1198 casos

'Esté' en la Biblia

Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que haga simiente; árbol de fruto que haga fruto según su naturaleza, que su simiente esté en él sobre la tierra; y fue así.

El nombre del uno era Pisón; éste es el que cerca toda la tierra de Havila, donde hay oro;

El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que cerca toda la tierra de Etiopía.

Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va hacia el oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

En este mismo día entró Noé, y Sem, y Cam y Jafet, hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos con él en el arca;

Y Cus engendró a Nimrod. Este comenzó a ser poderoso en la tierra.

Este fue poderoso cazador delante del SEÑOR; por lo cual se dice: Así como Nimrod poderoso cazador delante del SEÑOR.

Y luego la palabra del SEÑOR vino a él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas, aquél te heredará.

Este será mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu simiente después de ti: Será circuncidado en vosotros todo macho.

Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el cual te dará a luz Sara en este tiempo el año siguiente.

Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al joven, y éste se dio prisa a aderezarlo.

Entonces respondió el SEÑOR: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor de ellos.

Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper las puertas.

Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más ? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar:

Porque destruimos este lugar, por cuanto el clamor de ellos se ha engrandecido delante del SEÑOR; por tanto el SEÑOR nos ha enviado para destruirlo.

Entonces salió Lot, y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque el SEÑOR va a destruir esta ciudad. Mas fue tenido como burlador en ojos de sus yernos.

Y Abraham respondió: Porque dije para mí : Cierto no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer.

Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo.

Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sean en testimonio de que yo cavé este pozo.

Este Efrón habitaba entre los hijos de Het; y respondió Efrón heteo a Abraham, en oídos de los hijos de Het, de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo:

Y si la mujer no quisiere venir en pos de ti, serás libre de este mi juramento; solamente que no vuelvas allá a mi hijo.

Entonces el siervo puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este negocio.

Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí , iré.

porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el siervo había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.

Y Jacob respondió: Véndeme hoy en este día tu primogenitura.

Y dijo Jacob: Júrame hoy en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.

Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.

Y lo llamó Seba, por cuya causa el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta este día.

Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente el SEÑOR está en este lugar, y yo no lo sabía.

E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje donde voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir,

Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó el SEÑOR que yo era aborrecida, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.

Alcanzó pues Labán a Jacob, y éste había fijado su tienda en el monte; y Labán acampó con sus hermanos en el monte de Galaad.

Porque Labán dijo: Este majano será testigo hoy entre mí y entre ti; por eso fue llamado su nombre Galaad;

Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí este título, que he erigido entre mí y ti.

Testigo sea este majano, y testigo sea este título, que ni yo pasaré contra ti este majano, ni tú pasarás contra mí este majano ni este título, para mal.

Y dijo Jacob cuando los vio: El campamento de Dios es éste; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.

Menor soy que todas las misericordias, y que toda la verdad que has hecho con tu siervo; que con mi bordón pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos cuadrillas.

Y aconteció, que como había trabajo en su parto, le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo.

Y puso Jacob un título sobre su sepultura: éste es el título de la sepultura de Raquel hasta hoy.

Y los hijos de Zibeón fueron Aja, y Aná. Este Aná es el que inventó los mulos en el desierto, cuando apacentaba los asnos de Zibeón su padre.

El duque Magdiel, y el duque Iram. Estos fueron los duques de Edom por sus habitaciones en la tierra de su heredad. Este es el Esaú, padre de Edom.

Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:

Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es éste que soñaste? ¿Hemos de venir yo y tu madre, y tus hermanos, a inclinarnos a ti a tierra?

Y Judá dijo: Tómeselo para sí, para que no seamos menospreciados; he aquí yo he enviado este cabrito, y tú no la hallaste.

Y sucedió, cuando dio a luz, que sacó la mano el uno , y la partera tomó y ató a su mano un hilo de grana, diciendo: Este salió primero.

No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer, ¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?

Y esté aquella provisión en depósito para la tierra, para los siete años del hambre que serán en la tierra de Egipto; y la tierra no perecerá de hambre.

Y dijo el Faraón a sus siervos: ¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien haya Espíritu de Dios?

y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: Abrech Padre tierno-a este honre como a padre carísimo ; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.

Y el Dios Omnipotente os dé misericordias delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo.

Y alzando él sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es éste vuestro hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.

y si tomareis también éste de delante de mí, y le aconteciere algún desastre, haréis descender mis canas con dolor a la sepultura.

Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu diestra sobre su cabeza.

Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios: por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán.

Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.

Entonces su hermana dijo a la hija del Faraón: ¿Iré a llamarte un ama de las hebreas, para que te críe este niño?

a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva este niño, y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño, y lo crió.

Y oyendo el Faraón este negocio, procuró matar a Moisés; mas Moisés huyó de delante del Faraón, y habitó en la tierra de Madián; y se sentó junto a un pozo.

Y dijo más Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: El SEÑOR Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi Nombre para siempre, y este es mi memorial por todos los siglos.

Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando os partiereis, no salgáis vacíos;

Entonces Moisés se volvió al SEÑOR, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?

Porque desde que yo vine al Faraón para hablarle en tu Nombre, ha afligido a este pueblo; y tú tampoco has librado a tu pueblo.

Este es aquel Aarón y aquel Moisés, a los cuales el SEÑOR dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus escuadrones.

Entonces los magos dijeron al Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón del Faraón se endureció, y no los escuchó; como el SEÑOR lo había dicho.

Entonces los siervos del Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo nos ha de ser éste por lazo? Deja ir a estos hombres, para que sirvan al SEÑOR su Dios; ¿aún no sabes que Egipto se pierde?

Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero por las familias de los padres, un cordero por familia;

y habéis de guardarlo hasta el día catorce de este mes; y lo inmolará toda la asamblea de la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.

Y este día os ha de ser en memoria, y habéis de celebrarlo como fiesta solemne al SEÑOR por vuestras edades; por estatuto perpetuo lo celebraréis.

Y guardaréis la fiesta de los ázimos, porque en aquel mismo día saqué vuestros ejércitos de la tierra de Egipto; por tanto guardaréis este día por vuestras edades por costumbre perpetua.

Y será, cuando habréis entrado en la tierra que el SEÑOR os dará, como os lo ha prometido, guardaréis este servicio.

Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este vuestro servicio?

Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre; pues el SEÑOR os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado.

Y cuando el SEÑOR te hubiere metido en la tierra del cananeo, y del heteo, y del amorreo, y del heveo, y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que destila leche y miel, harás este servicio en este mes.

Y te será como una señal sobre tu mano, y como una memoria delante de tus ojos, para que la ley del SEÑOR esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó el SEÑOR de Egipto.

Por tanto, tú guardarás este servicio en su tiempo de año en año.

Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico al SEÑOR, y dijeron: Cantaré yo al SEÑOR, porque se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo y al que en él subía.

Caiga sobre ellos temblor y espanto; a la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; hasta que haya pasado tu pueblo, oh SEÑOR, hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.

y les decían los hijos de Israel: Deseamos que hubiéramos muerto por mano del SEÑOR en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de las carnes, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto, para matar de hambre a toda esta multitud.

Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: Este es Maná ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Este es el pan que el SEÑOR os da para comer.

Entonces clamó Moisés al SEÑOR, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.

Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el negocio es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.

Si esto hicieres, y Dios te mandare, tú podrás persistir, y todo este pueblo se irá también en paz a su lugar.

Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi Nombre, vendré a ti, y te bendeciré.

Haya acorneado hijo, o haya acorneado hija, conforme a este juicio se hará con él.

Y si el buey de alguno hiriere al buey de su prójimo, y éste muriere, entonces venderán el buey vivo, y partirán el dinero de él, y también partirán el muerto.

Y juntarán el pectoral con sus anillos a los anillos del efod con un cordón de cárdeno, para que esté sobre el cinto del efod, y no se aparte el pectoral del efod.

Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras edades.

Mas viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se juntó entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, aquel varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.

Dijo más el SEÑOR a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz.

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