dijo: Id. Y ellos saliendo, se fueron a aquel hato de puercos; y he aquí, todo el hato de puercos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.
Y he aquí, le trajeron a un paralítico echado en una cama; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, ten ánimo, tus pecados te son perdonados.
Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
Y Jesús les dijo: ¿Pueden, los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Mas los días vendrán, cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Y llegado a casa, los ciegos vinieron a Él; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le dijeron: Sí, Señor.
Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
Pero cuando ellos salieron, divulgaron su fama por toda aquella tierra.
Y al salir ellos, he aquí, le trajeron a un hombre mudo, endemoniado.
Y recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y todo achaque en el pueblo.
Y seréis llevados ante reyes y gobernadores por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles.
¿No se venden dos pajarillos por un cuadrante? Y ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.
Y aconteció que cuando Jesús terminó de dar comisión a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y predicar en las ciudades de ellos.
Y yéndose ellos, comenzó Jesús a decir a las multitudes acerca de Juan: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
Y si yo por Belcebú echo fuera los demonios, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; y he aquí, uno mayor que Jonás en este lugar.
Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado el saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
Y en ellos se cumple la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, mas no percibiréis.
Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.
Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos estaban atónitos, y decían: ¿De dónde tiene Éste esta sabiduría y estos milagros?
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
Mas celebrándose el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de ellos, y agradó a Herodes;
Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
Y ellos le dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.
Y a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Y cuando ellos entraron en la barca, se calmó el viento.
Y Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos cuantos pececillos.
Y ellos hablaban entre sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan.
Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y su vestidura se hizo blanca como la luz.
Y alzando ellos sus ojos a nadie vieron, sino a Jesús solo.
Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron; sino que hicieron de él todo lo que quisieron: Así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
Y estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres,
y le matarán; pero al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.
Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,
Y si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia, y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron.
Y habiendo puesto sus manos sobre ellos, partió de allí.
y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron.
Ellos le dicen: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.
Y cuando vinieron los primeros, pensaban que habían de recibir más, pero ellos también recibieron cada uno un denario.
Mas él respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no acordaste conmigo por un denario?
Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís: ¿Podéis beber la copa que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Ellos le dijeron: Podemos.
Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los príncipes de los gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen sobre ellos autoridad.
Y saliendo ellos de Jericó, le seguía una gran multitud.
Y la multitud les reprendía para que callasen; pero ellos más clamaban, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.
Entonces Jesús, teniendo compasión de ellos, tocó sus ojos, y al instante sus ojos recibieron la vista; y le siguieron.
y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos, y le sentaron encima.
El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces hablaban entre sí, diciendo: Si dijéremos del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos le dijeron: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.
Otra vez, envió otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.
Ellos le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y su viña arrendará a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.
Y oyendo sus parábolas los príncipes de los sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos.
Pero cuando buscaron cómo echarle mano, tuvieron miedo de la multitud; porque ellos le tenían por profeta.
Pero ellos lo tuvieron en poco y se fueron; uno a su labranza, otro a sus negocios,
Y le enviaron los discípulos de ellos, con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres veraz, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.
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