'Jesús' en la Biblia
Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y predicar a Jesús {como} el Cristo.
porque le hemos oído decir que este nazareno, Jesús, destruirá este lugar, y cambiará las tradiciones que Moisés nos legó.
Pero {Esteban,} lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios;
Y mientras apedreaban a Esteban, él invocaba {al Señor} y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Cristo Jesús, se bautizaban, tanto hombres como mujeres.
pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y El {respondió:} Yo soy Jesús a quien tú persigues;
Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
Y enseguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas, diciendo: El es el Hijo de Dios.
Pero Saulo seguía fortaleciéndose y confundiendo a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que este {Jesús} es el Cristo.
Pero Bernabé lo tomó y lo presentó a los apóstoles, y les contó cómo {Saulo} había visto al Señor en el camino, y que El le había hablado, y cómo en Damasco había hablado con valor en el nombre de Jesús.
{Vosotros sabéis} cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con El.
Y nos mandó predicar al pueblo, y testificar con toda solemnidad que este Jesús es el que Dios ha designado como Juez de los vivos y de los muertos.
Pero había algunos de ellos, hombres de Chipre y de Cirene, los cuales al llegar a Antioquía, hablaban también a los griegos, predicando al Señor Jesús.
De la descendencia de éste, conforme a la promesa, Dios ha dado a Israel un Salvador, Jesús,
Dios la ha cumplido a nuestros hijos al resucitar a Jesús, como también está escrito en el salmo segundo: HIJO MIO ERES TU; YO TE HE ENGENDRADO HOY.
Creemos más bien que somos salvos por la gracia del Señor Jesús, de la misma manera que ellos también lo son.
y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió.
Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y {toda} tu casa.
explicando y presentando evidencia de que era necesario que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, y {diciendo:} Este Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo.
y Jasón los ha recibido, y todos ellos actúan contra los decretos del César, diciendo que hay otro rey, Jesús.
También disputaban con él algunos de los filósofos epicúreos y estoicos. Y algunos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece ser un predicador de divinidades extrañas --porque {les} predicaba a Jesús y la resurrección.
Cuando Silas y Timoteo descendieron de Macedonia, Pablo se dedicaba por completo a la {predicación de la} palabra, testificando solemnemente a los judíos que Jesús era el Cristo.
Este había sido instruido en el camino del Señor, y siendo ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba con exactitud las cosas referentes a Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan.
porque refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.
Y Pablo dijo: Juan bautizó con el bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en aquel que vendría después de él, es decir, en Jesús.
Cuando oyeron {esto,} fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Pero también algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, trataron de invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os ordeno por Jesús, a quien Pablo predica.
Pero el espíritu malo respondió, y les dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois?
Y supieron esto todos los habitantes de Efeso, tanto judíos como griegos; y el temor se apoderó de todos ellos, y el nombre del Señor Jesús era exaltado.
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.
En todo os mostré que así, trabajando, debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: ``Más bienaventurado es dar que recibir."
Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis, llorando y quebrantándome el corazón? Porque listo estoy no sólo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.
Y respondí: `` ¿Quién eres, Señor?" Y El me dijo: ``Yo soy Jesús el Nazareno, a quien tú persigues."
Pero pocos días más tarde, llegó Félix con Drusila su mujer, que era judía, y mandó traer a Pablo y lo oyó {hablar} acerca de la fe en Cristo Jesús.
sino que {simplemente} tenían contra él ciertas cuestiones sobre su propia religión, y sobre cierto Jesús, {ya} muerto, de quien Pablo afirmaba que estaba vivo.
Yo ciertamente había creído que debía hacer muchos males en contra del nombre de Jesús de Nazaret.
Yo entonces dije: `` ¿Quién eres, Señor?" Y el Señor dijo: ``Yo soy Jesús a quien tú persigues.
Y habiéndole fijado un día, vinieron en gran número adonde él posaba, y desde la mañana hasta la tarde les explicaba testificando fielmente sobre el reino de Dios, y procurando persuadirlos acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado {a ser} apóstol, apartado para el evangelio de Dios,
en el día en que, según mi evangelio, Dios juzgará los secretos de los hombres mediante Cristo Jesús.
siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús,
para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que El sea justo y {sea} el que justifica al que tiene fe en Jesús.
sino también por nosotros, a quienes será contada: {como} los que creen en aquel que levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor,
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.
Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.
Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el {mismo} que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en vosotros.
¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
que si confiesas con tu boca a Jesús {por} Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo;
Yo sé, y estoy convencido en el Señor Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo; pero para el que estima que algo es inmundo, para él lo es.
Y que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús,
para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda {que hago} de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo.
Por tanto, en Cristo Jesús he hallado razón para gloriarme en las cosas que se refieren a Dios.
Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús,
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús, llamados {a ser} santos, con todos los que en cualquier parte invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, {Señor} de ellos y nuestro:
Siempre doy gracias a mi Dios por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús,
Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención,
Porque aunque tengáis innumerables maestros en Cristo, sin embargo no {tenéis} muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.
En el nombre de nuestro Señor Jesús, cuando vosotros estéis reunidos, y yo con vosotros en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús,
entregad a ese tal a Satanás para la destrucción de su carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
Por tanto, os hago saber que nadie hablando por el Espíritu de Dios, dice: Jesús es anatema; y nadie puede decir: Jesús es el Señor, excepto por el Espíritu Santo.
Os aseguro, hermanos, por la satisfacción que siento por vosotros en Cristo Jesús nuestro Señor, que cada día estoy en peligro de muerte.
La gracia del Señor Jesús {sea} con vosotros.
Mi amor {sea} con todos vosotros en Cristo Jesús. Amén.
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo: A la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya:
así como también nos habéis entendido en parte, que nosotros somos el motivo de vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra en el día de nuestro Señor Jesús.
Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que fue predicado entre vosotros por nosotros (por mí y Silvano y Timoteo) no fue sí y no, sino que ha sido sí en El.
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por amor de Jesús.
llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Porque nosotros que vivimos, constantemente estamos siendo entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo mortal.
sabiendo que aquel que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.
Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no hemos predicado, o recibís un espíritu diferente, que no habéis recibido, o {aceptáis} un evangelio distinto, que no habéis aceptado, bien lo toleráis.
El Dios y Padre del Señor Jesús, el cual es bendito para siempre, sabe que no miento.
Y {esto fue} por causa de los falsos hermanos introducidos secretamente, que se habían infiltrado para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, a fin de someternos a esclavitud,
sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de {la} ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de {la} ley; puesto que por las obras de {la} ley nadie será justificado.
a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.
pues todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.
No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.
y lo que para vosotros fue una prueba en mi condición física, que no despreciasteis ni rechazasteis, sino que me recibisteis como un ángel de Dios, como a Cristo Jesús {mismo}.
Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada, sino la fe que obra por amor.
Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
De aquí en adelante nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios: A los santos que están en Efeso y {que son} fieles en Cristo Jesús:
Por esta razón también yo, habiendo oído de la fe en el Señor Jesús que {hay} entre vosotros, y {de} vuestro amor por todos los santos,
y con El {nos} resucitó, y con El {nos} sentó en los {lugares} celestiales en Cristo Jesús,
a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por {su} bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para {hacer} buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo.
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la {piedra} angular,
Por esta causa yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por amor de vosotros los gentiles
{a saber,} que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio,
conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor,
a El {sea} la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
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