53 casos

'Escriba' en la Biblia

y Sadoc hijo de Ahitob, y Ahimelec hijo de Abiatar, eran sacerdotes; y Seraías era escriba;

y Seba era el escriba; y Sadoc y Abiatar, eran los sacerdotes;

Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el escriba del rey y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová, y lo guardaban.

Llamaron luego al rey, y salió a ellos Eliaquim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna escriba, y Joah hijo de Asaf, el cronista.

Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna el escriba, y Joah hijo de Asaf, el cronista, vinieron a Ezequías, rasgadas sus vestiduras, y le declararon las palabras del Rabsaces.

Y envió a Eliaquim el mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, vestidos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz.

Y aconteció que a los dieciocho años del rey Josías, el rey envió a Safán hijo de Azalías, hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehová, diciendo:

Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías a Safán escriba: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó.

Viniendo luego Safán escriba al rey, dio al rey la respuesta, y dijo: Tus siervos han juntado el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen cargo de la casa de Jehová.

Asimismo Safán escriba declaró al rey, diciendo: Hilcías el sacerdote me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey.

Luego mandó el rey a Hilcías el sacerdote, y a Ahicam hijo de Safán, y a Acbor hijo de Micaías, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey, diciendo:

y de la ciudad tomó a un oficial que estaba a cargo de los hombres de guerra, y a cinco varones de los que estaban en la presencia del rey que se hallaban en la ciudad; y al principal escriba del ejército, que reclutaba la gente del país; y sesenta varones del pueblo de la tierra, que se hallaban en la ciudad.

Y Sadoc hijo de Ahitob, y Abimelec hijo de Abiatar eran sacerdotes; y Savsa era escriba;

Y Semaías escriba, hijo de Natanael, de los levitas, los escribió delante del rey y de los príncipes, y delante de Sadoc el sacerdote, y de Ahimelec hijo de Abiatar, y de los príncipes de las familias de los sacerdotes y levitas, asignaban una familia para Eleazar, y otra para Itamar.

Y Jonatán, tío de David, era consejero, varón prudente y escriba; y Jehiel hijo de Hacmoni estaba con los hijos del rey.

Y sucedía que cuando venía el tiempo para llevar el arca al magistrado del rey por mano de los levitas, cuando veían que había mucho dinero, venía el escriba del rey, y el que estaba puesto por el sumo sacerdote, y llevaban el arca, y la vaciaban, y la volvían a su lugar; y así lo hacían de día en día, y recogían mucho dinero;

Tuvo también Uzías escuadrones de guerreros, los cuales salían a la guerra en ejército, según que estaban por lista hecha por mano de Jeiel escriba y de Maasías gobernador, y por mano de Hananías, uno de los príncipes del rey.

Y dando cuenta Hilcías, dijo a Safán escriba: Yo he hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. Y dio Hilcías el libro a Safán.

Además de esto, declaró el escriba Safán al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me dio un libro. Y leyó Safán en él delante del rey.

y mandó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán, y a Abdón hijo de Micaía, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey, diciendo:

Rehum el canciller y el escriba Simsai escribieron una carta contra Jerusalén al rey Artajerjes, de esta manera.

En aquel tiempo escribieron el canciller Rehum y el escriba Simsai, y sus demás compañeros, los dineos, los aparsaqueos, los tarpelitas, los afarseos, los erqueos, los babilonios, los susasqueos, los dieveos y los elamitas;

El rey envió esta respuesta a Rehum el canciller, y al escriba Simsai, y a los demás sus compañeros que habitan en Samaria, y a los demás del otro lado del río: Paz ahora.

Entonces, cuando la copia de la carta del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, y del escriba Simsai, y sus compañeros, fueron prestamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar con poder y fuerza.

Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y el rey le concedió todo lo que pidió, según la mano de Jehová su Dios era sobre él.

Y ésta es la copia de la carta que dio el rey Artajerjes a Esdras, sacerdote escriba, escriba instruido en las palabras de los mandamientos de Jehová, y de sus estatutos a Israel:

Artajerjes, rey de los reyes, a Esdras sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo: Perfecta paz, etcétera.

Y por mí el rey Artajerjes es dado mandamiento a todos los tesoreros que están al otro lado del río, que todo lo que os demandare Esdras sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda prestamente,

Y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas. Y dijeron al escriba Esdras que trajese el libro de la ley de Moisés, que Jehová mandó a Israel.

Y Esdras el escriba estaba sobre un púlpito de madera, que habían hecho para ello; y junto a él, a su mano derecha, estaban Matatías, Sema, Anaías, Urías, Hilcías y Maasías; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam.

Y Nehemías el Tirsata, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis: porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.

Y al día siguiente se reunieron los príncipes de las familias de todo el pueblo, sacerdotes, y levitas, a Esdras escriba, para entender las palabras de la ley.

Éstos fueron en los días de Joiacim, hijo de Jesúa, hijo de Josadac, y en los días del gobernador Nehemías, y del sacerdote Esdras, escriba.

y sus hermanos Semaías, y Azareel, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hanani, con los instrumentos musicales de David varón de Dios; y Esdras escriba, delante de ellos.

Y puse por sobrestantes de ellos a Selemías sacerdote, y a Sadoc escriba, y de los levitas, a Pedaías y a mano de ellos Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; pues ellos eran tenidos por fieles, y de ellos eran el repartir a sus hermanos.

Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que pesa? ¿Dónde está el que cuenta las torres?

Y salió a él Eliaquim hijo de Hilcías mayordomo, y Sebna, escriba, y Joah hijo de Asaf, el cronista.

Entonces Eliaquim hijo de Hilcías mayordomo, y Sebna escriba, y Joah hijo de Asaf el cronista, vinieron a Ezequías rasgadas sus vestiduras, y le contaron las palabras del Rabsaces.

Y envió a Eliaquim mayordomo, y a Sebna escriba, y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz.

Entonces Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías en la casa de Jehová, en la cámara de Gemarías hijo de Safán escriba, en el atrio de arriba, a la entrada de la puerta nueva de la casa de Jehová, a oídos del pueblo.

descendió a la casa del rey, a la cámara del escriba, y he aquí que todos los príncipes estaban allí sentados: Elisama el escriba, Delaías hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías, y todos los príncipes.

Y entraron a donde estaba el rey, al atrio, habiendo depositado el rollo en la cámara de Elisama el escriba; y contaron a oídos del rey todas las palabras.

Y envió el rey a Jehudí a que tomase el rollo, el cual lo tomó de la cámara del escriba Elisama, y leyó en él Jehudí a oídos del rey, y a oídos de todos los príncipes que junto al rey estaban.

Entonces el rey mandó a Jerameel hijo de Amelec, y a Seraías hijo de Azriel, y a Selemías hijo de Abdeel, para que prendiesen a Baruc el escriba y al profeta Jeremías; pero Jehová los escondió.

Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes.

Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron, y le pusieron en prisión en la casa de Jonatán escriba, porque a ésta la habían convertido en cárcel.

Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor: caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa de Jonatán escriba, para que no muera allí.

Y cierto escriba vino y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.

Entonces Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, porque hay un Dios, y no hay otro fuera de Él.

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