'Escribo' en la Biblia
Yo, Tercio, que escribo esta carta, os saludo en el Señor.
No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados.
Mas yo de nada de esto me he aprovechado. Y no escribo esto para que así se haga conmigo; porque mejor me fuera morir, que permitir que alguno me prive de esta gloria.
Si alguno piensa que es profeta o espiritual, reconozca que lo que os escribo es mandamiento del Señor.
Por esta razón os escribo estas cosas estando ausente, a fin de que cuando {esté} presente no tenga que usar de severidad según la autoridad que el Señor me dio para edificación y no para destrucción.
(En lo que os escribo, os aseguro delante de Dios que no miento.)
Mirad con qué letras tan grandes os escribo de mi propia mano.
Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano. Acordaos de mis cadenas. La gracia sea con vosotros.
Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano, y ésta es una señal distintiva en todas {mis} cartas; así escribo yo.
Te escribo estas cosas, esperando ir a ti pronto,
pero en caso que me tarde, {te escribo} para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad.
Yo, Pablo, escribo {esto} con mi propia mano; yo {lo} pagaré (por no decirte que aun tú mismo te me debes a mí).
Te escribo confiado en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que digo.
Amados, esta es ya la segunda carta que os escribo, en las cuales, como recordatorio, despierto en vosotros vuestro sincero entendimiento,
Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
Amados, no os escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que habéis tenido desde el principio; el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído.
Por otra parte, os escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en El y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya está alumbrando.
Os escribo a vosotros, hijos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que ha sido desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os he escrito a vosotros, niños, porque conocéis al Padre.