12365 casos

'La' en la Biblia

Y haré por ellos concierto en aquel tiempo con las bestias del campo, y con las aves del cielo, y con las serpientes de la tierra; y quebraré arco, y espada, y batalla de la tierra, y los haré dormir seguros.

Y será que en aquel tiempo responderé, dice el SEÑOR, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra;

y la tierra responderá al trigo, al vino, y al aceite, y ellos responderán a Jezreel.

Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: pueblo mío tú; y él dirá: Dios mío.

Oíd palabra del SEÑOR, hijos de Israel, porque el SEÑOR pleitea con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.

Por lo cual, se enlutará la tierra, y será talado todo morador de ella, con las bestias del campo, y las aves del cielo; y aun los peces del mar serán cogidos.

La ató el viento en sus alas, y de sus sacrificios serán avergonzados.

Y matando sacrificios han bajado hasta lo profundo; por tanto, yo seré la corrección de todos ellos.

Y la soberbia de Israel le desmentirá en su cara; e Israel y Efraín tropezarán en su iniquidad; tropezará también Judá con ellos.

Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la Casa de Judá.

Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga: irá entonces Efraín al Assur, y enviará al rey de Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga.

Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la Casa de Judá; yo, yo arrebataré, y andaré; tomaré, y no habrá quien escape.

Y conoceremos, y proseguiremos en conocer al SEÑOR, como el alba está aparejada su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.

¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La misericordia vuestra es como la nube de la mañana, y como el rocío que de madrugada desvanece.

Y como ladrones que esperan a algún varón, concilio de sacerdotes que de común acuerdo mata en el camino, porque ponen en efecto la abominación.

En la Casa de Israel vi suciedad; allí fornicó Efraín, se contaminó Israel.

También, Judá, puso en ti una planta, habiendo yo vuelto la cautividad de mi pueblo.

Estando yo curando a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín, y las maldades de Samaria; porque obraron engaño; y viene el ladrón, y el salteador despoja de fuera.

Todos ellos adúlteros; son como horno encendido por el hornero, el cual cesará de despertar después que esté hecha la masa, hasta que esté leudada.

Porque aplicaron su corazón, semejante a un horno, en sus asechanzas; toda la noche duerme su hornero; a la mañana está su horno encendido como llama de fuego.

Y la soberbia de Israel testificará contra él en su cara; y no se tornaron al SEÑOR su Dios, ni lo buscaron con todo esto.

Se tornaron, mas no al Altísimo; fueron como arco engañoso; cayeron sus príncipes a espada por la soberbia de su lengua; éste será su escarnio en la tierra de Egipto.

Pon a tu boca shofar. Vendrá como águila contra la Casa del SEÑOR, porque traspasaron mi pacto, y se rebelaron contra mi ley.

Aunque se alquilen a los gentiles, ahora los juntaré; y serán un poco afligidos por la carga del rey y de los príncipes.

No quedarán en la tierra del SEÑOR, sino que volverá Efraín a Egipto, y a Asiria, donde comerán vianda inmunda.

No derramarán vino al SEÑOR, ni él tomará contentamiento en sus sacrificios; como pan de enlutados les serán a ellos; todos los que coman de él, serán inmundos. Porque su pan por su alma no entrará en la Casa del SEÑOR.

¿Qué haréis en el día de la solemnidad, y en el día de la fiesta del SEÑOR?

Porque, he aquí se fueron ellos a causa de la destrucción; Egipto los recogerá, Menfis los enterrará; espino poseerá por heredad lo deseable de su plata, ortiga crecerá en sus moradas.

El atalaya de Efraín para con mi Dios es a saber el profeta, es lazo de cazador en todos sus caminos, odio en la Casa de su Dios.

Como uvas en el desierto hallé a Israel; como los primeros frutos de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos entraron a Baal-peor, y se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron.

Toda la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión: por la malicia de sus obras los echaré de mi Casa; nunca más los amaré; todos sus príncipes son desleales.

Israel parra vacía, ¿ha de hacer fruto para sí? Conforme a la multiplicación de su fruto multiplicó altares, conforme a la bondad de su tierra mejoraron sus estatuas.

Por las becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su pueblo lamentará a causa del becerro, y sus religiosos que en él se regocijaban por su gloria, la cual será disipada.

De Samaria fue cortado su rey como la espuma sobre la superficie de las aguas.

Desde los días de Gabaa has pecado, oh Israel; allí estuvieron; no los tomó la batalla en Gabaa contra los inicuos.

Por tanto, en tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel el día de la batalla; la madre fue arrojada sobre los hijos.

Así hará a vosotros Bet-el por la maldad de vuestra maldad; en la mañana será del todo cortado el rey de Israel.

Con cuerdas humanas los traje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre sus mejillas, y allegué hacia él la comida.

Entre tanto, está mi pueblo adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman a lo Alto, ninguno absolutamente quiere ensalzarme.

No ejecutaré el furor de mi ira, no volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre; el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad.

Como ave se moverán velozmente de Egipto, y de la tierra de Asiria como paloma; y los pondré en sus casas, dice el SEÑOR.

Me cercó Efraín con mentira, y la Casa de Israel con engaño; mas Judá aún domina con Dios, y es fiel con los santos.

Pero yo soy el SEÑOR tu Dios desde la tierra de Egipto; aún te haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta.

Por tanto, serán como la niebla de la mañana, y como el rocío de la madrugada que se pasa; como el tamo que la tempestad arroja de la era, y como el humo que de la chimenea sale.

Mas yo soy el SEÑOR tu Dios desde la tierra de Egipto; por tanto no conocerás Dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.

De la mano del Seol los rescataré, de la muerte los libraré. Oh muerte, yo seré tu mortandad; y seré tu destrucción, oh Seol; arrepentimiento será escondido de mis ojos.

Aunque él fructificará entre los hermanos, vendrá el solano, viento del SEÑOR; subiendo de la parte del desierto, y se secará su vena, y se secará su manadero; él saqueará el tesoro de todas las alhajas de codicia.

No nos librará Assur; no subiremos sobre caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia.

Volverán los que se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid; su olor, como de vino del Líbano.

Efraín entonces dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya verde; de mí será hallado tu fruto.

Oíd esto, viejos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres?

Lo que quedó de la oruga comió la langosta, y lo que quedó de la langosta comió el pulgón; y el revoltón comió lo que del pulgón había quedado.

Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas.

Pereció el presente y la libación de la Casa del SEÑOR; los sacerdotes ministros del SEÑOR hicieron luto.

Confundíos, labradores; aullad, viñeros, por el trigo y la cebada; porque se perdió la mies del campo.

Se secó la vid, y pereció la higuera; el granado también, la palma, y el manzano; se secaron todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.

Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitado es de la Casa de vuestro Dios el presente y la libación.

Pregonad ayuno, llamad a congregación; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la Casa del SEÑOR vuestro Dios, y clamad al SEÑOR.

¿No es quitado el mantenimiento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la Casa de nuestro Dios?

La semilla se pudrió debajo de sus terrones, los alfolíes fueron asolados y destruidos; porque se secó el trigo.

Tocad shofar en Sion, y pregonad en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra; porque viene el día del SEÑOR, porque está cercano.

Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.

Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como fuerte pueblo aparejado para la batalla.

Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán la muralla; y cada cual irá en sus caminos, y no torcerán sus sendas.

Ninguno apretará a su compañero, cada uno irá por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán.

Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones.

Delante de él temblala tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.

Entre la entrada y el altar, lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, y digan: Perdona, oh SEÑOR, a tu pueblo, y no pongas en oprobio tu heredad, para que los gentiles se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?

Y haré alejar de vosotros al del aquilón, y lo echaré en la tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor; y subirá su pudrición, porque se engrandeció.

Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.

Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en el SEÑOR vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia según la justicia, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.

Y os restituiré los años que comió la oruga, la langosta, el pulgón, y el revoltón; mi gran ejército que envié contra vosotros.

Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré tornar la cautividad de Judá y de Jerusalén,

Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todos los términos de Filistea? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza.

Y venderé vuestros hijos y vuestras hijas en la mano de los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, nación apartada; porque el SEÑOR ha hablado.

Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended; porque el lagar está lleno, rebosan las lagaretas; porque mucha es la maldad de ellos.

Y el SEÑOR bramará desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; mas el SEÑOR será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.

Y será en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la Casa del SEÑOR, y regará el valle de Sitim.

Egipto será destruido, y Edom será vuelto en asolado desierto, por la injuria hecha a los hijos de Judá; porque derramaron en su tierra la sangre inocente.

Y limpiaré la sangre de los que no limpié; porque el SEÑOR mora en Sion.

Y dijo: El SEÑOR bramará desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén; y las estancias de los pastores serán destruidas, y se secará la cumbre del Carmelo.

Y meteré fuego en la casa de Hazael, y consumirá los palacios de Ben-adad.

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