'Escribas' en la Biblia
Y las familias de los escribas que habitaron en Jabes {fueron} los tirateos, los simeateos {y} los sucateos. Esos son los ceneos que vinieron de Hamat, padre de la casa de Recab.
También {estaban} sobre los cargadores y dirigían a todos los obreros de trabajo en trabajo; y {algunos} de los levitas {eran} escribas, oficiales y porteros.
Entonces fueron llamados los escribas del rey el día trece del mes primero, y conforme a todo lo que Amán había ordenado, fue escrito a los sátrapas del rey, a los gobernadores que estaban sobre cada provincia y a los príncipes de cada pueblo, a cada provincia conforme a su escritura, a cada pueblo conforme a su lengua, escrito en el nombre del rey Asuero y sellado con el anillo del rey.
Y fueron llamados los escribas del rey en aquel momento en el mes tercero (es decir, el mes de Siván), en el {día} veintitrés; y conforme a todo lo que ordenó Mardoqueo se escribió a los judíos, a los sátrapas, a los gobernadores y a los príncipes de las provincias que {se extendían} desde la India hasta Etiopía, ciento veintisiete provincias, a cada provincia conforme a su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, y a los judíos conforme a su escritura y a su lengua.
` ¿Cómo decís: ``Somos sabios, y la ley del SEÑOR está con nosotros"?, cuando he aquí, {la} ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas.
Y las varas en que escribas estarán en tu mano a la vista de ellos,
Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo.
Porque os digo que si vuestra justicia no supera {la} de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
porque les enseñaba como {uno} que tiene autoridad, y no como sus escribas.
Y algunos de los escribas decían para sí: Este blasfema.
Entonces le respondieron algunos de los escribas y fariseos, diciendo: Maestro, queremos ver una señal de parte tuya.
Entonces se acercaron* a Jesús {algunos} escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo:
Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?
He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y le condenarán a muerte;
Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron
diciendo: Los escribas y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés.
Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando.
¿Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas, aun cuando por pretexto hacéis largas oraciones; por eso recibiréis mayor condenación.
¿Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros.
¿Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los {preceptos} de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas.
¿Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpiáis el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno.
¿Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
¿Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos,
Por tanto, mirad, yo os envío profetas, sabios y escribas: de ellos, a unos los mataréis y crucificaréis, y a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad,
Y los que prendieron a Jesús le llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, donde estaban reunidos los escribas y los ancianos.
De igual manera, también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, burlándose {de El,} decían:
Y se admiraban de su enseñanza; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones:
Al ver los escribas de los fariseos que El comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a sus discípulos: ¿Por qué El come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores?
Y los escribas que habían descendido de Jerusalén decían: Tiene a Beelzebú; y: Expulsa los demonios por el príncipe de los demonios.
Los fariseos, y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén, se reunieron alrededor de El;
Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron*: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen con manos inmundas?
Y comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía padecer muchas cosas, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y después de tres días resucitar.
Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?
Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos.
He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles.
Los principales sacerdotes y los escribas oyeron {esto} y buscaban cómo destruirle, porque le tenían miedo, pues toda la multitud estaba admirada de su enseñanza.
Llegaron* de nuevo a Jerusalén; y cuando {Jesús} andaba por el templo, se le acercaron* los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos,
Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que les había contestado bien, le preguntó: ¿Cuál mandamiento es el más importante de todos?
Y tomando la palabra, Jesús decía mientras enseñaba en el templo: ¿Por qué dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
Y en su enseñanza les decía: Cuidaos de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y {aman} los saludos respetuosos en las plazas,
Faltaban dos días para la Pascua y para {la fiesta} de los panes sin levadura; y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matar{le};
En ese momento, mientras todavía estaba El hablando, llegó* Judas, uno de los doce, acompañado de una multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.
Y llevaron a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron* todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.
Muy de mañana, los principales sacerdotes prepararon enseguida una reunión con los ancianos, los escribas y todo el concilio; y atando a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato.
De igual manera, también los principales sacerdotes junto con los escribas, burlándose {de El} entre ellos, decían: A otros salvó, a sí mismo no puede salvarse.
Entonces los escribas y fariseos comenzaron a discurrir, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
Y los fariseos y sus escribas se quejaban a los discípulos de Jesús, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los recaudadores de impuestos y con los pecadores?
Y los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús {para ver} si sanaba en el día de reposo, a fin de encontrar de qué acusarle.
diciendo: El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Cuando salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarle en gran manera, y a interrogarle minuciosamente sobre muchas cosas,
y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este recibe a los pecadores y come con ellos.
Y enseñaba diariamente en el templo, pero los principales sacerdotes, los escribas y los más prominentes del pueblo procuraban matarle;
Y aconteció que en uno de los días cuando El enseñaba a la gente en el templo y anunciaba el evangelio, {se le} enfrentaron los principales sacerdotes y los escribas con los ancianos,
Los escribas y los principales sacerdotes procuraron echarle mano en aquella misma hora, pero temieron al pueblo; porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola.
Y algunos de los escribas respondieron, y dijeron: Maestro, bien has hablado.
Cuidaos de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y son amantes de los saludos respetuosos en las plazas, y de {ocupar} los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes;
Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo dar muerte a Jesús, pues temían al pueblo.
Cuando se hizo de día, se reunió el concilio de los ancianos del pueblo, tanto los principales sacerdotes como los escribas, y llevaron a Jesús ante su concilio, diciendo:
Los principales sacerdotes y los escribas también estaban allí, acusándole con vehemencia.
Los escribas y los fariseos trajeron* a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio,
Por eso los principales sacerdotes de los judíos decían a Pilato: No escribas, ``el Rey de los judíos"; sino que El dijo: ``Yo soy Rey de los judíos."
Y sucedió que al día siguiente se reunieron en Jerusalén sus gobernantes, ancianos y escribas;
Y alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y cayendo sobre {él}, lo arrebataron y {lo} trajeron en presencia del concilio.
Se produjo entonces un gran alboroto; y levantándose algunos de los escribas del grupo de los fariseos, discutían acaloradamente, diciendo: No encontramos nada malo en este hombre; pero ¿y si un espíritu o un ángel le ha hablado?
Después que los siete truenos hablaron, iba yo a escribir, cuando oí una voz del cielo que decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho y no las escribas.
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