5809 casos

'Jehová' en la Biblia

Así dice Jehová el Señor: Porque los filisteos procedieron con venganza, cuando se vengaron con despecho de ánimo, destruyendo por antiguas enemistades;

por tanto, así dice Jehová: He aquí yo extiendo mi mano contra los filisteos, y talaré a los cereteos, y destruiré el remanente de la costa del mar.

Y ejecutaré sobre ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy Jehová, cuando descargue mi venganza sobre ellos.

Y aconteció en el undécimo año, en el primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

por tanto, así dice Jehová el Señor: He aquí yo contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.

Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor; y será saqueada por las naciones.

Y sus hijas que están en el campo, serán muertas a espada; y sabrán que yo soy Jehová.

Porque así dice Jehová el Señor: He aquí que del norte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos, y carros, y jinetes, y compañías, y mucho pueblo.

Y te pondré como una roca lisa; tendedero de redes serás; nunca más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dice Jehová el Señor.

Así dice Jehová el Señor a Tiro: ¿No se estremecerán las islas al estruendo de tu caída, cuando griten los heridos, cuando se haga la matanza en medio de ti?

Porque así dice Jehová el Señor: Yo te tornaré en ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán.

Yo te convertiré en espanto, y dejarás de ser; aunque seas buscada, nunca más serás hallada, dice Jehová el Señor.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Y dirás a Tiro: Oh tú que estás asentada a las entradas del mar, que eres mercader de los pueblos de muchas islas: Así dice Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón y dijiste: Yo soy Dios; en la silla de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios.

Por tanto, así dice Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios,

De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así dice Jehová el Señor: Tú eras el sello a la proporción, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

y dirás: Así dice Jehová el Señor: He aquí yo contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré glorificado; y sabrán que yo soy Jehová, cuando ejecute en ella juicios, y en ella sea santificado.

Porque pestilencia enviaré a ella, y sangre en sus calles; y caerán muertos en medio de ella; con espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy Jehová.

Y nunca más será a la casa de Israel espina que le hiera, ni aguijón que le dé dolor, en medio de cuantos la rodean y la desprecian; y sabrán que yo soy Jehová el Señor.

Así dice Jehová el Señor: Cuando reúna la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos a los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob.

Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y habitarán confiadamente, cuando yo haya ejecutado juicios en todos los que los desprecian en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios.

En el año décimo, en el mes décimo, a los doce del mes, vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Habla, y di: Así dice Jehová el Señor: He aquí yo contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es mi río, y yo lo hice para mí.

Y sabrán todos los moradores de Egipto que yo soy Jehová, por cuanto fueron bordón de caña a la casa de Israel.

Por tanto, así dice Jehová el Señor: He aquí que yo traigo contra ti espada, y cortaré de ti hombres y bestias.

Y la tierra de Egipto será asolada y desierta; y sabrán que yo soy Jehová: porque dijo: Mío es mi río, y yo lo hice.

Porque así dice Jehová el Señor: Al fin de cuarenta años juntaré a Egipto de los pueblos entre los cuales fueren esparcidos;

Y no será más a la casa de Israel por confianza, que les haga recordar el pecado, mirando en pos de ellos; y sabrán que yo soy Jehová el Señor.

Y aconteció en el año veintisiete, en el mes primero, al primer día del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Por tanto, así dice Jehová el Señor: He aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto; y él tomará su multitud, y recogerá sus despojos, y arrebatará su presa, y habrá paga para su ejército.

Por su trabajo con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto; porque trabajaron para mí, dice Jehová el Señor.

En aquel tiempo haré reverdecer el cuerno a la casa de Israel, y abriré tu boca en medio de ellos; y sabrán que yo soy Jehová.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Hijo de hombre, profetiza, y di: Así dice Jehová el Señor: Clamad: ¡Ay de aquel día!

Así dice Jehová: También caerán los que sostienen a Egipto, y la altivez de su poderío caerá; desde Migdol hasta Sevene caerán en él a espada, dice Jehová el Señor.

Y sabrán que yo soy Jehová, cuando ponga fuego a Egipto, y sean destruidos todos sus ayudadores.

Así dice Jehová el Señor: Haré cesar la multitud de Egipto por mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia.

Y secaré los ríos, y entregaré la tierra en manos de malos, y destruiré la tierra y su plenitud por mano de extranjeros; yo Jehová he hablado.

Así dice Jehová el Señor: Destruiré también las imágenes, y haré cesar los ídolos de Nof; y no habrá más príncipe de la tierra de Egipto, y en la tierra de Egipto pondré temor.

Ejecutaré, pues, juicios en Egipto y sabrán que yo soy Jehová.

Y aconteció en el año undécimo, en el mes primero, a los siete del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Por tanto, así dice Jehová el Señor: Heme aquí contra Faraón rey de Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano.

Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, y él la extendiere contra la tierra de Egipto.

Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras; y sabrán que yo soy Jehová.

Y aconteció en el año undécimo, en el mes tercero, al primer día del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Por tanto, así dice Jehová el Señor: Por cuanto se encumbró en altura, y puso su cumbre entre densas ramas, y su corazón se elevó con su altura,

Así dice Jehová el Señor: El día que descendió a la sepultura, hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas; y al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo desmayaron por él.

¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén a la parte más baja de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a espada. Éste es Faraón y toda su multitud, dice Jehová el Señor.

Y aconteció en el año duodécimo, en el mes duodécimo, al primer día del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Así dice Jehová el Señor: Yo extenderé sobre ti mi red en compañía de muchos pueblos, y te harán subir en mi red.

Haré entenebrecer todas las lumbreras del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor.

Porque así dice Jehová el Señor: La espada del rey de Babilonia vendrá sobre ti.

Entonces haré asentarse sus aguas, y haré que sus ríos corran como aceite, dice Jehová el Señor.

Cuando asuele la tierra de Egipto, y la tierra fuere despojada de su plenitud, cuando hiera a todos los que en ella moran, entonces sabrán que yo soy Jehová.

Ésta es la endecha, y la cantarán; las hijas de las naciones la cantarán: endecharán sobre Egipto, y sobre toda su multitud, dice Jehová el Señor.

Y aconteció en el año duodécimo, a los quince del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

A éstos verá Faraón, y se consolará sobre toda su multitud; Faraón muerto a espada, y todo su ejército, dice Jehová el Señor.

Porque yo puse mi terror en la tierra de los vivientes, también yacerá entre los incircuncisos con los muertos a espada, Faraón y toda su multitud, dice Jehová el Señor.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no me complazco en la muerte del impío, sino en que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?

Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes que viniese el que había escapado, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y ya no más estuve callado.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Por tanto, diles: Así dice Jehová el Señor: ¿Coméis con sangre, y a vuestros ídolos alzáis vuestros ojos, y sangre derramáis, y poseeréis vosotros la tierra?

Les dirás así: Así dice Jehová el Señor: Vivo yo, que los que están en aquellos asolamientos caerán a espada, y al que está sobre la faz del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán.

Y sabrán que yo soy Jehová, cuando pusiere la tierra en soledad y desierto, por todas las abominaciones que han hecho.

Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué palabra viene de Jehová.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles a los pastores: Así dice Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar los rebaños?

Vivo yo, dice Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño ha venido a ser por presa, y por falta de pastor mis ovejas han venido a ser por comida a todas las fieras del campo; y mis pastores no buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas;

Por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová:

Así dice Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y requeriré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos; pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.

Porque así dice Jehová el Señor: He aquí, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré.

Yo apacentaré mis ovejas, y yo les haré descansar, dice Jehová el Señor.

Mas vosotras, ovejas mías, así dice Jehová el Señor: He aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos.

Por tanto, así les dice Jehová el Señor: He aquí, yo, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca,

Yo Jehová seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.

Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán a salvo sobre su tierra; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo haya quebrado las coyundas de su yugo, y los haya librado de mano de los que se sirven de ellos.

Y sabrán que yo Jehová su Dios soy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor.

Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi prado, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

y dile: Así dice Jehová el Señor: He aquí estoy yo contra ti, oh monte de Seir, y extenderé mi mano contra ti, y te convertiré en desolación y en soledad.

A tus ciudades asolaré, y tú serás asolado; y sabrás que yo soy Jehová.

por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, que a sangre te destinaré, y sangre te perseguirá; y porque la sangre no aborreciste, sangre te perseguirá.

Yo te pondré en asolamientos perpetuos, y tus ciudades nunca más se restaurarán; y sabréis que yo soy Jehová.

Por cuanto dijiste: Estas dos naciones y estas dos tierras serán mías, y las poseeremos, aunque Jehová esté allí.

Por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, yo haré conforme a tu ira, y conforme a tu celo con que procediste, a causa de tus enemistades con ellos: y seré conocido en ellos, cuando te haya juzgado.

Y sabrás que yo Jehová he oído todas tus injurias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: Destruidos son, nos han sido dados para que los devoremos.

Así dice Jehová el Señor: Para que se alegre toda la tierra, yo te haré una desolación.

Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada, así te haré a ti; asolado será el monte de Seir, y toda Idumea, toda ella; y sabrán que yo soy Jehová.

Y tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: Montes de Israel, oíd palabra de Jehová:

Así dice Jehová el Señor: Por cuanto el enemigo dijo sobre vosotros: ¡Ea! también las alturas perpetuas nos han sido dadas por heredad.

Profetiza por tanto, y di: Así dice Jehová el Señor: Por cuanto os desolaron y os tragaron de todas partes, para que fueseis heredad a las otras naciones, y se os ha hecho caer en boca de habladores, y ser el oprobio de los pueblos,

por tanto, montes de Israel, oíd palabra de Jehová el Señor: Así dice Jehová el Señor a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles, a las ruinas y asolamientos, y a las ciudades desamparadas, que fueron puestas por presa y escarnio al resto de las naciones alrededor;

por eso, así dice Jehová el Señor: He hablado por cierto en el fuego de mi celo contra las demás naciones, y contra toda Idumea, que se adjudicaron mi tierra por heredad con alegría de todo corazón, con enconamiento de ánimo, para arrojarla por presa.

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