442 casos en 6 traducciones

'Había' en la Biblia

Isaí engendró al rey David. Y David engendró a Salomón de la {que había sido mujer} de Urías.

Y siendo despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.

Entonces Herodes llamó a los magos en secreto y se cercioró con ellos del tiempo en que había aparecido la estrella.

Entonces fué cumplido lo que se había dicho por el profeta Jeremías, que dijo:

Y vino, y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliera lo que fue dicho por los profetas, que había de ser llamado Nazareno.

Cuando El oyó que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea;

y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.

Y los porqueros huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados.

Entonces comenzó a increpar a las ciudades en las que había hecho la mayoría de sus milagros, porque no se habían arrepentido.

Porque Herodes había prendido a Juan, y le había aprisionado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano;

Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.

Entonces los discípulos entendieron que les había hablado de Juan el Bautista.

Y viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y viniendo, declararon a su señor todo lo que había pasado.

Entonces fueron los discípulos e hicieron tal como Jesús les había mandado,

Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron

Escuchad otra parábola. Había {una vez} un hacendado que PLANTO UNA VIÑA Y LA CERCO CON UN MURO, Y CAVO EN ELLA UN LAGAR Y EDIFICO UNA TORRE, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje.

Pero sabed esto, que si el padre de familia supiera a cuál hora el ladrón había de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.

Y partido él, el que había recibido cinco talentos granjeó con ellos, e hizo otros cinco talentos.

Asimismo el que había recibido dos, ganó también él otros dos.

Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco talentos que he ganado sobre ellos.

Y llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; he aquí otros dos talentos que he ganado sobre ellos.

Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste, y recoges donde no esparciste;

Entonces los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.

Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, aquel es; prendedle.

Entonces se cumplió lo anunciado por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: Y TOMARON LAS TREINTA PIEZAS DE PLATA, EL PRECIO DE AQUEL CUYO PRECIO HABIA SIDO FIJADO por los hijos de Israel;

Y LAS DIERON POR EL CAMPO DEL ALFARERO, COMO EL SEÑOR ME HABIA ORDENADO.

Cuando llegó la tarde del día, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también había sido discípulo de Jesús.

Y he aquí, fue hecho un gran terremoto; porque el ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, había revuelto la piedra del sepulcro, y estaba sentado sobre ella.

Y mientras ellas iban, he aquí, algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los principales sacerdotes de todo lo que había sucedido.

Ellos tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Y este dicho se divulgó extensamente entre los judíos hasta hoy.

Mas los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.

Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios,

Y había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, el cual dio voces,

Y aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y con sus discípulos; porque había muchos, y le habían seguido.

Y otra vez entró en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca.

Y había una multitud sentada alrededor de El, y le dijeron*: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera {y} te buscan.

Y enviando la multitud, le tomaron como estaba en el barco; y había también con él otros barquitos.

porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas; mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y los grillos desmenuzados; y nadie le podía domar.

Y había allí una gran piara de cerdos paciendo junto al monte.

Los que apacentaban los puercos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron para ver qué era aquello que había acontecido.

Y les contaron los que lo habían visto, cómo había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los puercos.

Y entrando él en el barco, le rogaba el que había sido fatigado del demonio, para estar con él.

Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho con él; y todos se maravillaban.

y había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,

Y luego Jesús, conociendo en sí mismo la virtud que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?

Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en sí había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.

Y oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el que bautizaba, ha resucitado de los muertos, y por tanto, virtudes obran en él.

Porque el mismo Herodes había enviado, y prendido a Juan, y le había aprisionado en la cárcel a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; porque la había tomado por mujer.

Cuando fue a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija echada sobre la cama.

En aquellos días, cuando de nuevo había una gran multitud que no tenía qué comer, {Jesús} llamó a sus discípulos y les dijo*:

Mas ellos callaron; porque los unos con los otros habían disputado en el camino quién había de ser el mayor.

Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron.

Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.

¿Mas si decimos: ``De los hombres"? {Pero} temían a la multitud, porque todos consideraban que Juan verdaderamente había sido un profeta.

Y acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el principal mandamiento de todos?

Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dice: No estás lejos del Reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.

Y fueron sus discípulos, y vinieron a la ciudad, y hallaron como les había dicho; y aderezaron la Pascua.

Y el que le entregaba les había dado señal común, diciendo: Al que yo besare, aquel es: prendedle, y llevadle con seguridad.

Y había uno, que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían hecho muerte en una revuelta.

Y la multitud, dando voces, comenzó a pedir que hiciera como siempre les había hecho.

Y el centurión que estaba delante de él, viendo que había expirado así clamando, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.

Había también unas mujeres mirando de lejos, entre las que {estaban} María Magdalena, María, la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé,

las cuales cuando {Jesús} estaba en Galilea, le seguían y le servían; y {había} muchas otras que habían subido con El a Jerusalén.

Y Pilato se maravilló de que ya hubiese muerto; y llamando al centurión, le preguntó si ya había muerto.

quien compró un lienzo de lino, y bajándole {de la cruz,} le envolvió en el lienzo de lino y le puso en un sepulcro que había sido excavado en la roca; e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.

Cuando levantaron los ojos, vieron* que la piedra, aunque era sumamente grande, había sido removida.

Y ellas se fueron huyendo del sepulcro; porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo.

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