3027 casos

'Es' en la Biblia

Y Nehemías el Tirsatha, y el sacerdote Esdras, escriba, y los Levitas que hacían entender al pueblo, dijeron á todo el pueblo: Día santo es á Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis: porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley

Los Levitas pues, hacían callar á todo el pueblo, diciendo: Callad, que es día santo, y no os entristezcáis.

Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición, y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones;

Y protestásteles que se volviesen á tu ley; mas ellos hicieron soberbiamente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; y dieron hombro renitente, y endurecieron su cerviz, y no es

Y reprendí á los señores de Judá, y díjeles: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día del sábado?

Y el mandamiento que hará el rey será oído en todo su reino, aunque es grande, y todas las mujeres darán honra á sus maridos, desde el mayor hasta el menor.

Y había criado á Hadassa, que es Esther, hija de su tío, porque no tenía padre ni madre; y era moza de hermosa forma y de buen parecer; y como su padre y su madre murieron, Mardochêo la había tomado por hija suya.

Y como llegaba el tiempo de cada una de las mozas para venir al rey Assuero, al cabo de haber estado ya doce meses conforme á la ley acerca de las mujeres (porque así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra, y seis meses

Fué pues Esther llevada al rey Assuero á su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebeth, en el año séptimo de su reinado.

En el mes primero, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Assuero, fué echada Pur, esto es, la suerte, delante de Amán, de día en día y de mes en mes; y salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar.

Y fueron enviadas letras por mano de los correos á todas las provincias del rey, para destruir, y matar, y exterminar á todos los Judíos, desde el niño hasta el viejo, niños y mujeres en un día, en el trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y para

Y dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Esther? ¿y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino, se te dará.

Y dijo el rey á Esther en el banquete del vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será concedida.

Entonces respondió Esther, y dijo: Mi petición y mi demanda es:

Contó luego Amán á Zeres su mujer, y á todos sus amigos, todo lo que le había acontecido: y dijéronle sus sabios, y Zeres su mujer: Si de la simiente de los Judíos es el Mardochêo, delante de quien has comenzado á caer, no lo vencerás; antes caerás por ci

Y también el segundo día dijo el rey á Esther en el convite del vino: ¿Cuál es tu petición, reina Esther, y se te concederá? ¿Cuál es pues tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, pondráse por obra.

Y respondió el rey Assuero, y dijo á la reina Esther: ¿Quién es, y dónde está, aquél á quien ha henchido su corazón para obrar así?

Y Esther dijo: El enemigo y adversario es este malvado Amán. Entonces se turbó Amán delante del rey y de la reina.

Y dijo: Si place al rey, y si he hallado gracia delante de el, y si la cosa es recta delante del rey, y agradable yo en sus ojos, sea escrito para revocar las letras del designio de Amán hijo de Amadatha Agageo, que escribió para destruir á los Judíos que

Escribid pues vosotros á los Judíos como bien os pareciere en el nombre del rey, y sellad lo con el anillo del rey; porque la escritura que se sella con el anillo del rey, no es para revocarla.

Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es Siván, á veintitrés del mismo; y escribióse conforme á todo lo que mandó Mardochêo, á los Judíos, y á los sátrapas, y á los capitanes, y á los príncipes de las provincias que había

En un mismo día en todas las provincias del rey Assuero, en el trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar.

Y EN el mes duodécimo y que es el mes de Adar, á trece del mismo, en el que tocaba se ejecutase el mandamiento del rey y su ley, el mismo día en que esperaban los enemigos de los Judíos enseñorearse de ellos, fué lo contrario; porque los Judíos se enseñor

Y dijo el rey á la reina Esther: En Susán, capital del reino, han muerto los Judíos y destruído quinientos hombres, y á diez hijos de Amán; ¿qué habrán hecho en las otras provincias del rey? ¿Cuál pues es tu petición, y te será concedida? ¿ó qué más es tu

Perezca el día en que yo nací, Y la noche que se dijo: Varón es concebido.

Mas ahora que el mal sobre ti ha venido, te es duro; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.

¿Es este tu temor, tu confianza, Tu esperanza, y la perfección de tus caminos?

Asimismo echarás de ver que tu simiente es mucha, Y tu prole como la hierba de la tierra.

He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo.

Acuérdate que mi vida es viento, Y que mis ojos no volverán á ver el bien.

¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, Y que pongas sobre él tu corazón,

Si habláremos de su potencia, fuerte por cierto es; Si de juicio, ¿quién me emplazará?

La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él, ¿quién es? ¿dónde está?

Tú dices: Mi conversar es puro, Y yo soy limpio delante de tus ojos.

Es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?

Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.

Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras.

¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, fenecería.

Todos los días del impío, él es atormentado de dolor, Y el número de años es escondido al violento.

Tú me has arrugado; testigo es mi flacura, Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.

Si yo espero, el sepulcro es mi casa: Haré mi cama en las tinieblas.

Que la alegría de los impíos es breve, Y el gozo del hipócrita por un momento?

Con su estiércol perecerá para siempre: Los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él?

Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, Y la heredad que Dios le señala por su palabra.

¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos á él?

Oh cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, Y viene sobre ellos su quebranto, Y Dios en su ira les reparte dolores!

Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, Y qué de la tienda de las moradas de los impíos?

Que el malo es reservado para el día de la destrucción? Presentados serán en el día de las iras.

Por cierto tu malicia es grande, Y tus maldades no tienen fin.

He aquí, como asnos monteses en el desierto, Salen á su obra madrugando para robar; El desierto es mantenimiento de sus hijos.

A la luz se levanta el matador, mata al pobre y al necesitado, Y de noche es como ladrón.

Porque la mañana es á todos ellos como sombra de muerte; Si son conocidos, terrores de sombra de muerte los toman.

Son instables más que la superficie de las aguas; Su porción es maldita en la tierra; No andarán por el camino de las viñas.

¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, Y el hijo de hombre, también gusano?

¿A quién has anunciado palabras, Y cuyo es el espíritu que de ti sale?

Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, Y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.

El hierro se saca del polvo, Y de la piedra es fundido el metal.

De coral ni de perlas no se hará mención: La sabiduría es mejor que piedras preciosas.

Porque encubierta está á los ojos de todo viviente, y á toda ave del cielo es oculta.

Porque es maldad é iniquidad, Que han de castigar los jueces.

Porque es fuego que devoraría hasta el sepulcro, Y desarraigaría toda mi hacienda.

Quién me diera quien me oyese! He aquí mi impresión es que el Omnipotente testificaría por mí, Aunque mi adversario me hiciera el proceso.

He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.

¿He de mentir yo contra mi razón? Mi saeta es gravosa sin haber yo prevaricado.

¿Enseñorearáse el que aborrece juicio? ¿Y condenarás tú al que es tan justo?

¿Cuánto menos á aquel que no hace acepción de personas de príncipes, Ni el rico es de él más respetado que el pobre? Porque todos son obras de sus manos.

Porque de cierto no son mentira mis palabras; Contigo está el que es íntegro en sus conceptos.

He aquí que Dios es grande, mas no desestima á nadie; Es poderoso en fuerza de sabiduría.

He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿Qué enseñador semejante á él?

El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en potencia; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá.

Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, Y el brazo enaltecido es quebrantado.

¿Sabíaslo tú porque hubieses ya nacido, O porque es grande el número de tus días?

Lo oculto de los montes es su pasto, Y anda buscando todo lo que está verde.

¿Le intimidarás tú como á alguna langosta? El resoplido de su nariz es formidable:

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